Distracción que aumenta el riesgo en el tránsito
Según la Agencia Nacional de Seguridad Vial, el uso del celular es el principal factor de distracción entre los conductores de nuestro país.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud advierte que cuando la persona que conduce realiza o recibe una llamada en su teléfono móvil mientras está en la vía pública con el vehículo en movimiento, las posibilidades de protagonizar un siniestro vial aumentan entre tres y cuatro veces.
Hay que decir, además, que también los peatones que hablan o envían mensajes a través de sus dispositivos móviles cuando cruzan una calle se exponen a serios riesgos. Un reciente informe publicado por la asociación civil Luchemos por la Vida afirma que el empleo de un teléfono móvil al hablar, leer o escribir mensajes genera una disminución de las capacidades similares a las que provoca el consumo de alcohol en quienes se ponen al frente de un volante. En efecto, un trabajo realizado por investigadores del Reino Unido, por ejemplo, reveló que un conductor que usa celular está más limitado que aquellos que tienen una concentración de alcohol de 0,8 gramos por cada litro de sangre.
Es que al conducir mientras se habla por teléfono, aunque sea manos libres, se pierde la capacidad de concentración necesaria, no se mantiene una velocidad constante, la distancia de seguridad no es suficiente con el vehículo que circula delante y el tiempo de reacción aumenta considerablemente. Diferentes estudios revelan que "tras minuto y medio de hablar por el móvil el conductor no percibe el 40% de las señales, su velocidad media baja un 12%, y el ritmo cardiaco se acelera bruscamente durante la llamada". Según Luchemos por la Vida, estos malos hábitos representan un grave peligro creciente en el tránsito, por lo que es necesario que la población tome conciencia de los mismos.
Estudios encargados por la OMS confirmaron que, como se dijo, el uso de dispositivos de manos libres no reduce, como algunos creen, el riesgo de chocar con otro vehículo o a un peatón, ya que de una u otra forma al atender o realizar una llamada desde un teléfono móvil se producen muchos tipos de distracciones que pueden alterar el modo de conducir. Por otra parte, también se demostró que mantener una conversación con un pasajero mientras se conduce es menos peligroso que hacerlo por celular debido a que los tiempos de reacción son mucho más lentos cuando se habla por celular, lo que puede tener explicación en el hecho de que el pasajero está atento a la situación de la conducción y puede moderar, adaptar o posponer la conversación durante el viaje, cosa que no ocurre con el interlocutor que está al otro lado del celular. Según Luchemos por la Vida, está demostrado que el cerebro enfrenta limitaciones importantes cuando tiene que realizar dos tareas que demanden atención en forma simultánea y que por lo tanto resulta peligroso conducir mientras se habla o se mandan mensajes de texto por celular.
En relación a los hábitos de algunos peatones, hay que señalar que caminar hablando por teléfono celular no es menos riesgoso ya que quienes lo hacen cruzan más despacio las calles, sin mirar al tránsito y sin esperar que los vehículos se detengan para comenzar a cruzar. En el caso de los peatones, la distracción en una zona de circulación de vehículos a alta velocidad puede significar, incluso, la diferencia entre la vida o la muerte. Los especialistas en seguridad vial explican que, en el caso de los conductores, la distracción que se genera a partir del uso del celular mientras se está al frente de un vehículo puede afectar la conducción de distintas maneras, por ejemplo, aumentando el tiempo de reacción trastornando la capacidad de mantenerse en el carril correcto y acortando la distancia con el vehículo que circula adelante. En este sentido, observan que esa distracción incrementa el tiempo de reacción para frenar, y también la reacción frente a las señales de tránsito. Es importante que, tanto conductores como peatones, sepan que el empleo del celular mientras se maneja o se cruza una calle se ha convertido en un nuevo problema para la seguridad vial. Cada uno debe asumir el compromiso de erradicar estos malos hábitos y contribuir, de esa manera, a un sistema de tránsito más seguro.