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Hipólito Ruiz

Columnista

¿Vaca Muerta o Vaca Viva?

"Pese a las dificultades económicas del escenario vigente, los altos rendimientos de pozos registrados en Vaca Muerta impiden que los inversores abandonen el mercado local". Eso dicen empresarios ligados de algún modo al gobierno de la Nación.

En realidad, nadie duda de la gran posibilidad que tiene el país de establecer metas claras a través de Vaca Muerta, como es que en algún momento, las regiones del país que aún no tienen gas natural, puedan contar con este servicio de energía que permitirá un desarrollo importante para las pymes, generadoras de mano de obra, como también para el uso residencial, porque por estos días, los usuarios del interior de Chaco, por ejemplo, están pagando más de 2 mil pesos por la garrafa de 10 kilogramos.


‘Hemos vivido del agro, pero llegamos a un punto en el que no podemos hacerlo más. Y como tampoco podemos reducir el gasto, estamos en un círculo vicioso. Al generar muchísimos más ingresos, Vaca Muerta puede permitir mantener este nivel de gasto‘.

Estas palabras las dijo Ernesto López Anadón, en su carácter de presidente del Instituto Argentino del Petróleo y del Gas (IAPG). Ahora, ¿alguien tiene dudas de que este pensamiento es ideológico, enmarcado en sostener un Estado que no le interesa evitar que siga creciendo el gasto público?

18 MILLONES DE POBRES, 3,8 MILLONES DE INDIGENTES

Según el Indec, en la Argentina hay 18.679.605 de pobres y 3.859.816 millones de indigentes. El norte del país concentra los dos aglomerados urbanos con mayor incidencia de pobres, por encima de 43% de la población.

Chaco tiene -en el gran Resistencia- un 54% de pobreza. Pero preferimos discutir numeritos, si la indigencia bajó, o si la pobreza solo se toma en áreas metropolitanas y todos los etcéteras.

Tampoco se habla mucho de otro cachetazo de la realidad: en la Argentina hay 7 millones de niños pobres, ni de su efecto multiplicador de eso para las nuevas generaciones.

Un sacerdote del barrio decía ayer, al respecto, que la clase política argentina con estos datos mira para otro lado ‘y se hace la zonza como perro que ha volteado la olla‘.

EXPULSIÓN RURAL

Entre 2006 y 2008, se habló mucho que la situación socioeconómica que sufría el Chaco se explicaba, según los especialistas, por el proceso de expulsión rural que provocaba la siembra de monocultivos, en particular de la soja.

El 70 por ciento de la 1,5 millón de hectáreas sembradas se encontraban concentrados en el 7 por ciento de los productores.

¿Y ahora cómo estamos? Con serios problemas, más allá que se esté trabajando con la ampliación del servicio de energía eléctrica rural, está faltando un agresivo plan de fomento para que los pequeños y medianos productores agropecuarios puedan seguir apostando por vivir en el campo. Las escuelas EFA (Escuela de la Familia Agrícola) son un aporte invalorable para este fin, pero falta el contexto ya que es imposible sostener algunas actividades productivas.

Esto está ocurriendo en Chaco, en Santiago del Estero, en el norte de Santa Fe, en Formosa.

Hay nuevamente un éxodo de familias rurales hacia los pueblos y ciudades. Muchos han mal vendido sus pequeñas parcelas, curiosamente, a un mismo dueño que también compró las del vecino, y las del otro vecino. ¿Casualidad? Lo cierto es que estas familias van a la ciudad, y demandan servicios, como luz, agua, salud, y en vez de vivir produciendo para su consumo y tratar de vender el excedente, son empujados a las urbes, donde el Estado tendrá que asistirlos con planes sociales. ¿Cómo se llama todo esto? Escríbalo usted.

¿Y LA VACA VIVA?

Algunos economistas proponen un régimen especial que promueva las inversiones con reglas de juego permanentes en lo fiscal, normativo y gremial, generando áreas free trade para impulsar las exportaciones y las inversiones y salir definitivamente del endeudamiento externo, pero lo hacen solo poniendo el foco en el potencial energético de Vaca Muerta, dice Fernando Vilella, un ingeniero agrónomo, titular la Cátedra de Agronegocios de la Facultad de Agronomía de Buenos Aires.

Políticas de estado en energía, facilitación de inversiones y generación de empleo son relevantes e imprescindibles, aunque deben combinarse con otras estrategias de desarrollo territorial que tiene similares necesidades económicas y sociales para lograr generar trabajo genuino y arraigo, además de exportaciones realmente competitivas, es lo que llaman Vaca Viva, una figura que representa a toda la bioeconomía, no solo a la ganadería. Vaca Muerta, como todo el petróleo y gas (también el carbón), es producto de la fotosíntesis antigua de hace millones de años acumulada en sedimentos de plantas y microorganismos sometidos a distintos procesos físicos y químicos.

La Vaca Viva, es un sinónimo de Bioeconomía, que reúne a todas las cadenas agroindustriales productoras de alimentos de origen vegetal y animal, bioproductos, energía y fibras, todo a partir de la fotosíntesis actual, capturando CO2 atmosférico, principal causante del ‘efecto invernadero‘.

Como la logística en muchos casos es cara, el agregado de valor a esa biomasa, fundamentalmente logrado por sumar conocimiento, debe ser in situ, generando entonces un desarrollo local y sostenible.

Los inversores son mayoritariamente de origen nacional, muchas Pymes, por lo que se supone que las ganancias en su mayoría quedan en el país.

LA TRAMPA DE LA POBREZA

En la Argentina hay mucho debate inútil. Se nota, como en el Chaco, la ausencia de propuestas y es más, duele ver que en una manifestación de usuarios de Secheep y Sameep haya algunos sectores de la oposición política que hayan intentado usar este descontento para sacar su tajada partidaria. Patético.

Por la sencilla razón que desvirtúan un reclamo genuino y que llena de agobio a miles de familias chaqueñas. Pero volviendo al tema, es necesario salir de la trampa de pobreza en el país.

Los debates son ideológicos, carentes de propuestas. Necesitamos producir más, y dejar de calificar por estratos a los productores primarios.

En la Argentina hay 36 cadenas productivas, que pueden generar mano de obra y dineros frescos a las economías locales.

El algodón es una de ellas, excelente generadora de puestos de trabajo, directo e indirectos. ‘Los nuevos rumbos integradores sociales a partir de la concepción de la bioeconomía y el enfoque conceptual en Vaca Viva.

El campo genera más de un millón de empleos directos, más los indirectos. Si la integración, el crecimiento y la interacción pública privada lo enfocaran como política país, sería una verdadera revolución social y del trabajo en el país. El mensaje es que podemos avanzar rápidamente del modelo actual, a uno innovador, incerto en el mundo, con sustentabilidad científica, productiva, social, económica y territorial‘, dice el economista Roberto Bisang.

En síntesis, la decisión argentina debe ser apostar por las dos vacas: Muerta y Viva. Todo lo que hoy se pueda decidir y hacer, tendrá impacto directo en poco tiempo más. Y no olvidemos-sería como pegarse un tiro en los pies-de los pequeños y medianos productores, de los que no tienen espaldas para seguir en el sistema. Allí tiene estar enfocado el esfuerzo. Ellos también forman parte de este desafío de la Vaca Viva. Ellos son el sostén de miles de argentinos y de que en el campo sigan viviendo. Lo demás, puede ser anecdótico, estadístico y hasta frívolo. Los pequeños y medianos chacareros no. Y no quieren irse del campo. Lo hacen por obligación, y hay que frenar el éxodo rural.

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