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Se extiende la huelga general en Ecuador

Los choques ya dejan más de 1.000 detenidos. El Gobierno ofrece asistencia a los sectores más golpeados por el “paquetazo” del FMI, pero no consigue acuerdo. Indígenas toman a policías como rehenes.

La multitud acompaña el féretro de un manifestante asesinado por la policía.

   Quito, 10 (AFP y Reuters) - Este jueves, luego de que el gobierno ofreciera una agenda de diálogo, un sector de agrupaciones indígenas retuvo a seis policías y a casi 30 periodistas en la Casa de la Cultura, lo que las autoridades calificaron de “secuestro”. Horas más tarde, sin embargo, fueron liberados. Las protestas dejan ya varios centenares de detenidos.

   La Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) busca aumentar la presión sobre el gobierno. El paro nacional se desarrolla en forma pacífica, aunque en algunos sectores la situación se agravó y hubo durísimos enfrentamientos entre policías y manifestantes. El Defensor del Pueblo confirmó la muerte del dirigente indígena Inocencio Tucumbi durante la marcha, aunque no detalló las circunstancias.

   “Hemos vivido días de mucha agitación, nos hemos sorprendido de nuestra capacidad de lucha y resistencia, y hemos demostrado al mundo que el movimiento indígena y el pueblo ecuatoriano somos un solo puño, y el lugar que nos ha dado la historia. Hemos hecho temblar al poder. Nuestra palabra está puesta: esto no para hasta que el FMI salga del Ecuador”, dijo un comunicado de la Conaie suscrito por su presidente, Jaime Vargas.

   “Nosotros queremos que salga el Gobierno de aquí”, dice José Jacho, de 29 años, que viajó a Quito con su familia desde la provincia de Cotopaxi, en el centro del país. “Estamos cansados, con el paquetazo en el combustible sube todo, también las semillas del abono. Por eso estamos organizando estos paros”, asegura.

  Todo depende ahora de la capacidad del Gobierno de negociar y de la voluntad de diálogo de los manifestantes, que apoyan en parte esa salida. El Ejecutivo ofreció medidas para “compensar” los efectos del paquetazo, entre ellas reestructurar las deudas de las organizaciones que no estén al día en los pagos de la financiación de sus terrenos, o financiar el seguro agrícola. Pero es claro que la propuesta está lejos de ser suficiente para los manifestantes.

Al gobierno le preocupa un posible “desgranamiento” en las filas del ejército, que hasta ahora es su único respaldo explícito.

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