Para ver esta nota en internet ingrese a: https://www.diarionorte.com/a/212574
Mariana Alegre

columnista

El puente del "todavía no"

Cuando tenía 14 años decidí que iba a ser periodista deportiva, viajar con equipos, lograr entrevistas increíbles y escribir en un medio gráfico.

Cuando tenía 18 quería manejar un fórmula 1. También quería conocer a Walter Samuel (exjugador de Boca, actual entrenador del cuerpo técnico de la selección Argentina), cumplí dos de los tres. No manejé un F1, todavía no.

Ahora que tengo 41 años, cada vez que digo que voy a conocer a Henrry Cavill (actor: Superman, The Witcher, Enola Holmes), amigos, familia, gente que no sabe quién es  Henrry Cavill, se me ríe. Entonces mi respuesta es "todavía no me conoce". Bromas aparte,  el poder del "todavía no" ha sido un impulso en mi vida, en diferentes aspectos. Pero, no es una idea mía. Hay estudios académicos que demuestran el efecto que ha tenido en la educación esta mirada "Not, yet" (todavía no) en la vida de niños y niñas. 

La psicóloga Carol Dweck, contó en una disertación en TEDxTalk que conoció una escuela de Chicago, Estados Unidos, donde hay que pasar una serie de exámenes para graduarse, y si no logran pasarlos se los califica con un "todavía no". "Me pareció fantástico, porque ante un fracaso, uno piensa que no es nada, pero con ´todavía no´, entiende que está en proceso de aprendizaje", dijo.

Por supuesto, que para conseguir mis sueños lo primero que hizo mi mente es transformarlos en retos. En el primer día de clases de la facultad, nos pidieron hacer una descripción personal. Mis sueños estaban en ese papel que sigo guardando. En él, ponía que admiraba a mis padres, mi hermano, a Michael Jordan y a Walter Samuel. Esta lista creció, pero lo que tienen en común todos es que siempre admiré esta "mentalidad de crecimiento". No conocía el término de esta especie de habilidad de supervivencia y de crecimiento. 

Carol Dweck estudia la motivación humana. Por qué las personas tienen éxito (o no) y qué está bajo nuestro control para fomentar el éxito, de la cual surgen dos teorías o mentalidades: la mentalidad fija y la mentalidad de crecimiento. Según Dweck, el poder de nuestras creencias más básicas, ya sea consciente o subconsciente, afectan fuertemente lo que queremos y si lo conseguimos. Mucho de lo que creemos que entendemos de nuestra personalidad proviene de nuestra "mentalidad". Esto nos impulsa y nos impide desarrollar nuestro potencial.

La sicóloga ejemplifica el hecho de que en un "reparto" de cualidades, inteligencias, etc no son las cartas que te tocaron sino "en la creencia de que sus cualidades básicas son cosas que puede cultivar a través de sus esfuerzos"

"¿Por qué ocultar las deficiencias en lugar de superarlas? ¿Por qué buscar amigos o socios que solo refuercen su autoestima en lugar de otros que también lo desafíen a crecer? ¿Y por qué buscar lo probado y verdadero, en lugar de experiencias que lo estiren? La pasión por esforzarse y mantenerse, incluso (o especialmente) cuando no va bien, es el sello distintivo de la mentalidad de crecimiento. Esta es la mentalidad que permite a las personas prosperar durante algunos de los momentos más desafiantes de sus vidas", escribe en su libro  "Mindset: The New Psychology of Success"

Cuando logré todo eso que soñaba a los 14 años o a los 18; llegando a los 40, empecé a sentir que necesitaba nuevos desafíos, no por aburrimiento (al principio debo reconocer que sí. Bueno, por rutina) sino porque volví a sorprenderme, a abrirme hacia una etapa del mi profesión que requería otras habilidades. El primer quiebre fue el hecho de trabajar en una consultora internacional de marketing (lo más cercano al deporte allí era mi rutina para llegar al trabajo).

Curiosamente, fue cuando volví a mi ciudad natal, en Chaco que comencé a ver cuánto más grande era el mundo, cuántas herramientas más podía incorporar. A medida que iba creciendo en mi profesión y cumpliendo esos sueños, iba encontrando nuevos retos, nuevas ideas, y nuevas utopías. No pasó de la noche a la mañana. Tomé cursos, de todo tipo: algunos me aburrieron, otros me volaron la cabeza. Viajé lo más que pude, hablé con gente de todas las profesiones y oficios. 

"Nuestras ideas sobre el riesgo y el esfuerzo provienen de nuestra forma de pensar. Algunas personas se dan cuenta del valor de desafiarse a sí mismas, quieren esforzarse por aprender y crecer. Otros, sin embargo, prefieren evitar el esfuerzo sintiendo que no importa", describe Dweck. 

Pienso en cómo afrontan los grandes deportistas o líderes sus fracasos. Siempre me preguntaba ¿cómo, con qué motivación volvía Messi a la selección?. ¿Qué motiva a una persona a transformarse, para conseguir eso  que no pudo antes o en lo nuevo que quiere ahora?

¿He fracasado?: muchas veces. Antes de lograr mis metas, me rompí la cabeza 101 veces contra la pared –y dolió-  estoy segura que serán mucha más, pero con esa misma seguridad sigo creyendo que todavía no llegue a dónde quería llegar, ni cumplí mis nuevos desafíos. Me sigo preparando, y lo cuento como aquellas veces que quería ser periodista deportiva, y un 4% de la gente a mí alrededor confiaba que lo lograría. Como un 0 por ciento cree ahora que voy a conocer a Henrry Cavill. Ojo, este mantra "todavía no" no es un seguro. Ni una excusa para dejarte la vida en algo, pero si para salir de la inmovilidad. 

El entorno

Según varios autores de crecimiento personal, existen diferentes entornos que nos influyen. Esto sostiene Jim Rohn "que nos convertimos en una combinación de las cinco personas con las que pasamos más tiempo". Pero, la verdad es que nunca viví cerca Michael Jordan o – insisto todavía no- de Henrry Cavill. Nuestro "alimento" mental sin dudas está marcado por nuestro entorno mental, educativo. Pero, no todo se suscribe a ello: ni lo bueno, ni lo malo, quizás haya una combinación, el resto del trabajo es nuestro.

No es solo el entorno, los contactos, cómo acomodamos el sillón según el Feng Shui, lo que contribuye a crezcamos, es también alimentar esta mentalidad pudiendo ampliar ese rango de cinco personas a más, incluso a aquellos que -como diría- Kiko "no nos simpatizan". Algo que hizo la ex parlamentaria musulmana de Holanda Özlem Cekic, quien decidió reunirse a tomar un café en la casa de muchos de cientos de personas que durante varios años le escribieron mails de odio o insultos. "Vé e invita a cada persona a tomar un café con una persona con la que no estés en acuerdo", predica.   

En una encuesta de 143 investigadores de la creatividad, hubo un amplio acuerdo sobre el ingrediente número uno en el logro creativo. Y fue exactamente el tipo de perseverancia y resistencia que produce la mentalidad de crecimiento. De hecho, Dweck escribe: "en la mentalidad de crecimiento, el fracaso puede ser una experiencia dolorosa. Pero no te define. Es un problema que hay que afrontar, afrontar y aprender".*

En un mundo que se ha quebrado, la mentalidad de crecimiento puede ayudarnos a encontrar cierto punto medio, entre el positivismo extremo y el pensamiento apocalíptico. ¿Es la única respuesta?: no, ¿es la cura de todos los males?: no, pero sin dudas es un puente, el cual –no importa la edad que tengas- nos puede permitir quitarnos esa sentencia que alguna vez un docente, un familiar, un amigo, la sociedad, un jefe, o superior, e incluso nosotros mismos nos impusimos, y pensar cuando algo no sale en la primera: "todavía, no". 

Temas en esta nota

opinión