
Columnista
Decks callejeros: ¿cuál es el límite?
Los decks callejeros, conocidos ahora como "balcones gastronómicos", ocupan más que el ancho de una pick up, y llegaron para quedarse, aportando a la inseguridad de conducir por Resistencia.
Aparecidos por la necesidad de mantener cierta distancia entre las personas durante la pandemia, los peligrosos "decks" callejeros (conocidos ahora como "balcones gastronómicos") parecen haber llegado para instalarse a despecho de toda observación razonable sobre su inconveniencia.
Hoy, con las restricciones sanitarias sin efecto, no tiene sentido seguir aportando a la inseguridad de conducir por Resistencia; y sin embargo casi todas las semanas aparece uno llegando al extremo de hacer obras de mampostería en plena vía pública para darle al armatoste un sentido estético que no tiene por qué ser más importante que la fluidez del tránsito.
Ocupan más que el ancho de una pick up sobre la mano que celosamente cuidan los "inspectores" argumentando que el estacionamiento debe ser sobre la derecha para permitir el paso de ambulancias y bomberos, observación razonable si no fuese que el celo está expresado en la misma cuadra donde alguien decidió que ocupar media calzada está bien.

EL COLMO DEL ABSURDO
El caso que nos ocupa es extremo, alguien permitió que un negocio gastronómico ocupe más del 25% de una cuadra dividido en dos decks instalados en cada lado de una esquina.
Uno está sobre la mano derecha y otro sobre la mano izquierda. Pero el colmo del absurdo es que se erigieron sendos muros de piedras asentadas con concreto para enmarcar los coquetos planteros que —una vez llenos— tienen que pesar más de doscientos kilos cada uno.
En caso de accidente, la pelea judicial por quién es el responsable de haber levantado un muro en la vía pública para proteger una obstrucción de la calzada puede ser —paradójicamente— para alquilar balcones.

Periodista de Ciencia y Tecnología