Adiós a los peloteros: otra actividad más que arrasó la pandemia
La mitad de estos locales no pudo sobrevivir a los meses más duros del año pasado y los que siguen funcionando lo hacen a duras penas.
Los salones de juegos infantiles de Resistencia atraviesan una situación agónica a pesar de haber superado la preocupación de no poder abrir sus locales durante 8 meses, efectos de las medidas básicas de prevención que se dispuso en el marco de la pandemia para evitar la aglomeración de personas.

A pesar de contar con la aprobación del protocolo que les permite continuar con su actividad, que en el mes de noviembre trajo un respiro de alivio para los propietarios de locales que acumularon deudas durante la cuarentena, hoy lamentablemente se encuentran con otros impedimentos como son la falta de dinero en la clientela y la desconfianza aún imperante en tiempos de pandemia, con el miedo latente a los contagios.
Según pudo saber NORTE, de unos 30 salones que funcionaban en febrero del año pasado, aproximadamente 15 no pudieron sobrevivir al estrés económico y tuvieron que cerrar sus puertas de manera permanente, y los continúan en funcionamiento lo hacen sosteniendo los altos alquileres e impuestos.
Gonzalo San Martín, propietario de uno de los peloteros que aún se mantienen en pie en nuestra ciudad, señaló que la actividad sigue funcionando pero con muy poca demanda, mucho menos de la esperada. “El protocolo se cumple a rajatabla, pero estamos complicados con la demanda”, indicó. En tanto, la principal limitación es la cantidad de personas que pueden ingresar al local, lo que limita aún más la decisión de clientes que buscan festejar un cumpleaños infantil sin dejar a nadie afuera.

Además, las fuentes de trabajo relacionadas a la actividad fueron afectadas. “Estamos trabajando al 20%, pero los padres cambian de idea con la cantidad de personas que permite el protocolo, que son 25 adultos y 15 chicos como máximo”, remarcó el propietario.
Otro trabajador de salones de juego infantiles, que no quiso revelar su nombre, reveló que muchos tuvieron que cerrar definitivamente porque no pudieron enfrentar la acumulación de deudas y los compromisos impositivos. “Tengo muchos colegas que cerraron sus puertas, muy pocos sobrevivieron, les pegó muy fuerte la pandemia y llegó un momento que se volvió imbancable”, lamentó. A su vez, apuntó que no recibieron piedad de los locadores a quienes alquilaban. “Los propietarios de los alquileres no tuvieron pandemia, ellos siguieron cobrando”, indicó.
Por otra parte, si bien los créditos entregados por Afip fueron instrumentos que les permitieron paliar la situación, “el tema es que ahora hay que devolverlos”, ironizó. “Tampoco en la luz no hubo contemplación, ni en los impuestos”. Si bien recibieron ayuda del Gobierno, “tuvimos que justificar los gastos y devolverlos, fue una ayuda mínima. Seguiremos hasta que se pueda”, finalizó.
¿Qué dice el protocolo?
Los salones infantiles, coloquialmente conocidos como ‘peloteros‘, cuentan con un protocolo aprobado por el Ministerio de Salud que, entre los lineamientos, además de las medidas de protección y distanciamiento, pide que los locales alberguen una cantidad de personas que no supere los 25 adultos y 15 niños.
Los invitados proporcionarán sus datos personales para agilizar rastreo en caso de detectarse luego un caso positivo. No se permitirán más de cuatro personas por mesa, el ingreso de cualquier producto deberá ser sanitizado.
Por cada juego se establecerá, con ayuda del personal disponible, un máximo de seis niños por área de juego. El personal del salón deberá garantizar proveer de alcohol en gel o sanitizantes a los niños al ingreso en el área y juegos y durante su permanencia en el sector. No se permitirán juegos con pelotas (peloteros).
La comida y bebida para niños y niñas deberá ser suministrada por los adultos responsables del evento. La intención es que cada niño y niña ingrese con su propia botella/vaso de bebida, la cual podrán guardar en el zapatero/casillero junto con los demás objetos personales.
Para cantar el ‘Feliz cumpleaños‘, el mismo se realizará con dos integrantes del grupo familiar conviviente, como así también para realizar la fotografía. Luego podrán ir rotando cada dos (2) personas para poder tomar las fotografías que deseen.
Fiestas sin habilitación
Otro de los inconvenientes que sufre el rubro del entretenimiento infantil tiene que ver con el alquiler de lugares no habilitados para celebrar cumpleaños. Motiva esta acción el hecho de que alquilando un quincho o una quinta no hay controles de cumplimiento de protocolo, siendo que los invitados pueden superar el límite de personas establecido.
“Eso sucedió siempre, sobre todo durante el verano”, señaló una fuente cercana al sector, agregando que esos lugares “no pagan los mismos impuestos que nosotros y nos perjudican mucho, porque a duras penas estamos tratando de levantar nuestro negocio”.