CARTAS DE LECTORES
Todo lo que quería saber sobre neuralgia del trigémino y no se atrevió a preguntar
Por Adrian Pablo Sorrentino
La neuralgia del trigémino es una patología no muy difundida en la población y se manifiesta con un dolor muy fuerte de tipo pulsátil en el rostro, que obliga a veces a la persona a doblarse del dolor.
No tiene una exteriorización visible, como ser llagas, granos, ampollas o fiebre, lo que hace que no nos demos cuenta cuando estamos frente a una persona que la padece, solo se puede advertir por su cara de sufrimiento y su mutismo repentino durante un ataque.
¿Cómo es una cara de sufrimiento? No lo sé, nunca me paré frente a un espejo para mirarme durante los ataques que he tenido lo largo de mi vida.
Aclaro que no soy neurólogo sino inmunólogo, que trabajé más de treinta años en el Hospital Perrando y sufro el padecimiento de esta enfermedad desde que terminé la facultad, en episodios a veces horribles que me hacían retorcer del dolor, otros no tanto…Y que por suerte estos ataques duran escasos minutos y me permitieron vivir en una aparente "normalidad".
Todo esto me llevó a pensar: "¿No podré ser útil a otros que viven o vivieron este tipo de problema y poder crear un grupo de autoayuda para que nos reunamos una vez por mes y contemos nuestras experiencias?". Algunas buenas, otras no tanto…
Por esta razón convoco a todos quienes hayan padecido o padezcan este problema —o conozcan a alguien que lo haya tenido— a una primera reunión que podría ser el próximo lunes 14 de marzo, en el café de la Casa de las Culturas (La Petite), tipo 8 de la noche.
Y, de ser posible, repetirla el primer viernes de cada mes acorde con el éxito que tenga esta primera convocatoria.
Los espero (mi número de contacto por WhatsApp es 362-4628498 y mi teléfono 4428933, alias Sorro).
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LA OPERACIÓN RUSA
Señor director de NORTE:
La reciente operación militar a gran escala realizada por el presidente ruso sobre su vecino país ha acaparado la mirada mundial y desatado la preocupación general sobre un conflicto que hasta ahora sigue el rumbo del inicio de la Segunda Guerra Mundial en 1941, cuando Alemania invadió Polonia —podríamos salvar las distancias—, y quiero pensar que esta modernidad nos trajo herramientas para abordar conflictos entre naciones vecinas.
Empiezo mi análisis invitando al lector a contemplar dos cuestiones: primero al protagonista (Vladimir Putin), luego su reclamo.
Veo un presidente de origen humilde que logró construir su liderazgo por años con ciertos rasgos de austeridad pero siempre avanzando en su competencia armamentista, tarea a la que se ven "obligadas" las "grandes" naciones para demostrar poder mundial; en ese aspecto la llamada modernidad no avanzó, más bien es igual que siempre.
Encuentro muchas reflexiones lógicas y verdaderas en muchos discursos de Vladimir Putin cuando señala que los Estados Unidos tiene tendencia a poner en supremacía su cultura, a veces sin reflexionar en la de los otros.
Caso similar cuando se refiere a la OTAN y su avance en cuanto a la adhesión de países bálticos que realizó, incluso algunos pertenecientes al antiguo pacto de Varsovia del cual Rusia fue parte.
En este sentido, puedo comprender a Rusia, en cuanto a pérdida de poder mundial se refiere, comienza a sentir que su coalición rival (OTAN), si se quiere, empieza a superarlos en una proporción mayor y, finalmente, al ver que Ucrania se aproxima a unirse a esa coalición comienza su operación militar hacia un país que, si bien es independiente, fue parte de la Unión Soviética.
Desde ahí creo comprender que en su sentir no es una intromisión enemiga como Rusia vive este avance militar hacía su vecino.
Creo que el camino más inteligente para llegar a una resolución lo más pacífica posible es contemplar equilibradamente las razones de cada actor, otorgar valor también a la inquietud rusa de sentirse socavado al ver a su país vecino cercano a unirse a la organización que podría ubicar armas cerca de él.
Ahora bien, eso no justifica una maniobra militar que ya viene costando vidas; solo ayuda a comprender las razones de un país que reacciona y este es su sentir respecto de un avance sistemático que siente sobre sí.
BRANCO IVÁN CAPITANICH
DNI 30.789.962
Resistencia