CARTA DE LECTORES
El pavimento, el arbolado urbano y el calor
Señor director de NORTE:
Los chaqueños estamos sufriendo, como siempre, muchos días de altas temperaturas que provocan muchos malestares y, sobre todo, mal humor, que nunca es bueno para nada y menos para la convivencia.
El hombre, a lo largo de su historia, ha ido buscando soluciones para la intemperie, para el frío, el calor, los vientos, las inundaciones, etc. Nosotros vivimos en una parte del planeta que es subtropical (ahora pareciera que ascendimos a tropical…), donde el calor y las lluvias eran dos de sus características.
En Resistencia vivimos en una ciudad que tiene forma de palangana, por lo que la gran cantidad de lagunas y meandros del río Negro y las copiosas lluvias nos generaban muchísimos problemas, entre ellos la intransitabilidad de las calles de tierra.
La solución para este problema fue la pavimentación de las calles, lo que constituye -fue y es para muchos- un gran avance y una gran alegría, ya que no solo solucionó la transitabilidad, sino que significó la desaparición de las zanjas por la cual corrían las aguas pluviales y otras no tan sanas…
Pero las obras de pavimentación suelen ser la causa de la desaparición de muchos árboles, y luego, cuando los vecinos construyeron las veredas, por el levantamiento de ellas -producto de las raíces-, otros ejemplares son derribados y en bastantes casos no son reemplazados por árboles que no tengan raíces tan expansivas.
Las conductas urbanas son directamente proporcionales a la educación urbana y como esta es casi inexistente, los árboles siguen sufriendo el embate de los que creen encontrar una solución fácil.
Pero resulta que también hay muchos vecinos que por ignorancia de las ordenanzas o a sabiendas de ellas pavimentan toda la vereda, no dejando ninguna superficie de absorción de agua y como espacio verde.
Así las cosas, con temperaturas mayores de 40º, la calle y las veredas sin árboles se convierten en asaderas, de la que se salvan sólo los que circulan en vehículos con aire acondicionado.
Pero se fríen los que van a su trabajo en moto, en bicicleta, a pie o en colectivo (ninguno tiene AA y según la nueva licitación sólo el 50% de las unidades lo tendrá, ¿será?).
Y los pasajeros de colectivos tienen doble castigo, no tienen paradas con refugios, salvo honrosas excepciones, y el menor tiempo de espera es de treinta minutos…
¡La diferencia entre calles arboladas y las desiertas es notable! Pero pareciera que algunos funcionarios o funcionarias nunca han transitado por calles así, como la cuadra de la calle Don Bosco entre Hernández y Vélez Sarsfield… y hay varios ejemplos más.
Sé que el Municipio en esta gestión y en la anterior ha tratado de que se planten árboles en las calles céntricas, algunos de los cuales están creciditos y son un buen futuro.
Pero en general las políticas públicas se interrumpen, así como los castigos a los desalmados que tronchan hermosos ejemplares de fresnos, ¡ahora en pleno verano! Con tan espesa sombra que nos brindan…
Para no hacerla larga, señor director, creo que el pavimento de hormigón armado debería ser reemplazado por otro sistema más amigable con el ser humano, pavimento cribado, mejorado con cordón cuneta, ripio con cordón cuneta, zanjas revestidas. En la misma ciudad hay varias experiencias, eso sí todo debe tener mantenimiento: los mejorados, los enripiados y las zanjas también.
Y en la temporada que corresponda se debe realizar una gran campaña de educación urbana sobre cómo y con qué materiales -respetando niveles- se deben construir los solados de las veredas y cuánto se debe dejar de cantero.
Y también ofrecer, a través del vivero municipal, los ejemplares de plantines de árboles que no tienen raíces que levanten los pisos o cómo debe plantarse un ejemplar de lapacho o chivato, ya que sus flores nos alegran tanto la vida.
En estas próximas elecciones, en las que vamos a elegir intendentes o intendentas y concejalas o concejales, será una buena oportunidad para que los candidatos nos expliquen si se comprometen a desarrollar políticas públicas que nos mejoren la vida.
ARMANDO BENÍTEZ
RESISTENCIA