Diabetes y malos hábitos urbanos
La diabetes es una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no produce suficiente insulina o cuando el organismo no utiliza en forma eficaz la insulina que produce. El efecto de la diabetes no controlada es el aumento del azúcar en la sangre.
Según la Organización Mundial de la Salud, es el tercer factor de riesgo en importancia como causa de muerte en todo el mundo. El preocupante incremento en el número de pacientes con este mal a escala global confirma la necesidad de realizar nuevas campañas para generar conciencia en la población sobre la importancia de la detección temprana y el inicio sin demoras de los tratamientos.
Se estima que en nuestro país una de cada diez personas padece esta enfermedad y por eso es importante conocer, entre otras cosas, algunos de los factores que elevan la posibilidad de desarrollar la enfermedad.
Según los especialistas, entre esos factores se pueden mencionar los siguientes: ser mayor de 45 años, tener hipertensión arterial, contar con antecedentes familiares de diabetes y colesterol elevado.
La Federación Internacional de Diabetes (FID), por su parte, atribuye el preocupante aumento de los casos de diabetes a nivel mundial al estilo de vida moderno. Según esta organización médica, a nivel global, el 64 por ciento de las personas que padecen la enfermedad vive en ciudades, lo que confirma que los hábitos urbanos son responsables, en gran medida, del incremento de casos.
Lo que más preocupa a los expertos es que, de acuerdo con algunas proyecciones, en poco más de tres décadas el 70 por ciento de la población mundial habitará en ciudades, de manera que si no se adoptan medidas preventivas aumentará significativamente el número de personas con diabetes. Lo que advierten los especialistas es que ciertas características del estilo de vida que predomina en los grandes centros urbanos como el sedentarismo y una alimentación poco saludable son factores que hacen que el riesgo de sufrir la enfermedad se triplique para quienes residen en las ciudades.
La diabetes, como se dijo, es una enfermedad crónica que se caracteriza por presentar niveles altos de azúcar en sangre (glucemia) y que tiene capacidad de dañar las arterias e incluso algunos órganos. Si el paciente no recibe un tratamiento adecuado, estos niveles alcanzan valores excesivamente altos, dando lugar a complicaciones agudas a corto plazo o crónicas a largo plazo.
Por eso es importante mejorar la atención y la prevención, recordando a las personas la necesidad de llevar una vida menos sedentaria ya que el aumento excesivo de peso es una de las principales causas de la diabetes tipo 2, que no requiere insulina para vivir. Si bien los avances logrados en la lucha contra la diabetes revelan que los pacientes con esta enfermedad pueden llevar una vida sana, como cualquier persona, para lograr ese objetivo es necesario que reciban un tratamiento adecuado y a tiempo.
En nuestro país las enfermedades no transmisibles tales como la enfermedad cardiovascular, la diabetes, el cáncer, las neumopatías crónicas, y las lesiones son responsables de más del 60 por ciento de las muertes y del 50 por ciento de los años de vida perdidos por muerte prematura.
Estas enfermedades, además, suelen compartir factores de riesgo comunes a varias de ellas, como una alimentación inadecuada, sedentarismo y tabaquismo. Según la Organización Mundial de la Salud, la obesidad también es uno de los principales factores desencadenantes de la diabetes. Los avances médicos logrados en los últimos años en la lucha contra esta enfermedad permiten afirmar que los pacientes que la padecen pueden llevar una vida sana, siempre y cuando reciban un tratamiento adecuado. Y para eso es fundamental la detección temprana del problema.
Por otra parte, hay que señalar también que, lamentablemente, en los últimos años varios estudios realizados en la Argentina advierten sobre la detección de elevados niveles de colesterol en niños y adolescentes, mostrando así la importancia que tiene el consumo de alimentos saludables.
El diagnóstico precoz de la diabetes y el inicio sin demoras de los tratamientos deben ser objetivos primordiales de las políticas sanitarias, así como la promoción de dietas saludables y la práctica de actividades físicas, lo que se traducirá en una mejora de la salud de la población.