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Diversificar la producción: la clave para los pequeños productores

De hacer por décadas enteras un cultivo tradicional, con más penas que glorias por lo que implica su escala, Aníbal Kek, un pequeño productor de la zona norte de Villa Angela, resolvió junto a su padre poner huevos en diferentes canastas. “La idea de mi padre fue hacer un poco de cada actividad, y tengo que decir que nos está yendo muy bien, y sin deudas”, cuenta a NORTE RURAL.

SAENZ PEÑA (Agencia). El mate, el termo, y la radio de la camioneta fuerte, escuchando la información del campo y del Covid-19. El día empieza bien temprano para los Kek.

Los Kek también tienen pacú. “por ahora, es para consumo propio, muy ricos son, buena alternativa para la dieta”; dicen.

Aníbal, Marlén, su esposa, su padre, Héctor “Pachi” y su madre, Marisa, son los encargados de hacer que su campo produzca lo necesario no solo para subsistir sino para que la mayoría excedente, sea colocada en el mercado local.

Tienen la idea firme de desarrollar y fortalecer un esquema productivo diversificado. “Ojalá esto sirva para que otros productores se animen a salir del encadenamiento de cualquier cultivo que le resulte no rentable, porque cuando tiene poca tierra, todo es cuesta arriba”, dice.

Aníbal Kek muestra un lechoncito para faena. Tiene un plantel de 20 madres y es proveedor de un comercio de Villa Angela.

“Realmente te digo que nos va bien hasta el día de hoy”, cuenta Aníbal mientras nos muestra parte de sus instalaciones.

“NOS VA BIEN”

“Nos va bien porque trabajamos nosotros, la familia, mis viejos, yo y mi señora” y eso los obliga a ser maquinistas, tractoristas, jardineros, cocineros, faenadores. “Hacemos todo nosotros porque nuestra capacidad es esa, y vivimos bien”, recalca.

Marlen, su esposa, hace de tractorista, de mecánica, y junto a su suegra Marisa son las encargadas de cumplir al pie de la letra con las comidas tradicionales cada fin de semana.

“Hacemos salamines, chorizos y salames caseros, con buen estacionamiento y en buenas condiciones sanitarias”,  se jactan las mujeres de casa.

TRANSFORMAR GRANOS EN CARNE

Una de las actividades que realizan los Kek es la siembra de maíz y sorgo. “Transformamos esos granos en carne, de pollo o de cerdo y también fortalecemos la cría de gallinas ponedoras para la producción de huevos para consumo, y eso es algo que anda muy bien, se vende todo en el mercado local”, asegura.

El aprovechamiento que hacen de la materia prima, es una de las actividades que le permiten encarar otros objetivos.

“Sé que nos veníamos a pique si dependíamos de un solo cultivo, por ejemplo el algodón, y nos dimos cuenta que es mejor diversificar, buscar alternativas en pequeñas parcelas de tierra y la tierra es sabia y generosa: a nosotros nos da lo necesario para vivir honradamente y sin deudas”.

VIVIR BIEN CON 135 HECTAREAS

“Sembramos noventa y cinco hectáreas que son propias y cuarenta alquiladas y te digo la verdad que se puede vivir tranquilamente con pocas hectáreas”, dice de manera insistente Aníbal.

Sin embargo advierte que esa actitud tiene su demanda: “esfuerzo, tiempo, inversión, en otras palabras: poner el lomo todos los días”.

Cuenta que en la última campaña, un lote entero de soja lo perdió por las condiciones adversas del clima. Sin embargo, “como a la par, hacíamos otras actividades, no tuvimos que andar a las disparadas ni pidiendo subsidios para subsistir, porque las gallinas y los cerdos nos ayudaron a salir adelante”.

PACU, PARA VARIAR LA DIETA

Los Kek, en una represa que tienen a un costado de su vivienda rural, practican la piscicultura. “Pusimos pacú, y andan muy bien, los alimentamos, crecen bien y por ahora lo usamos para consumo propio, para variar la dieta, aunque a mi viejo, a “Pachi” como lo conocen aquí en la zona, le encanta el asado de carne, con buena ensalada de la lechuga que nosotros sembramos, todo orgánico”, cuenta.

UN MENSAJE PARA SUS COLEGAS PRODUCTORES

“No quiero dejar pasar esta oportunidad: sé que hay muchos colegas productores como nosotros, que están mal, que esperan una ayudita del gobierno. Yo los animo a no bajar los brazos y pedir ayuda los técnicos del INTA por ejemplo, para sembrar producción hortícola, para producir cerdos, aves de corral, como lo hacían nuestros abuelos o como lo hacemos nosotros ahora, que esta pandemia nos tiene mal, pero la tierra está para darnos el alimento y nosotros estamos para trabajarla, todos los días”, dice.