La cuarentena apenas se percibe en los barrios alejados del centro
A días de que tengan vigencia las flexibilizaciones, la circulación se incrementó notablemente y el uso de barbijos es cada vez menor.
A pesar de que tanto el gobernador, Jorge Capitanich, como los jefes comunales presentes hicieron especial énfasis en la responsabilidad social de cara a la nueva etapa del aislamiento, que en rigor será más bien distanciamiento social.
El anuncio de la inminente llegada de la etapa de la “desescalada” de la cuarentena potenció la tendencia hacia el relajamiento que venía mostrando la gente en las calles y siembra más interrogantes que certezas sobre lo que podría pasar a partir del 25.
Una recorrida de NORTE,fundamentalmente por los barrios más alejados del centro de la ciudad permitió comprobar esta situación que, además, tiene como rasgos distintivos el poco apego a las medidas de bioseguridad más elementales como el uso de barbijos, que es obligatorio por ley, y el distanciamiento social, que es clave para evitar contagios en la vía pública.
En cuanto a la actividad comercial, es insoslayable el hecho de que muchos comercios de las zonas periféricas no están en condiciones de soportar el cierre que impone la cuarentena, por lo que termina pesando más la necesidad de subsistencia. De todas formas, aún en los rubros que están habilitados para funcionar lo más notable es la dificultad para calmar ansiedades y que los clientes respeten las distancias necesarias.
