CARTA DE LECTORES
Charles Darwin y la pandemia
Señor director de NORTE:
En octubre de 1831 un muy joven Darwin llega a nuestras tierras, recorre la costa atlántica, descubre cosas más allá de lo que esperaba y comienza a definir la teoría que lo hizo famoso. Tratando de explicar el proceso evolutivo pronuncia una frase que muchos ponen en duda sea de su autoría: “Las especies que sobreviven no son las más fuertes, ni las más inteligentes, sino aquellas que se adaptan mejor al cambio”.
Darwin no conoció el coronavirus, ni antivirales o antibióticos aunque sí tenía noticias de lo que era una vacuna recientemente descubierta (viruela 1796), por lo tanto creyó que la principal y tal vez única razón de que la humanidad siga existiendo era su capacidad de entender y adaptarse a los grandes cambios.
Las especies animales que no tuvieron esta capacidad directamente desaparecieron y algunas pruebas de esto descubrió Darwin en nuestra Patagonia. Millones y millones de muertos causaron la peste, la lepra, el tifus, la difteria, sífilis, paludismo, fiebre amarilla, cólera, tuberculosis y la ya nombrada viruela, sobre las que Darwin tenía noticias.
Lo que no pudo conocer ni enterarse fue la mal llamada gripe española de 1918, la poliomielitis, el sida, ébola, H1N1, entre otras, consideradas las pandemias modernas.
Sin globalización, sin medios de traslado que no fueran los largos viajes en barco o en carruajes por tierra, esas enfermedades no modernas causaron millones y millones de muertos. La humanidad fue diezmada en varias oportunidades. Pero nos adaptamos, estudiamos, fuimos conociendo las causas y como combatirlas e incluso llegamos a prevenirlas.
Posiblemente esa capacidad de adaptación y resistir para seguir viviendo, hoy la llamemos resiliencia. Porque si hay algo a lo que nos aferramos, en general, es a seguir viviendo. En pocos meses ya estará suficientemente probada la vacuna y dentro de dos o tres años el Covid-19 no será nuestra principal preocupación ni será título de tapa de los diarios.
La capacidad de adaptación, de resistencia, de resiliencia habrán triunfado una vez más. Pero paralelamente no nos ocupamos y muchos ni se preocupan, por las consecuencias sociales que inevitablemente sufriremos.
Millones de personas en el mundo no se sentirán ganadoras, ni resilientes ni querrán adaptarse jamás a su nueva realidad. Otras enfermedades o expansión de algunas ya existentes sumadas a la gran pobreza que se agregará a la estructural previa.
En abril de este año, Unicef dio a conocer un informe sobre las consecuencias del Covid-19 y la nueva realidad que dejará instalada en Argentina para niñas, niños y adolescentes. Según este informe a comienzos del 2020 el 53% de las niñas, niños y adolescentes eran pobres. Hacia el fin de la pandemia calculan que serán el 59 % y la indigencia llegará a más del 16%.
Dicho de otra forma Unicef dice que llegarán a 8 millones de niñas, niños y adolescentes pobres en nuestro país. Además tendríamos que pensar qué posibilidades de recuperación tienen, cuán desactualizado o inexistente será su nivel educativo, el déficit de alimentación, salud, imposibilidad de lograr algún tipo de trabajo.
Esos también son indicadores que nos revelan la calidad de vida que tiene tan alto nivel de población. Seguramente la vacuna contra el Covid-19 será incluida en el programa nacional obligatorio, pero resultará muy, pero muy difícil que existan las necesarias soluciones para bajar esos lamentables porcentajes que padecen millones de argentinos. El aumento de la desigualdad social también será una consecuencia no deseable de la pandemia.
¿Qué pensaría Charles Darwin sobre esta realidad? ¿Seguiría pensando que nos estamos adaptando para sobrevivir? O tal vez sería probable que repensara su teoría, o, en el mejor de los casos, que dejara de creer que esto es evolución de la especie.
RAÚL S. VINOKUROV
RESISTENCIA
Los factores que impulsaron la provincialización del Chaco
Los factores institucionales La Ley Nacional 1532 de 1884, que organizaba al Territorio Nacional del Chaco y los demás Territorios Nacionales, preveía en su artículo 4° que toda Gobernación que alcanzase una población de setenta mil habitantes tenía derecho a ser declarada provincia argentina, y que aquellas que superasen los treinta mil debían contar con una legislatura territorial. Estos preceptos legales nunca se cumplieron mientras duró la vigencia de esa ley.
Ese incumplimiento de la ley por muchos años convirtió a los habitantes de los Territorios Nacionales en verdaderos “ciudadanos de segunda clase”, ya que no tenían los derechos políticos de que gozaban los ciudadanos de otras provincias. Solamente podían elegir y ser elegidos para los cargos municipales, en las pocas comunas que se fueron creando.
Los gobernadores designados por el Poder Ejecutivo Nacional, desconocían el medio en el que les tocaba actuar, salvo algunas excepciones, y sus nombramientos respondían más bien a compromisos y componendas políticas.
Estas situaciones fueron generando un malestar en los Territorios Nacionales a medida que aumentaba su población y su desarrollo económico. Los movimientos territoriales Este descontento se tradujo en la organización de numerosas entidades, integradas por hombres representativos de las diversas actividades económicas y sociales de cada Gobernación.
En el Chaco surgieron, entre otras: la Liga Territorial para la Representación en el Congreso (1918), el Comité por un Gobernador Chaqueño (1919), la Unión Territorial del Chaco para exigir la instalación de una legislatura local (1920), la Asociación de Fomento de los Territorios Nacionales (1922), por iniciativa de Juan S. Mac Lean para encarar la solución de los múltiples problemas territoriales.
A estas entidades siguieron la Agrupación Pro Derechos Territoriales (1930) y la “Alianza Civil Territorial” (1936). Tanto en estas entidades como en la prédica periodística desde “la Voz del Chaco” y la Revista Estampa Chaqueña, participaron hombres destacados por su prédica en defensa del Territorio, como Juan S. Mac Lean, Enrique Lynch Arribálzaga, el escritor Juan R. Lestani, y el periodista Ildefonso Pérez, entre otros.
Vigoroso desarrollo del Territorio del Chaco Distintos proyectos para la representación en el Congreso de los Territorios Nacionales se presentaron entre 1920 y 1932, pero la falta de consenso entre los sectores políticos y de confianza en la dirigencia territorial, impidió que se concretasen.
Hacia 1947 el Chaco había incrementado su población a 430.555 habitantes, según el Censo Nacional de ese año. Este notable crecimiento demográfico era acompañado por un vigoroso desarrollo basado en el cultivo del algodón, que con apoyo estatal y el accionar de las Cooperativas se venía incrementando desde 1920.
Aunque la actividad forestal y de la industria del tanino estaban en declive, la ganadería había crecido notablemente. Los pueblos y colonias del centro y sudoeste chaqueños estaban en pleno apogeo, la educación primaria se había difundido en todo el territorio, la secundaria en las ciudades principales, y la actividad cultural venía incrementándose a través de numerosas instituciones que surgían en los pueblos y ciudades.
Factores políticos y sindicales
La Reforma Constitucional de 1949 impulsada por el Gobierno del general Juan D. Perón estableció en su artículo 82 que los habitantes de los territorios podían concurrir a la elección de Presidente y Vicepresidente de la Nación.
Este primer paso impulsó las gestiones que desde sectores obreros se venían realizando para lograr la provincialización. El que encabezó esta campaña fue el dirigente obrero Felipe Gallardo, quien recogió firmas y adhesiones en todo el Chaco.
Se le hicieron llegar varios petitorios en ese sentido al presidente Perón y a su esposa María Eva Duarte, en ocasión de sus visitas al Chaco. Finalmente, una delegación obrera entrevistó a Perón en Buenos Aires en 1950, logrando el compromiso de impulsar en el Congreso el tema de elevar al Chaco al rango de provincia.
En 1951, Eva Perón recogió esta inquietud y en junio envió al Senado de la Nación un mensaje solicitando la sanción de la Ley de Provincialización del Chaco y La Pampa, fundamentando su petición en la necesidad de reparar una injusticia histórica con estos territorios que habían cumplido con las exigencias de la Ley 1532, que poseían suficientes recursos propios para constituir unidades económicas autónomas y una población laboriosa que había “templado su civismo en la escuela de sus municipios”.
El Chaco nace como provincia El Senado comenzó el inmediato tratamiento del proyecto de provincialización enviado por el Poder Ejecutivo y lo aprobó el 5 de Julio, pasándoselo a la Cámara de Diputados que lo convirtió en ley 14.037 el día 20 del mismo mes.
El presidente Perón la promulgó el 8 de agosto de 1951, y el Chaco y La Pampa pasaron a ser provincias. Cada una conservó los límites territoriales que tenían al ser consagradas como tales y una Convención Constituyente debía sancionar la Constitución Provincial dentro de noventa días de su instalación.
En el Chaco, la Convención Constituyente sancionó la Carta Constitucional el 21 de diciembre de 1951, la cual adoptó el nombre de Provincia Presidente Perón y fijó su capital en Resistencia.
Las primeras autoridades constitucionales de la historia del Chaco asumieron el 4 de junio de 1953, luego del acto eleccionario en el que triunfó el Partido Peronista con la fórmula integrada por Felipe Gallardo para gobernador y Deolindo Felipe Bittel para vicegobernador.
Este primer gobierno constitucional chaqueño duró hasta el 16 de septiembre de 1955, fecha en que un golpe militar destituyó al presidente Juan Domingo Perón, derogó la Reforma Constitucional de 1949, anuló las constituciones provinciales de los territorios y también el nombre impuesto a nuestra provincia, la que volvió a denominarse con su antiguo nombre, Chaco.
Por Marcos Altamirano
(El autor es miembro de la Junta
de Estudios Históricos del Chaco)
Letras del silencio
En el quinto aniversario del fallecimiento del doctor Aldo Oscar Valesini (1960/2015)
No sé exactamente
en qué momento quedé atrapado en tus trazos,
en qué momento me convertí en tus textos,
en qué momento comenzamos a construir nuestro idioma…
Allí estoy, tan callado como la tinta que imprime tus publicaciones,
esperando volver a ser tu voz de grave acento pronunciándome…
miro atrás solo para rescatar ese momento
donde la complicidad del tiempo transformaba
en eterno lo fugaz del apego
Tu escritura duerme allí
donde soy dueño de las sombras
en las cuales ladran perros y cantan grillos,
evocando la champaña, las copas de cristal,
las óperas de María Callas,
la brasa humeante de un cigarrillo, la mirada del gato…
Y como en las madrugadas borgianas, sin ninguna despedida,
unos recuerdos avanzan mientras otros se van,
sin dejar heridas ni lágrimas…
acumulando versos cual postales del tiempo
donde seguir tácito mientras tú descansas en paz.
ÁNGEL MONTIEL
DNI 17.016.826
Resistencia