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Se juega hoy, a las 16

La final de la Champions desborda a Estambul

En el encuentro, se enfrentará el Manchester City, de Julián Álvarez; y el Inter, de Lautaro Martínez.  Se jugará en el estadio Olímpico Atatürk con un aforo de poco más de 75.000 espectadores.

La ciudad turca de Estambul estima una invasión de casi 80.000 personas, entre este jueves y las primeras horas del sábado, para ver la final de la Champions League entre el Manchester City de Julián Álvarez y el Inter de Lautaro Martínez, que se jugará en el estadio Olímpico Atatürk con un aforo de poco más de 75.000 espectadores, por lo que se estima que muchos hinchas no podrán ingresar al recinto.

Y es que conseguir una de las entradas puestas a disposición por la UEFA no fue sencillo. La demanda superó con creces los 75.145 asientos del estadio, que de todos modos no fueron destinados a la venta en su totalidad. Algunos lugares que quedan inhábiles por asuntos de seguridad o infraestructura y además se reservan unas 24.800 localidades para patrocinadores y otros compromisos. Esto deja unas 47.200 entradas para los aficionados.

De ese lote, unas 20.000 entradas se reparten para cada equipo finalista, por lo que al aficionado neutral apenas le quedaron 7.200 entradas que se agotaron rápidamente.

"Nosotros somos anfitriones, pero no podemos ir a ver la final. Las entradas disponibles duraron horas y estoy seguro de que la mayoría de los que compraron no son de Estambul", dijo a Télam Berat, un trabajador turco de un restaurante de la zona de Sisli.

No obstante, los habitantes de la capital se muestran un tanto indiferentes a lo que está por suceder el sábado. El domingo último vivieron con pasión el clásico entre el Galastasaray y el Fenerbahce, que finalizó con triunfo de los rojos y amarillos por 3 a 0, con un gol del argentino Mauro Icardi.


AGUAS DIVIDIDAS 

En cuanto a preferencias, las cosas están divididas: para algunos, como Heymen, que trabaja en el Gran Bazar, la victoria será para los de Josep Guardiola, pero su compañero Hamza será el Inter quién se lleve el triunfo. Apasionados del fútbol al fin, no tendrán demasiado interés, pero basta la controversia para abrir la discusión en la que se prenden otros vendedores de puestos vecinos a viva voz inclinando la balanza hacia uno u otro lado.

Si bien el grueso de los hinchas es esperado entre viernes y sábado por la mañana, ya se pueden ver casacas celestes y neroazurras deambulando por la Plaza Taksim, por la zona del puerto para hacer el cruce del Bósforo y por la zona del Gran Bazar y el Bazar de las Especias de Estambul, una ciudad ubicada en el límite entre dos continentes: Europa y Asía.

Charlie, Tomas y Alfie son tres jóvenes que viven en Wigan, cerca de Manchester. Hinchas "desde la cuna" del City, lo siguen adonde puedan. Los tres trabajan en el sector inmobiliario y dicen riendo, "eso nos da la posibilidad de poder ir tras ellos toda vez que querramos".

Llegaron por la mañana y tras dejar sus cosas en un hotel de la zona de Kabatas fueron directamente al Gran Bazar. Tienen la "absoluta" convicción de que esta vez "seremos campeones". Confían en (Erling) Haaland "pero también en Álvarez", señalan al unísono ante Télam.

Dos llevan camisetas celestes, pero el tercero porta una blanca y al quitarse la campera en el dorsal se lee: "Agüero". "He is the best", dijo entusiasmado y confiando que la "Araña" Álvarez alcanzará su misma magnitud. Los otros dos le recuerdan también a Tevez, quién, dicen, dejó "los mejores recuerdos en Manchester".

Compraron las entradas antes de haberse clasificado finalistas: "Sabíamos que éramos nosotros", dicen quienes pagaron 524 euros cada uno para estar en la tribuna principal.

El estadio Atatürk fue la sede de una de las finales de Champions más memorables de la historia, precisamente también entre equipos italianos e ingleses. En la temporada 2004/05, Milán y Liverpool se citaron para el partido más importante del año en un estadio recién renovado, que había reducido su aforo de 80.597 espectadores a 76.092 butacas al eliminar los asientos que tenían mala visibilidad.

Ganaba el Milan 3 a 0 y en seis minutos el Liverpool lo empató, forzó alargue y penales y se quedó con la copa.