
Periodista
Nievas: "El problema inflacionario se resuelve con reformas en la estructura de la economía"
La solución –según su visión- pasa por restringir el gasto público o la cantidad de dinero de la economía, junto con reformas que incluyan un tipo de cambio sin brechas y ajustes en las tarifas.
La pandemia, la guerra Rusia-Ucrania, el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) junto al arrastre de la crisis del gobierno anterior, la sequía histórica que condicionará el ingreso de divisas y ahora la crisis financiera en Estados Unidos por la caída del Silicon Valley Bank. Este conjunto de incidencias negativas de los últimos tiempos sobre la economía argentina sigue escalando en el daño a la economía real. Es decir, a las familias y a las empresas que deben enfrentarse cada día con consecuencias como altos niveles inflacionarios, falta de financiamiento, distorsiones cambiarias, restricción de importaciones de insumos básicos, entre otras.

El dato más reciente de fuerte impacto fue el índice de inflación de febrero, que a nivel general creció un 6,6%, pero en el NEA escaló 7,8%, y en el Gran Resistencia, 7,69%. Se trata de niveles que, de por sí, descartan la meta fijada por el ministro de Economía de la Nación, Sergio Massa, al asumir en esa cartera, de llegar en abril a un índice entre 3 y 4% mensual.
"La historia de los países con inflación muestra que la solución pasa por restringir el gasto público o la cantidad de dinero de la economía, no por aumentarlos", sostiene el economista Marcelo Nievas, docente de Macroeconomía en la UNNE y socio en FNV Capital, quien además habla sobre la necesidad de "un conjunto de reformas que ataquen la estructura misma de la economía".
Junto a ese análisis sobre las implicancias de este nuevo salto inflacionario, Nievas también abordó con NORTE los principales desequilibrios de la economía argentina, que condicionan el desarrollo y la competitividad en medio de las sujeciones que supone cumplir con el acuerdo con el FMI.
NORTE: Empecemos por lo más crítico y que afecta directamente a todos: la inflación. En febrero hubo un aumento de 6,6% a nivel general y en el NEA fue del 7,8%, récord desde que se mide en la región. ¿Coincidís en que el dato nacional hace imposible llegar a abril con una la tasa mensual entre 3 y 4%, el objetivo que había fijado Massa? ¿Y cuáles son los dos o tres factores/motivos que impiden bajar la inflación?
Nievas: Coincido. La dinámica que traen los precios deja entrever que será imposible cumplir la meta del ministro. En febrero la inflación núcleo subió un 7,7%, es decir que los precios que no tienen intervención del gobierno (como los bienes no estacionales), ayudaron a bajar la inflación general. No creo que, con las medidas que estamos viendo, se pueda frenar esa inercia para bajar la velocidad a la que corre la inflación. Porque en todos los casos se trata de acciones que reprimen precios, que por unos meses pueden "controlarse", pero que tarde o temprano se acomodan. Si uno mira la tasa a la que se mueven las divisiones del índice de precios, ninguna lo hace por debajo del 3% mensual, con la mayoría de los rubros moviéndose por encima del 5%, sobre todo Alimentos que sigue por encima del nivel general.
Es decir, el nivel de indexación que tenemos en la economía con jubilaciones, servicios públicos, tarifas, etcétera, subiendo al ritmo de la inflación pasada necesita otra cosa antes que un acuerdo de precios para alcanzar un 3% mensual como meta sostenible.

-¿Cuál es entonces la solución?

-La historia de los países con inflación muestra que la solución pasa por restringir, sea el gasto público o la cantidad de dinero de la economía, no por aumentarlos. Así que difícilmente se resuelva el problema inflacionario de fondo sin un conjunto de reformas que ataquen la estructura misma de la economía.
-¿Atacar la estructura de la economía puede significar tocar el tipo de cambio, con una devaluación, o ajustar más las tarifas de servicios?
-Significa todo eso y lo que haga falta en un plan creíble, pero seguramente deberá incluir un tipo de cambio sin brechas (unificación en un nivel más cerca de 400 pesos que de 200), lo que significará el consecuente efecto en precios y ajustar fuerte el gasto público, donde las tarifas resulta "lo más fácil". Es mucho de lo que se hizo en el segundo semestre de 2022, donde todos perdimos poder adquisitivo, en particular jubilados y beneficiarios de planes sociales.
Actividad económica con menor dinámica

-Varios economistas comienzan a hablar de recesión económica. ¿Lo ves como un escenario posible y similar a la recesión más alta inflación de la última parte del gobierno de Mauricio Macri?
-Podemos separar el análisis viendo qué pasa en el mundo y luego nuestras propias restricciones. El mundo post pandemia tiene sus características: las tasas de interés están más altas y eso repercute en el crecimiento de la economía global. Salvo casos como el mercado laboral de EEUU, que se mantiene creciendo todavía a buen ritmo, el resto del mundo está preocupado por el nivel de la actividad económica.
Acá tenemos que sumar tasas reales de interés elevadas; el sector público concentrando el exceso de pesos, que es menos crédito al privado; importaciones frenadas o aprobadas a cuentagotas, que generan problemas en la producción; imposibilidad de proyectar precios y costos, y un clima que fue muy malo para la producción agropecuaria.
Técnicamente, para tener recesión son necesarios dos trimestres consecutivos de caída en la actividad económica, situación que los datos aún no registran. Aunque la tendencia del Estimador Mensual de Actividad Económica muestra que los últimos 4 meses la economía se retrae. La sequía tendrá su efecto en menor actividad y hoy se habla de una caída cercana al 2%.

-Ahora, más allá de los números, lo que se sigue percibiendo es que el consumo masivo no se frena tanto. Además, fue un verano con muy buenos niveles marcados por el turismo… ¿cómo se explica que el consumo siga ‘caliente’ estando tan mal todo lo macro?
-Hay que separar el consumo de dos tipos de bienes: los durables y los no durables. Lo que está pasando es que la gente gasta en servicios, porque no puede ahorrar. Con esta inflación, el nivel de ahorro de las familias es muy bajo. Como no hay financiamiento en cuotas o el costo es muy alto, es difícil acceder a bienes durables (como grandes electrodomésticos). Y con respecto al turismo, como viene de dos años de retracción (2020 y 2021), la base comparativa es baja y por eso todos los números de esta temporada dan bien y muestran un boom de consumo.
Por otra parte, las empresas ligadas a insumos importados, desde septiembre de 2022 están con problemas de producción: algunas frenaron líneas de productos y otras achicaron horarios de producción.
No creo que, con las medidas que estamos viendo, se pueda frenar esa inercia de la inflación núcleo para bajar la velocidad a la que corre la inflación, porque en todos los casos se trata de acciones que reprimen precios.
La deuda en pesos y el peligroso juego de la oposición
-El plan canje de deuda en pesos ¿fue un manotazo de ahogado? Hay quienes sostienen que estuvo por debajo del 60% de adhesión... ¿Esos vencimientos en 2024-25 son una herencia pesada para el próximo gobierno?
-Lo que logró el gobierno fue que principalmente los inversores cautivos (deuda dentro del mismo sector público y el sector financiero), con varias concesiones para que sea atractivo, estiren los vencimientos. Cuando tenés varios frentes abiertos es importante porque te permite pasar al próximo asunto urgente, pero en el fondo la deuda en pesos es un tema que tarde o temprano tendrá que ser resuelto.
Es por eso que la oposición quiere compartir el costo político en la eventualidad de ganar las elecciones este año, poniendo en duda la capacidad de pagar esos vencimientos o refinanciarlos, y detrás de ese argumento lo que se discute es el nivel de déficit que tendremos en 2023.

Déficit fiscal y ajuste
-Con respecto a las metas de déficit fiscal ¿ves que haya un ajuste real con limitaciones en el gasto? En este año electoral ¿hasta dónde se puede ajustar?
-Si tomamos el acuerdo con el FMI como un esbozo de lo que es el plan de gobierno, vemos claramente tres etapas en 2023: primer trimestre de continuidad del gasto público en términos reales, una relajación en el segundo y tercer trimestre posiblemente influido por el calendario electoral, y de nuevo un ajuste del gasto para fin de año, para terminar en el 1,9% del PBI, meta acordada con el Fondo que no fue modificada en el último ajuste de la semana pasada para incorporar el efecto sequía en el agro. Es decir, que si la caída de exportaciones por unos U$S 15.000 millones -por tomar un escenario base- no va a generar los ingresos por retenciones que estaban previstos, el ajuste tendrá que ser mayor o en los próximos meses se deberá renegociar nuevamente la meta. En esto, el FMI se mostró menos compasivo exigiendo financiar la nueva moratoria de Anses con mayores aumentos en las tarifas a los segmentos de altos ingresos y de grandes consumidores (empresas, que no podrán hacer otra cosa que trasladar a precios todo o una parte de ese aumento).

¿Y hay algo positivo que dé lugar al optimismo?
-Un indicador que utilizan los gobiernos de la Nación y de la provincia para mostrar algo positivo es la creación de empleo privado formal y la dinámica de la obra pública. ¿Son los últimos y únicos datos positivos? ¿Hay algunos más que puedan trazar un camino de optimismo hacia el final de esta gestión nacional?
- Es cierto, si uno mira la medición del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) durante los últimos años vemos variaciones positivas que reflejan el crecimiento del mercado laboral que mide el sistema. Dentro de las ramas de actividad, la construcción y los servicios de turismo vienen de ser los de mejor desempeño en 2022 y explican, en gran medida, el ritmo de crecimiento del indicador. Eso no alcanza para concluir que el mercado de trabajo esté pasando un gran momento. En Argentina, por dar un ejemplo, la cantidad de personas que participan del mercado de trabajo, sea buscando o trabajando, está en menos del 48% de la población, cuando el promedio para Latinoamérica según la OIT es del 63%.

El impacto de la crisis en EEUU
-Hablando de crisis ¿puede tener algún efecto sobre la economía real argentina la quiebra del Silicon Valley Bank en EEUU?

- La respuesta, a unos pocos días de los eventos, es difícil de saber. Pero podemos pensar lo siguiente: un efecto en el corto plazo es el cuestionamiento a las políticas de la Reserva Federal (el Banco Central de EEUU), que elevó de forma abrupta las tasas de interés y que eso puede generar una serie de colapsos en el sistema financiero americano, algo que no parece expandirse al resto del sistema mundial, por ahora. Un efecto de segundo orden vendrá en el mediano plazo como consecuencia de la revisión de las políticas monetarias, que seguramente modifique al menos dos variables: las tasas de interés futuras y la fortaleza relativa del dólar respecto de otras monedas. Si las tasas siguen subiendo y el dólar fortaleciéndose, eso no es bueno para los países emergentes y menos si esperamos que Argentina vuelva a los mercados de crédito en algún momento en el futuro cercano.

Prosecretaria de Redacción.