
columnista
El Lado Oscuro de la Fuerza
Compartir una conversación en persona se ha transformado en una especie de cita como las que tenemos con el médico. Un sticker ha reemplazado el hablar de las emociones, y podemos tener chats en simultáneo, lo que no es decir conversaciones. ¿En qué porcentaje internet, las redes sociales tecnológicas y delirios místicos de multimillonarios conjugan este apocalipsis de la comunicación humana?
Confieso que me senté a escribir esta columna posicionada del lado de los firmes detractores de las redes sociales. Pero para ser honesta conmigo y con ustedes, queridos lectores, como muchas herramientas de comunicación y de poder que ha conocido la humanidad es, justamente cada uno de nosotros quien decide de qué lado de La Fuerza está.
Para contextualizar mejor vamos a navegar el mundo de La Guerra de las Galaxias y el concepto de El Lado Oscuro.

De acuerdo a la filosofía Sith, el estado natural de las cosas es un conflicto perpetuo que fuerza a todos los seres vivos a crecer y adaptarse, desembocando en la supremacía de los más poderosos y el exterminio o esclavitud de los más débiles, un darwinismo extremo que conduce gradualmente a la perfección de los supervivientes. Así, la Fuerza es una herramienta en manos de sus usuarios, y adentrarse en sus misterios conduce a comprender esta verdad fundamental: que todas las relaciones entre seres sintientes son condicionadas por el poder y pulsiones de estos, llevándolos al estado de conflicto perpetuo mencionado anteriormente.
Esto choca frontalmente con la visión Jedi de la Fuerza como elemento cohesionador y benevolente para la Galaxia, que además condiciona el devenir de los sensibles a ella al ser meras "herramientas en manos de la Fuerza". Para la filosofía Sith, la Fuerza no niega el libre albedrío, sino que ella misma lo fomenta al dotar de poder a sus usuarios aunque, paradójicamente, los usuarios del Lado Oscuro tienden a ser cada vez más paranoicos y esclavos de sus pasiones. Esto podría resolverse aduciendo que sólo aquellos usuarios con una voluntad férrea pueden usar prolongadamente los poderes del Lado Oscuro sin sucumbir a sus efectos autodestructivos. Así, la misma Fuerza es un cruel método de selección natural, alimentándose de las voluntades débiles y recompensando a las fuertes.
"Es hora de abandonar Twitter". La contundente afirmación, titula una columna de opinión de Kathleen Parker en El Washington Post, tras la marcha atrás del multimillonario Elon Musk de cobrar 8 dólares para verificar cuenta a los usuarios de la red del pajarito, y la cascada de terribles repercusiones de su decisión, sobre empresas, personajes famosos, discursos racistas, entre otras yerbas que abundan en el mundo de los 280 caracteres, sumado a la cadena de despido en la misma empresa.
Tras el furor durante la pandemia, donde reivindicamos la tecnología y la conectividad como todo lo que estaba bien, vieron la luz estudios, documentales, denuncias sobre los efectos que las redes sociales tienen sobre la salud mental, la manipulación en diferentes áreas: consumo, política. Los datos se han convertido en el petróleo de los "dueños del mundo". Lo digital, lo virtual en el "opio de los pueblos".
Para quienes no sean fans de las películas de ciencia ficción como analogía del constructo social moderno; desde Aristóteles, pasando por Noam Chomsky, entre otros, se ha analizado el lenguaje desde diferentes puntos de vista buscando contar su evolución. Chomsky, el referente principal de la lingüística, sostiene que no ha evolucionado en absoluto. ¿Y ahora?.
Sin embargo, las redes sociales y su impacto están siendo atravesadas por tantas disciplinas, que analizarlas desde cada área nos llevaría un libro, o mejor dicho un docuserie de Netflix. Entonces, "la filosofía moderna de la calle" nos viene como anillo al dedo para preguntarnos ¿por qué dejamos de usar la palabra como puente?, ¿por qué hemos sustituido la expresión de una emoción por un sticker o emojis ramdom que deja en duda al receptor del mensaje, abierto a múltiples significados?. ¿Por qué ya ni siquiera hablamos por teléfono; menos, en persona?. ¿Para qué armaron los hilos de Twitter y solo te dan 280 caracteres por tuit?. Preguntas retóricas.
Podemos tener chats en simultáneo con varias personas, en varias redes, durante varias horas o días, y no conversar en lo absoluto. Estar en el grupo del gimnasio, de la escuela, del deporte x, de la familia, etc, pero ¿realmente estamos conversando?. ¿Cómo vamos a encontrar así el amor?. ¿Cómo vamos a escuchar a un amigo, a un familiar a la pareja, a los hijos?.
"Todo lo que usted quiera, sí señor, pero son las palabras las que cantan, las que suben y bajan… Las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito… Amo tanto las palabras… Las inesperadas… Las que glotonamente se esperan, se escuchan, hasta que de pronto caen…", decía Pablo Neruda.
La escritora y periodista Rosa Montero, afirma que los escritores viven en mundo solitario mientras crean y que cobran vida cuando el lector los lee. "Las palabras nos cosen al mundo", afirmó.
¿Pero, entonces, de qué lado de La Fuerza estoy?
Bueno, honestamente, el poder que confieren las redes sociales es enorme. No solo para una plataforma política, un multimillonario aburrido, un colectivo, una persona en general. Pero, como dice el tío de Peter Parker (el Hombre Araña) "todo gran poder conlleva una gran responsabilidad", y quizás en lugar de abandonar Twitter, Instagram, Facebook, o silenciar a todo el mundo en WhatsApp o ponernos en "modo invisible", sea tiempo de hacernos cargo de El Lado Oscuro de la Fuerza.
Las redes sociales me permitieron crecer profesionalmente, comunicarme con amigos y familiares en diferentes puntos del planeta. Me permiten capacitarme a distancia. Más importante aún me desafían a aprender a escuchar (algo que por ironía de la profesión, no es una virtud que posea, debo reconocer).
La educación digital, por ahora, es más un discurso que una realidad, algo así como fue el cuidado del medioambiente hasta que no quedó medioambiente. No quiero contradecir a un gran lingüista, pero quizás el lenguaje ha evolucionado, quizás esto sea la evolución del lenguaje. Las empresas, dueñas de las redes sociales prometen un millón de amigos, conexión total, pero también te venden respuestas si te cansas de todo eso. Ellos nunca pierden, y la transparencia en sus datos es un lavado de cara que no oculta el gran negocio que para ellos es "el lado oscuro de la Fuerza"
En un mundo cada vez más egocéntrico, polarizado, violento, las palabras nos cosen con el otro, aunque no estemos de acuerdo, aunque nos aferremos al "las acciones hablan más". Lo viral no significa que todos seamos consciente del contenido que consumimos. Conversemos, no dejemos de conversar, si es posible en persona, entonces quedará esa última opción "usar prolongadamente los poderes del Lado Oscuro sin sucumbir a sus efectos autodestructivos"

Periodista. Agencia Charata.