Productores algodoneros dicen que se cansaron de tanta impunidad y ya no denuncian
Cada vez son más los productores que denuncian en los medios y en redes sociales que sus lotes de algodón se ven afectados por la deriva de productos hormonales, entre ellos, el prohibido 2.4D. Sin embargo, las denuncias son cada vez menos.
Sáenz Peña (Agencia) – "¿Para qué?, si no hacen nada, no controlan nada, es gastar tiempo que no tenemos", dijo a NORTE un productor de la zona de Los Frentones, zona donde se registra la mayor cantidad de casos.

El avance de la campaña algodonera, año tras año, registra inconvenientes por la aplicación de herbicidas hormonales con derivas que provocan daños a los cultivos, registrándose hasta el momento en la Dirección de Fiscalización y Control Ambiental "entre siete y ocho denuncias".
Estos datos oficiales, confirman lo que los productores dicen: ya no denuncian, por falta de acciones.
En lo que transcurre del año agrícola las exposiciones recibidas en el área ambiental de la provincia provienen de productores con campos en las zonas de Miraflores, Tres Isletas, Juan José Castelli y General Pinedo, "pero no de Los Frentones".
Es de recordar que, tal lo reflejado por NORTE, varias hectáreas de algodón sufrieron las consecuencias de la deriva de herbicidas hormonales en el área algodonera del departamento Almirante Brown. El daño fue registrado por los agricultores hace un par de semanas atrás y, según lo menciona la Dirección de Fiscalización y Control Ambiental, no tienen registro de denuncia sobre esos casos.
Los productores afectados por las derivas "no se exceden de las doscientas hectáreas", pero vale aclarar que el área estatal de control "no realiza una cuantificación del daño".
"TIENE RAZON, PERO MARCHE PRESO"
"Esto es para la risa, cuando comentás a los funcionarios te dicen que tenés razón, pero no hay reacción, no hay multas, no hay nada de nada", apuntaron ayer dos productores algodoneros de Los Frentones que tuvieron que resembrar una gran franja afectada por la deriva de un producto hormonal y al no haberse registrado lluvias no se recuperó esa parte dañada.
El accionar de la dirección dependiente de la Subsecretaría de Ambiente, "corrobora el daño ambiental": "En este caso, el cultivo de algodón forma parte del ambiente de los otros productores, es decir que si un agricultor está haciendo barbecho y la aplicación de un herbicida hormonal daña al algodón, que es parte del ambiente, en consecuencia está produciendo una alteración ambiental", explicó el ingeniero agrónomo Adrián Tarelo, inspector de la Dirección de Fiscalización y Control Ambiental.
VERIFICACIÓN DEL DAÑO AMBIENTAL
La Dirección de Fiscalización y Control Ambiental recibe las denuncias y, a pesar del malestar que genera tanta burocracia en los productores afectados por deriva, solamente constatan en el campo los síntomas que manifiesta el cultivo sensible a los hormonales.
"El trabajo de los inspectores es ir a la chacra y constatar la sintomatología de fitotoxicidad por herbicidas hormonales, especialmente el algodón, pero también se verifican los lotes vecinos al coincidir generalmente la etapa de barbecho con la de implantación del textil", explicó el inspector Adrián Tarelo.
El producto que puede generar daño al cultivo emblemático del Chaco, "no es solamente el 2,4D ya que también se utilizan para combatir las malezas otros productos que son hormonales".
La inspección, según refieren los responsables de las fiscalizaciones, comprende además las maquinarias utilizadas para las aplicaciones. "El control contempla todo lo que establece la ley de biocidas: tener las máquinas habilitadas, poseer las recetas agronómicas de expendio, para la compra del producto, y de aplicación, además se verifica si dieron aviso a las autoridades municipales o a los apicultores que trabajan en la zona dónde se pretende realizar laboreos con el herbicida", detalló Tarelo.
SANCIONES
Las inspecciones se extienden a los campos de los vecinos del productor que denunció el daño por deriva "y, de constatarse la utilización de productos hormonales que pueden dañar al algodón, se efectúa la sanción". "Esa persona que aplicó el producto, si no tiene el equipo habilitado ni cuenta con receta agronómica, tendrá una sanción de otro tenor", mencionó el inspector Adrián Tarelo.
El "tenor de la sanción" no corresponde definirlo a los inspectores ya que "de eso se encargan los abogados y las autoridades". En las intervenciones, los inspectores confirmaron que "se detectan productos sin recetas y máquinas para aplicación que no cuentan con habilitación". En el caso de las maquinarias, "en los controles que se realizan en las rutas también se detectan muchas herramientas que no cuentan con la habilitación exigida por la ley de biocidas".
BUROCRÁTICO TRÁMITE
La sanción por daño ambiental a los aplicadores de los productos hormonales con restricciones, puede definirse desde la Subsecretaría de Ambiente, mientras que el damnificado debe recurrir al accionar Judicial para lograr un resarcimiento por los daños ocasionados.
Las actuaciones y el expediente generado desde la Dirección de Fiscalización y Control Ambiental, al agricultor que tuvo daños en sus algodonales "le servirán como pruebas para que él pueda demandar a la otra parte y así logre un resarcimiento por las pérdidas".
La burocracia administrativa no concuerda con los tiempos del productor, lo que genera el malestar entre los damnificados que dan cuenta "que todos los años ocurren derivas porque el accionar del Estado es muy débil".