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Paulo Ferreyra

Columnista

GRAN ENTUSIASMO EN TORNO AL EVENTO QUE ABRE EL SÁBADO

Artistas de la región y el país ya le dan forma y color a la Bienal 2022

Larrea comenzó el proyecto con el que intervendrá el Río Negro. Arce realizará una obra efímera con arena. Además, preparan la exposición de obras curadas por Insaurralde.

Bajo un cielo encerado, donde todo brilla, Fabiana Larrea trabajó a orillas del río Negro. Junto con un grupo de exalumnos y artistas, teje incansable los pétalos de una flor. Su obra, "El ciclo de las cosas", viene desde hace años, nació de un proyecto conversado, en su oportunidad, con Fabriciano Gómez.

Fabiana Larrea y sus colaboradores trabajando a pleno en la obra con la que se intervendrá el río Negro, uno de los atractivos que brindará marco a la competencia central que arranca el sábado.

"La primera idea era hacer una intervención artística en el río", explica Fabiana. "Hubo un tiempo para diseñar, pensar qué se podía hacer y con qué materiales se podía trabajar", agregó. La artista de Puerto Tirol ya había hecho obras con material reciclado. En una ocasión trabajó una obra con botellas de plástico, donde el público dejaba mensajes en cada botella. "Mi intención es ir más allá de la obra -reflexiona-, no quiero que la obra quede como una queja, un reclamo o como simple visibilización de la problemática ambiental. Mi intención es proponer algo concreto desde el arte".

Fabiana organizó Encuentros Nacionales y Sudamericanos de Grabado en la plaza 25 de Mayo, de la ciudad de Resistencia, y en la sede del Museo Provincial de Bellas Artes "René Brusau". Fue cofundadora de Grabar, asociación destinada a la difusión del grabado que contó con el apoyo de Fundación Antorchas. Integró el espacio de arte Noni Andresen en Resistencia. Realizó exposiciones tanto en Argentina como en el exterior. Actualmente es presidenta de la Fundación Trama, organización destinada a realizar acciones que vinculan arte y naturaleza. Trabaja en el proyecto "Arte y sostenibilidad", en Puerto Tirol, y en "La última palabra de amor", proyecto de arte textil contemporáneo.

—Estás trabajando en una obra en el marco de la Bienal 2022. ¿Esto puede leerse como una continuación de tu interés de vincular el arte con el medio ambiente? 

—Hace unos años hice la propuesta de los mensajes en las botellas, en Puerto Tirol. Esa fue la primera intervención de este tipo. La gente ponía sus deseos adentro de las botellas. Con esta idea en mente, comencé a pensar cómo seguir trabajando en esa misma línea. En esta búsqueda encontré una fábrica acá, en la provincia, que hace plásticos reciclados. Ellos me recibieron de maravilla. Fui probando materiales hasta que llegamos a este material, telas plásticas, ellos se ofrecieron a ser mis mecenas para que pueda tener este material. Esta tela plástica que usamos es de muy buena calidad, es resistente; y con esta tela tejemos los pétalos y tres flores.

Lo que propongo al público con esta obra es hacer florecer el paisaje. Con el mismo material que estaba tirado en la costa, las botellas de plástico, este lugar, que es tan hermoso y que está lleno de vida, y al que de repente no lo cuidamos, con ese mismo material lo transformamos: hacemos una transmutación y tejemos. Tejemos flores. Vamos a hacer tres flores gigantes, que tienen unos veinte metros de diámetro, tal vez un poco más. Estarán colgadas sobre el río Negro. Durante los días de la Bienal, vamos a invitar y a enseñar al público a tejer con este plástico reciclado. Así se irá interviniendo toda la costa del río frente al Domo.

“Cuando cuidamos el medio ambiente nos estamos cuidando nosotros”, expresó Fabiana Larrea (foto Jorge “Punky” Flores).

—¿Cómo armaste un equipo de trabajo para realizar esta obra? 

—Me gustan justamente estos desafíos porque me conectan con otros artistas. Estos proyectos me sacan del taller y del tejido minucioso que hago habitualmente. Ahora "pendulo" y me voy a esta escala, que es mucho más grande. Empecé a invitar a la gente que está cerca y en este caso invité a chicos que son de la Facultad de Artes y exalumnas. Además, la Fundación Urunday también armó un grupo de gente que siempre trabaja para las intervenciones. Así se fue armando un equipo con el que se está haciendo un documental de todo el proceso creativo, desde que comenzó hasta que se termine el proyecto.

—¿Qué pasará con estas flores cuando termine la Bienal? 

—Cuando termina todo, se bajan estas piezas; y se volverá a procesar el material para reciclar. Al costado del río Negro, donde empieza la obra, estará la fábrica que recicla plásticos. La estructura comienza en la fábrica Inplastico. El público podrá ver cómo ellos reciclan en vivo el plástico de la ciudad, su puesto estará a la vera del río. De ese reciclado sale esta tela que vamos a tejer durante la Bienal. Vamos a hacer todo el circuito, porque también habrá un espacio didáctico para tomar conciencia y entender las posibilidades de cuidar el ambiente. Tenemos muchas horas de tejido previo y seguiremos tejiendo.

—Van a hacer tres flores gigantes. ¿Por qué flores? 

—La obra se llama "El ciclo de las cosas", entonces pienso que, en medio del ciclo de las cosas, me refiero a la basura que se pueden ver al costado del río. Lo que hacemos aquí es interrumpir ese ciclo de un material de plástico para que aquí florezca. Lo transmutamos, lo hacemos florecer de manera colectiva y después sigue su ciclo, que esperamos sea virtuoso. Porque todo vuelve a la planta de reciclado. A veces demonizamos los materiales, pero hay que entender que hay una conducta humana en relación con los materiales, que es lo que determina si es un problema o si se da otro uso interesante para la vida. Ese nuevo uso es para que no altere, distorsione o perjudique la vida de los peces, de los pájaros.

—Nuestra propia vida. 

—Así es, que los materiales no perjudiquen nuestra propia vida. Parto de la idea de que nosotros somos naturaleza. No estamos cuidando la naturaleza, así que me parece algo egocéntrico decir: "Vamos a cuidar el planeta". Pienso estas cosas de una manera más inclusiva: cuando cuidamos el medio ambiente, nos estamos cuidando nosotros. Cuando uno tiene un gesto amable con el agua y con el aire, nos permite a todos respirar mejor. Así que somos partículas en el medio. Cuando nos pensamos parte de la naturaleza, la visión cambia toda nuestra vida. Somos naturaleza.

—Te veía recién trabajar y hacer punto vareta, medio punto, dos puntos, dando forma a los pétalos de las flores.  

—Estamos haciendo los puntos de la abuela. Siempre está la impronta familiar y ancestral. En todo tiempo estoy volviendo a las cosas que aprendí con mis abuelos. Creo que cuando alguien ve este tipo de piezas, rápidamente se vuelve a conectar con la cosa ancestral, con la energía que tiene el movimiento de las manos. Con los chicos hablamos de pensar en algo, mientras vamos haciendo cada punto. El tejido es como un mantra que te lleva a un estado especial. Esta escala te permite meter el cuerpo entero.

Hay aquí mucho trabajo físico, cuando trasladamos estos pétalos pesan entre 50 y 60 kilos cada uno. Tenemos ya una flor para bajar al río, que pesa 300 kilos. Tejemos con todo el cuerpo.

—Estamos ya en el predio y palpitando la Bienal 2022, ¿cómo se vive esta experiencia? 

—Esta es una experiencia descomunal. Nunca participé en la Bienal. Esta es mi primera vez. Tiene el condimento, además, de que es un homenaje a Fabriciano Gómez. Hay muchas cosas particulares y especiales. Cuando pienso en esta obra de arte, por ejemplo, la pienso desde una visión (un plano) superior, que se pueda percibir desde arriba.