La heladería La Porteña supera la pandemia con sus cimientos intactos
Fundada por un búlgaro cuando Resistencia aún era colonia, hoy sus descendientes continúan sirviendo el tradicional helado.
La Porteña es sin dudas la heladería más clásica de la ciudad de Resistencia. Fundada hace 85 años por el búlgaro Basilio Penoff, comenzó en el negocio fabricando barras de hielo, cuando aún no existían máquinas para elaborar el tradicional postre. Su nieta Susana Penoff, que hoy junto a su hermana están al frente del negocio, contó a NORTE los inicios de la empresa fundada por su abuelo, que comenzó de muy joven en épocas de la Colonia Resistencia, allá por la década del 30.

“Primero empezó con otro emprendimiento. Vendía churros en base a una receta que un paisano suyo de Bulgaria le enseñó a hacer, y junto con la venta de barras de hielo fue creciendo de a poco”, narró la sucesora de Basilio, inmigrante llegó a los 7 años a la Argentina y que primeramente se instaló en el interior del Chaco.
En Bulgaria, la familia de Basilio se dedicaba a la hotelería. Una vez adolescente, el joven Basilio se traslada a la Colonia Resistencia para dedicarse a la venta ambulante de churros. “De esa manera comenzó”, comentó Susana.
“Mi abuelo nació en el 1921, y llega a la Argentina en 1928. En 1935 se trasladó a Resistencia con 14 años para ganarse la vida lustrando botas en frente de la plaza”, recuerda Susana sobre las vivencias del fundador de la heladería. Eran otras épocas, y el joven Basilio, de los primeros pobladores de la Colonia, pudo comprarse su terreno, hoy calle Franklin 147, donde está emplazada la heladería, zona que antes era inhóspita.

Una vez instalado en su nuevo hogar, Basilio comenzó con la venta de churros en el puerto de Barranqueras, con tan solo 16. “La zona del puerto era altamente comercial allá en los años 30 y 40, todo pasaba por ahí”, relató Susana. Llegado el año 1946, Basilio se casa ya con la heladería en funcionamiento, con tal vez la primera máquina para fabricar helado que se vió en el Chaco. “En aquellos tiempos se vendían helados en carritos y hasta a caballo”, agregó Susana.
“La clave del éxito es no bajar los brazos”
Tantos años de trabajo dejaron marcados que hasta hoy en día siguen impregnados en su sucesora. Basilio Penoff falleció en 2018 a los 97 años, y según su nieta el trabajo siempre lo mantuvo joven y saludable.
Una de las enseñanzas de su abuelo que comparte Susana es la del espíritu trabajador. “Nosotros nunca dejamos de trabajar, algo que ahora vemos que no pasa con los jóvenes, que bajan los brazos al primer inconveniente”.

Si hay algo que está siempre presente en la historia Argentina son los vaivenes económicos que devienen en obstáculos para cualquier negocio. Ante esta pregunta, Susana reveló la fórmula por la que “La Porteña” sigue vigente después de tanto tiempo. “Si estamos hace tantos años es porque lo último que vamos a dejar de hacer es trabajar, ese es el único secreto”, expresó Susana.
En pandemia el local sigue creciendo
Al momento de realizar la entrevista, Susana comentó a este impreso que se encuentran remodelando el interior del histórico local de Franklin 147. A pesar de la pandemia y de la crisis económica, son tantos los años de trabajo en La Porteña que ninguno de esos factores son impedimentos para invertir en la empresa. “Nosotros estamos a todas horas, desde bien temprano hasta bien tarde, ya la gente sabe que pueden venir a cualquier hora a comprar facturas o helado y nosotros vamos a estar, esa es una de nuestras claves”, contó la propietaria.