Calles para la vida
Los traumatismos sufridos por víctimas de siniestros viales constituyen una de las principales causas de muerte y discapacidad en todo el mundo.
Así lo señala la Organización de Naciones Unidas que advierte que a nivel global esas lesiones o daños que afectan tejidos orgánicos y huesos provocan la muerte de aproximadamente 1,3 millones de personas y causan lesiones a 50 millones de personas cada año. Además, afirma la organización, son la principal causa de mortalidad entre los niños y los jóvenes de cinco a 29 años.
La ONU, la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud, proponen celebrar a partir de hoy la Semana Mundial de la Seguridad Vial. Se trata de la séptima edición de esta iniciativa global que, en esta ocasión, se lleva a cabo bajo el lema "Calles para la Vida" y que destaca la importancia que adquiere en estos días el transporte sostenible. En ese sentido, se señala la necesidad de promover los desplazamientos a pie, en bicicleta y en transporte público. La ONU, por otra parte, recuerda que el Plan Mundial para el Decenio de Acción para la Seguridad Vial 2021-2030 propone que, de aquí a 2030, se adopten medidas concretas para reducir en un 50% las muertes y los traumatismos causados en el tránsito. Para prevenirlos, el plan propone abordar la totalidad de la infraestructura de transportes y adoptar medidas para garantizar la seguridad de las vías de tránsito, de los vehículos y de los comportamientos viales, además de mejorar la atención de urgencias. Es por eso que este año, además, la campaña tiene también como lema "Repensar la movilidad" en un marco de seguridad vial ya que, según las estadísticas, a nivel global una de cada cuatro defunciones por traumatismos en siniestros viales afecta a peatones y ciclistas. Frente a esta realidad, la ONU propone que la circulación en las ciudades debe diseñarse teniendo en cuenta la seguridad de las personas de mayor riesgo. Para eso es necesario replantear la planificación, el diseño, la construcción y el funcionamiento de las redes viales, de modo tal que reduzcan los riesgos de muertes y lesiones causadas por el tránsito. Históricamente, observan expertos de la ONU, desde que se inventó el automóvil la mayoría de las calles y rutas del mundo fueron diseñadas pensando casi exclusivamente en la circulación de estos vehículos. Por eso propone rediseñar las calles en función de las personas, teniendo especialmente en cuenta a las que presenten un mayor riesgo de lesión: los niños, los adolescentes, las personas con discapacidad, los peatones, los ciclistas y los usuarios del transporte público. "Si la vía pública es segura para esas personas lo será también para todas las demás; este tipo de diseño también permitirá pasar de un modo de transporte a cualquiera de los otros con más facilidad", señala un informe de Naciones Unidas sobre seguridad vial que, por otra parte, sostiene que todas las medidas que promuevan un incremento de los desplazamientos a pie y en bicicleta en las ciudades se traducirán en beneficios para la salud y el medio ambiente, contribuyendo a la disminución de las enfermedades no transmisibles como las cardiopatías y las neumopatías, el cáncer y la diabetes. Permitirá, además, reducir la contaminación atmosférica y acústica. "Una vía pública pensada para caminar e ir en bicicleta es una vía pública en la que prima el urbanismo sostenible, con ciudades que se construyen para el bienestar de las personas, pero también a favor del entorno de las generaciones futuras. Los desplazamientos a pie y en bicicleta en condiciones de seguridad también permiten construir sociedades más equitativas, donde todas las personas tengan el mismo acceso a lo que ofrece la ciudad con independencia de su nivel socioeconómico", señala el documento de la ONU.
Cada vez son más los países que adoptan medidas para mejorar la seguridad de los ciclistas. En los Países Bajos, por ejemplo, adoptaron medidas para garantizar la seguridad de los que se movilizan en estos vehículos de dos ruedas. De esa manera, lograron una reducción del 80 % en el número de ciclistas muertos en siniestros viales. Expertos que analizaron este caso concluyeron que esta notable mejora en la seguridad se debe, en gran parte, al establecimiento de una jerarquía vial con grandes áreas de tráfico donde el tráfico motorizado se mantiene alejado de los ciclistas. Es de esperar que iniciativas de este tipo también se puedan impulsar en nuestras ciudades.