Proteger los derechos de adolescentes en internet
La gran mayoría de los adolescentes pasan muchas horas conectados a internet.
Si bien la red les ofrece la posibilidad de generar sus propios contenidos y de ejercer el derecho a la información, existen contenidos digitales nocivos que deben ser evitados a partir de un buen trabajo de prevención en las aulas y los hogares.
Con motivo de celebrarse esta semana el Día de Internet Segura, Unicef Argentina dio a conocer una encuesta realizada a más de 1000 adolescentes para conocer cómo es la relación de los chicos y las chicas con la red y qué opinión tienen sobre los temas de seguridad digital. El sondeo reveló que el 43 por ciento de los consultados considera que la privacidad y seguridad es uno de los problemas más prioritarios a resolver en internet, mientras que un 10% dijo que eran los contenidos inapropiados y un 6% los retos virales peligrosos. Sobre este último tema y ante una pregunta puntual sobre esa problemática, un 21% contestó que tuvo conocimiento de un adolescente que participó de un reto viral que podía ser peligroso o que ponía en riesgo la salud. Conviene detenerse un momento en este asunto, ya que se trata de una cuestión que puede derivar en la muerte de quienes lo practican. El mes pasado, la provincia de Santa Fe se vio conmovida con la noticia de una niña de 12 años, oriunda de la localidad de Capitán Bermúdez, que falleció por realizar el "desafío del apagón", un peligroso reto también conocido como "Blackout Challenge" que se volvió viral en la red Tik Tok. El insólito desafío consiste en aguantar la respiración y llevar hasta un límite esa situación. Se trata de una práctica que es filmada y compartida en grupos de adolescentes donde se declara vencedor al que soporta más tiempo sin respirar. Distintas organizaciones de la sociedad civil que trabajan por los derechos de niños, niñas y adolescentes, advierten que este tipo de desafíos circula entre grupos de niños y adolescentes y que, por lo general, las familias no están al tanto del verdadero peligro que representa. Lamentablemente no es el único riesgo al que están expuestos. De la encuesta que hizo Unicef se desprende también que un 21% de los adolescentes consultados dijo que recibió contenido inapropiado mientras navegaba en internet, un 10% sufrió un intento de estafa a través de un enlace o un correo electrónico y un 6% sufrió bullying en las redes.
Muchos adolescentes, por otra parte, tienen la costumbre de publicar fotos del ámbito privado e información personal en las redes sociales, exponiéndose así a situaciones de riesgo en internet. Es que, al hacer público direcciones, números de teléfonos celulares o fotos de sus casas y amistades, aumenta el riesgo de que esa información sea utilizada por personas inescrupulosas. Por eso los especialistas en seguridad en entornos digitales coinciden en recomendar que se evite la publicación de cualquier información que pueda ser considerada sensible y que los adultos que están a cargo de menores estén al tanto de los que hacen los chicos cuando están frente a una pantalla y que dialoguen sobre la necesidad de adoptar ciertos recaudos para evitar peligros que comienzan en el mundo virtual y que pueden trasladarse al mundo real.
En esta oportunidad, esta columna aborda el problema que se plantea con adolescentes, pero es obvio que los riesgos enumerados también pueden afectar a niños. Por eso es necesario que las familias puedan acompañar y brindar contención a los chicos en el hogar y que los docentes en las escuelas planteen interrogantes sobre estos temas a fin de ayudar a reflexionar sobre la importancia de no asumir conductas de riesgo en internet.
Claro que no todo es negativo cuando se habla de internet, redes sociales o juegos virtuales. En rigor, el entorno digital también ofrece la posibilidad de acceder a contenidos de buena calidad para niños, niñas y adolescentes, aunque para eso será necesario orientarlos en la búsqueda de materiales que puedan contribuir a su desarrollo social, emocional y educativo. De ahí la importancia de generar espacios, en las aulas y el hogar, para que los chicos puedan expresar si vivieron situaciones negativas a la hora de navegar por la red y hablar con los adultos sobre estos temas.