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Sergio Osvaldo Alila iba en moto con el padrastro

Tras estar dos semanas prófugo, detuvieron a supuesto abusador

El empleado de la empresa Secheep de 32 años, luego de quince días de estar al margen de la ley, fue detenido en Obligado y Las Heras. Hay dos mujeres que lo denunciaron

Estaba al caer tras los resultados del jueves cuando en varios domicilios se hallaron dispositivos electrónicos, celulares y otros elementos de interés para la causa que está a cargo del fiscal de investigaciones Roberto Villalba.

Sergio Osvaldo Alila, de 32 años, logró sortear durante quince días a los sabuesos de Investigaciones Complejas, los que a través de Cibercrimen le pisaron los talones hasta ayer, cuando después de las 13 se lo atrapó en Obligado y Las Heras, cuando se movilizaba en una moto conducida por su padrastro. El mismo que había sido demorado antes porque usó la tarjeta de Alila, lo que a todas luces para el fiscal se trató de que estaba ayudándolo a evadir la ley.

Alila durante casi todo el tiempo que vivió en la clandestinidad, accedió diariamente a sus redes sociales y desde allí hablaba de su causa y se defendía de las denuncias, a las que las definió de mentirosas a las dos mujeres que dicen haber sido abusadas cuando tenían 16 años.

Alila fustigó y criticó al fiscal, y a los policías que no podían dar con él y también contra la prensa: varias veces publicó notas de NORTE donde daba cuenta que no existía registro de captura en su contra y que tampoco estaba prófugo porque no había recibido ninguna notificación.

Cuando supo de los allanamientos del miércoles, donde se detuvo a su padrastro y a una amiga a la que el fiscal creyó que lo ayudaba a extraer dinero del cajero, publicó una sola vez acerca de esos procedimientos y luego cerró sus cuentas.

Ya sabía que sus horas las tenía contadas en libertad y así fue, ayer terminó interceptado y cuando supo que eran policías los que estaban a su lado, entró en crisis y se descompensó. Un servicio de emergencias debió acudir hasta la zona de los hechos, donde curiosos en medio de la pandemia y con barbijos colocados, aprovecharon a ver quién era. Su imagen y un video no tardaron en viralizarse y en ése registro se lo observa en un estado de nerviosismo notorio.

EL ÉXITO DE LA INVESTIGACIÓN

Los dirigidos por el jefe de Investigaciones Complejas Aldo Mendoza lograron cerrar una investigación que parecía difícil por los “conocimientos que tiene el sujeto en redes sociales y tecnológicos”, había dicho a NORTE, el fiscal del caso Roberto Villalba. Pero siempre al igual que el propio Mendoza, cuando NORTE les consultaba, se expresaban seguros que Alila no tendría mucho margen para mantenerse escondido. Y los días fueron claves para lograr informes de la empresa de telefonía y de Facebook a fin de dar con el escurridizo hombre que no dejaba de burlarse de la ley y de las denunciantes.

El comisario Mendoza logró demostrar la preparación de sus hombres en ciberdelitos, logrando pasar a retiro con el fugitivo ya a disposición de la justicia. En el día que Alila era atrapado, Mendoza confirmaba a NORTE que fue pasado a retiro. Un hombre de grandes condiciones y de una basta experiencia dejó ser parte de la fuerza policial. Un jefe con alto nivel de preparación que días atrás había estado participando online de un curso contra el crimen organizado.

Por otro lado, Alila estaba parando en calle Rodríguez Peña al 1521, donde allí se ubicaron los sabuesos y esperaron el momento donde pudieron ver que Alila iba de acompañante en una moto de 110 cilindradas conducida por su padrastro Ángel Cabral de 52 años. En el inmueble donde paraba Alila, se encontró una pistola con cargador, que estaba en una cartuchera de cuero color marrón