El envejecimiento de la población
Argentina es uno de los países de la región con mayor cantidad de personas adultas mayores. En 1914, la mitad de la población del país tenía hasta 20 años y la de 60 años y más representaba apenas el 4%.
En la actualidad, la edad mediana de los argentinos alcanza los 30 años, mientras que la población de 60 años y más asciende al 14,3%. El proceso de envejecimiento de la población no es un fenómeno que únicamente se observa en nuestro país.
Está presente, en mayor o menor medida, en todas las sociedades, en todas las naciones y por esa razón la Asamblea General de las Naciones Unidas propuso cambiar la forma de ver y abordar la edad y el envejecimiento de las personas.
Según proyecciones de la Organización Panamericana de la Salud, uno de cada cuatro latinoamericanos será mayor de 60 años en 2050. Además, el mismo organismo internacional estima que dentro de 20 años, por primera vez, en los países de la región habrá más personas adultas mayores que niños menores de 14 años.
Respecto a la situación de los adultos mayores en nuestro país, algunos estudios estiman que para el año 2050, uno de cada cinco argentinos tendrá más de 64 años de edad. Para esa fecha la población del país rondaría los 50 millones de habitantes, de los cuales 10 millones serán adultos mayores.
Cuando se habla de envejecimiento poblacional se hace referencia al proceso de aumento de la proporción de personas mayores, es decir, de 60 años y más. Este fenómeno se produce debido a la caída de la tasa de natalidad y al aumento de la cantidad de años que vive la población.
Un informe elaborado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos señala que en nuestro país el camino hacia el envejecimiento poblacional se comenzó a transitar alrededor de 1920 y avanzó, de manera sostenida, desde la segunda mitad del siglo XX.
De esa manera, según la misma fuente la esperanza de vida al nacer de las mujeres pasó de 33,32 años a 78,81 años entre 1883 y 2010, mientras que, para los varones se elevó de 32,60 a 72,08 años en el mismo período.
Otro dato que llama la atención es el que revela que la vejez se encuentra feminizada. Esto quiere decir que, si bien nacen más varones que mujeres, estas viven en promedio más años: mientras que en 1880 una mujer de 75 años esperaba vivir en promedio 6,27 años más, en 2010 este valor se elevó a 11,71 años.
El INDEC también revela que en 2010 se registraron 113 mujeres por cada 100 varones en el grupo de 60 a 64 años y 243 mujeres cada 100 varones en el grupo de 85 años y más.
Todos estos datos forman parte de un dosier estadístico elaborado por el Indec que contiene información sobre el perfil demográfico de las personas mayores de 60 años que viven en el país, su situación económica -a través de la participación en el trabajo y el acceso a la seguridad social-, la salud y el bienestar, y el uso del tiempo en la vejez.
De allí se desprende que 78 de cada 100 mujeres perciben jubilaciones a través de moratorias, mientras esa proporción es de 56 de cada 100 entre los varones; o que uno de los factores de permanencia en la actividad laboral está relacionado con el nivel educativo alcanzado por las personas mayores.
Es decir, a mayor nivel educativo, mayor es la probabilidad de permanecer en el mercado de trabajo después de la edad mínima de retiro. En ese sentido, el documento revela que casi 5 de cada 10 varones de 60 años y más con nivel educativo alto (superior o universitario incompleto o completo) continúan participando en la actividad económica, mientras que solo lo hacen algo más de 3 de cada 10 con nivel educativo bajo (hasta secundario incompleto).
Estos datos ponen de manifiesto la necesidad de no pasarlos por alto a la hora de diseñar políticas públicas que, se supone, deben garantizar el derecho de las personas adultas mayores a seguir disfrutando de una vida plena, independiente y autónoma, con salud, seguridad, integración y participación activa en la sociedad.