La fiestita de 15 de Domínguez
En eso se convirtió la final de la Copa Libertadores de América. Decisión que viola el reglamento de la Conmebol. Ya nada importa. El presidente paraguayo sólo piensa en vender derechos y hacer negocios. Voy a utilizar una frase que Donofrio utilizó para la AFA, “a la Conmebol hay que dinamitarla y hacer una nueva”.

La Libertadores fue un mamarracho desde principio a fin. La Conmebol es incoherente, de fallar de acuerdo a reglamento debió darle el título a Boca. La Unidad disciplinaria nunca tuvo independencia, Domínguez le marcó la cancha desde el primer día que la final debía jugarse.
Hicieron votar a un miembro que estaba tomando sol en Tailandia para que el fallo sea favorable a jugar la final. Todo una vergüenza. El señor Domínguez nunca fue imparcial en la historia, nunca se pudo sacar la camiseta de River y sus ganas de hacer negocios, cuando lo que estaba por encima es la deportividad de nuestra Champions, hoy pisoteada.
Tampoco me gustó que Infantino se lleve la final a Europa desde la prepotencia, tratándonos de sudacas infradesarrollados. Perdimos el respeto. La final podría jugarse en River, Mendoza, Cordoba, por citar tres sedes en nuestro país.


A estos tipos no le importan ni los socios de River, ni los hinchas que pagaron fortunas para estar en el Monumental. La batalla legal continúa, Boca sigue con su idea de ganar en el escritorio, mientras que River no está conforme por jugar fuera de Nuñez y también apela.
La única buena noticia es que habrá partido, la copa se definirá en la cancha y la ganará el que sea mejor. Lo triste es que sea en la fiestita de 15 de un dirigente impresentable como Alejandro Domínguez.