La recorrida por uno de los mayoristas de Resistencia dejó sorpresas en la comparación de un mismo grupo de productos. Al cabo de un año hay un alimento que vale 2,5% menos, y otro que cuesta más del doble.
Este lunes por la tarde los investigadores tras realizar sus tareas correspondientes pudieron dar con el hombre de 29 años, cajero de un reconocido supermercado mayorista; quien habría realizado las transacciones.
Cada vez más personas planifican sus adquisiciones mensuales en supermercados mayoristas a fin de ahorrar y cubrirse ante la pérdida de poder adquisitivo del peso.
Los más grandes incrementaron sus ventas mientras que los comercios de proximidad, que no tienen una relación directa con los fabricantes, perdieron clientes.
Según empresarios del sector, la coyuntura tiene como características centrales el aumento de precios en fábrica, costos en alza permanente y ventas cada vez menores.
Ludmila Voloj resalta que “si el mayorista tiene precios intervenidos, el comercio de proximidad no tiene incentivo para decir que aumentó”.
En dos empresas relevadas por NORTE se registró stock, pero hay temor a la escasez. Bebidas, alimentos y artículos de higiene, lo más comprado por los consumidores.
Son primeras y segundas marcas de alimentos no perecederos, bebidas, productos para bebé, limpieza y perfumería.
En los centros de venta al por mayor, la baja afluencia de clientes es el denominador común. “La gente no tiene capacidad para stockearse”, advierten los comerciantes.
El incremento se refleja en los precios exhibidos en góndolas de varios locales de la ciudad, además de la falta de insumos y de algunos productos de primera necesidad.