Tres productos a base de vino
Los mendocinos son los capos del vino en Argentina. Y no se limitan sólo a tomarlo en copa. Existen muchos productos a base de vino.
Mendoza, tierra del sol y del buen vino. Ese es nuestro slogan. Es la frase que acuña nuestra provincia. Pero, en realidad, lo que cuenta es la parte del "buen vino", porque la del "sol" resulta un tanto sonsa. Porque, en realidad, el sol está en todas partes. Pero el vino no. Y el vino, que sí está en Mendoza, es para nosotros un objeto muy preciado.

Se lo toma en copa, se lo utiliza para cocinar y hasta marida platos dulces que, a priori, nadie podría imaginarlos servidos con esta bebida. Y bajo este último concepto es que hemos ido más allá aún.
Porque existen varios productos a base de vino que, seguramente, te parecerán una locura y vas a pensar que no pueden ser ricos. Pero te desafiamos a que los pruebes antes de juzgarlos.
Alfajores
El alfajor es argentino. Algunos dicen que es originario de Córdoba. Otros aseguran que se inventó en Santa Fe. Pero, en realidad, se fabrican en todo el país, y todas las provincias son capaces de ofrecer buenos alfajores. Sin embargo, modestia aparte, Mendoza ostenta algunos títulos que la han posicionado como experta en el tema, al menos en los últimos años. Entre Dos, Portal del Viento o Chocolezza son claros ejemplos de ello, ya que ambos han obtenido distinciones en el último tiempo.
Entre sus variedades encontramos los alfajores clásicos, de chocolate con dulce de leche, de chocolate blanco o glaseados. Sin embargo, la oferta no termina ahí. Aparece algunos sabores como banana split, coñac o ron. Y, por si fuera poco, también los hacen a base de vino, con el clásico alfajor "sabor malbec".
Pero eso no es todo. La gente de El Andino también ofrece "bonarda" y "torrontés".
Sal
Uno podría pensar que la sal es sal. Y que su gusto, como dice Carlitos Balá, es salado. No habría más para analizar. Sin embargo, la inventiva está a la orden del día y, en los últimos años, se ha ofrecido sal mezclada con otros condimentos, generando nuevos sabores.
Entre ellos se destacan sales con pimienta, con mostaza, con romero, con provenzal, etc. Pero, la gente de "Sabores de Montaña" ofrece la sal "Malbec". Los granos de sal se mezclan con un buen malbec mendocino, se dejan secar y así tenemos la sal a base de vino Malbec.
Jalea de Malbec
Se puso de moda hace unos tres o cuatro años y son varias las marcas que lo elaboran, entre las que se destaca "Sabores, delicatesen", de San Rafael.
Se trata de una suerte de gelatina que, a temperatura ambiente, emula una jalea ya que es dulce y hasta en el color púrpura es parecida. Pero con la salvedad de que su sabor es más intenso y tiene una acidez bien marcada, con un 1% de alcohol como cota máxima, como si se hubiera concentrado un vino y envasado para su posterior uso.
La jalea es perfecta para cocinar, se emplea en el mismo sentido que usarías una vinagreta o bien como una reducción para pincelar carnes blancas o cerdo, aunque también le suma sabor a tablas de quesos y tostadas. En ese sentido, tener una en la heladera puede ser una gran idea para aportarle un detalle renovador a un plato, o para agregar un sabor exótico en una picada.
Nadie termina borracho
Es importante aclarar que consumir estos productos a base de vino no hará que terminemos borrachos, ni mucho menos. Los efectos del alcohol quedan totalmente reducidos a partir de las diferentes técnicas de preparación que tiene cada uno de estos productos. Así, la excusa de "estoy medio tinqueado por los alfajores que me comí" no corre.