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Las ventas mayoristas de frutas y verduras registran una caída del 30%

Los datos surgen de la Cooperativa Frutihortícola, que abastece a verdulerías de Chaco, norte de Santa Fe y parte de Corrientes. Recesión y competencia desleal, las claves.

La caída en el consumo como consecuencia de una economía que muestra claras evidencias de combinar recesión con alta inflación hace estragos en buena parte de la actividad comercial, y la venta mayorista de frutas y verduras en la región no es ajena a este fenómeno.

Según los registros de la Cooperativa Frutihortícola de Resistencia, que abastece a decenas de verdulería de la capital chaqueña, de una parte de la provincia de Corrientes y del norte santafecino; la caída en el intercambio comercial se desplomó al menos un 30% en lo que va del año, poniendo en riesgo la fuente de trabajo de los 170 socios que sostienen este emprendimiento colectivo del que dependen, de manera indirecta, unas 600 familias.

“Es un momento muy complicado, no sólo porque la gente viene perdiendo poder adquisitivo, sino además porque en situaciones como estas se multiplican las prácticas desleales que complican, básicamente, a quienes hacemos todo como la ley manda”, analizó el presidente de la cooperativa, Américo Barúa en diálogo con NORTE.

COMPETENCIA DESLEAL

La necesidad tiene cara de hereje. A las dificultades crecientes que imponen las políticas económicas que plancharon el consumo y la apertura indiscriminada de importaciones que atenta contra las economías regionales, la cooperativa frutihortícola debe enfrentar el crecimiento de la competencia desleal que implica la radicación de emprendimientos financiados fronteras afuera de la provincia, que se radicaron en esa zona de la capital chaqueña.

La fuerte preocupación fue expresada hace más de un año por parte de las autoridades de la cooperativa, que vienen advirtieron que “si se sigue dando vía libre a este tipo de emprendimiento, se pone en serios riesgos las continuidad del mercado mayorista”.

En la zona, funcionan alrededor de siete depósitos. Hay venta dentro de los predios y también en la calle. Los comerciantes provienen de Jujuy, Entre Ríos, Corrientes, y hasta algunos de Mendoza. “No queremos que nadie pierda la posibilidad de trabajar, pero que lo hagan siguiendo las normas vigentes”, explicó Barúa

BAJA PRODUCCIÓN

Más allá de la competencia desleal, el mercado mayorista de frutas y verduras se ve condicionado por los inconvenientes que genera la penetración de productos que llegan desde el exterior de la provincia, ya sea desde otras regiones del país o incluso del extranjero; combinados con la baja producción local.

“A diferencia de Corrientes, donde se destinan miles de hectáreas en la producción de cítricos, por ejemplo; en el Chaco sólo el 15% de lo que comercializamos con las verdulerías es producido de manera local”, describió Barúa.

En este contexto, el libre juego de la oferta y la demanda lleva a muchos comerciantes a abastecerse en la provincia vecina, aprovechando los precios que tienen los productos del otro lado del Paraná.

“No podemos hablar de un número concreto respecto a las pérdidas de puestos de trabajo, pero sí se nota una baja en la actividad y la concurrencia de clientes y changarines que venían hace no mucho tiempo”, aseguró Barúa, para completar el complicado escenario actual.