Purosangue, el primer SUV de Ferrari
Tarde o temprano sucedería y Ferrari se terminó rindiendo a la demanda del mercado y presentó el primer SUV de su historia, aunque dejando en claro que es Ferrari.
Se llama Ferrari Purosangue y es el primer todocamino con el logotipo del Cavallino Rampante y tiene algo que es imposible encontrar en cualquiera de sus rivales: un motor V12 atmosférico para horror de los cultores de los híbridos y eléctricos.

Ferrari siempre ha hecho las cosas a su estilo y el hecho de lanzar un SUV no cambia su forma de proceder. Es su primer coche con cinco puertas y con más altura de lo habitual, pero lleva el mismo ADN que el resto de automóviles de la marca.
Es más, es una de las pocas alternativas de su catálogo con motor de doce cilindros. Son muchos los Ferraris de cuatro plazas, pero hasta ahora no había aparecido ninguno con dos puertas más de lo habitual.

A lo largo de los últimos años, los de Maranello han ido evolucionando su particular concepto de coche familiar, pasando del clásico esquema del 456 GT a propuestas más atrevidas, como el 612 Scaglietti, el Ferrari FF y, más recientemente, el Ferrari GTC4Lusso.
Con este último descontinuado, se puede decir que el Ferrari Purosangue es el nuevo miembro de esta familia de Ferrari con un extra de polivalencia. De paso, Ferrari se adapta a una tendencia que llegó para quedarse hace ya muchos años: la de los utilitarios deportivos o SUV.
CINCO METROS BIEN LLEVADOS
En rigor de la verdad, más que un SUV es un Crossover. Con 4,97 metros de largo, 2,02 metros de ancho y 1,59 metros de alto, juega en la misma liga que otros mastodontes como el Aston Martin DBX, el Bentley Bentayga o el Lamborghini Urus, pero parece que va mucho más pegado al suelo y su diseño lo hace parecer más compacto.
Ferrari ha jugado sus cartas y, de alguna manera, ha conseguido enmascarar el enorme tamaño del Purosangue, pero solo hay que fijarse en las ruedas para darse cuenta de sus verdaderas dimensiones: están calzadas en llantas de 22 pulgadas delante y 23 pulgadas detrás y, sin embargo, parecen "pequeñas" dentro de esos pasos de rueda gigantes.

Pero utilizar llantas enormes no es el único recurso del equipo de diseño de Maranello para disimular los casi cinco metros del Purosangue. También han optado por retrasar mucho el habitáculo, dibujar un larguísimo capó y "esconder" las puertas traseras.
El truco no es nuevo, de hecho, ya se vio con el Mazda RX-8 y más recientemente en el Mazda MX- 30: las puertas traseras se abren en sentido inverso a las delanteras y no tienen manijas externas.
Coloquialmente se llaman puertas de estilo suicida, pero a diferencia de otros coches que las llevan, como el Rolls-Royce Phantom, no se abren desde una manija exterior, como el de las delanteras, sino que hay que abrir primero estas últimas para acceder al mecanismo de apertura de las posteriores.
MECÁNICA CLÁSICA
Pero lo más importante del Ferrari Purosangue es lo que no se ve: su motor V12 a 65 grados de aspiración natural que es capaz de girar a un máximo de 8.250 rpm. Es la misma mecánica de 6.5 litros que usa el Ferrari 812 Competizione, pero en lugar de desarrollar 830 CV, se conforma con 725 CV y 716 Nm de par.

Una caja de cambios automática F1 DCT de doble embrague y ocho marchas se encarga de mandarlos a las cuatro ruedas motrices a través de un sistema de tracción total como el del GTC4Lusso.
El Purosangue tiene un reparto de pesos casi perfecto, del 49% delante y el 51% detrás, aunque lógicamente, con casi cinco metros de largo, tracción integral, puertas extra, un maletero bastante decente, el motor V12 y un depósito de nafta de 100 litros, no es precisamente ligero.
Detiene la báscula en los 2030 kg y su relación peso/potencia es de 2,80 kg/CV. Pero eso no impide que acelere de 0 a 100 km/h en 3,3 segundos, de 0 a 200 km/h en 10,6 segundos y alcance una velocidad máxima de 310 km/h.