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Hipólito Ruiz

Columnista

Fuente: webeservice 

Yo, votante

Era un hombre de baja estatura. Aproximadamente de 1,60 metros, ojos pequeños, achinados y con una miopía avanzada. Era médico y se llamaba Salvador Mazza. Deambuló por zonas rurales, curando y educando a la población. Dicen algunos libros que se enojaba mucho cuando presentaba propuestas de trabajo para llevar salud a las poblaciones del norte argentino y algún funcionario oficinista de Buenos Aires cajoneaba esas iniciativas.

Conoció al médico brasileño Carlos Ribeiro Justiniano das Chagas, y avanzaron en la lucha contra este mal. Luego de tantos esfuerzos, el doctor Chagas le escribió una carta diciéndole: "Hay un designio nefasto en el estudio de la Tripanosomiasis. Cada trabajo, cada estudio, apunta un dedo hacia una población mal nutrida que vive en malas condiciones, apunta hacia un problema económico y social que a los gobernantes les produce tremenda desazón, pues es testimonio de su incapacidad para resolver un problema tremendo.


Es un problema de vinchucas, que invaden y viven en habitaciones de mala factura, sucias, con habitantes ignorados, mal nutridos, pobres y envilecidos, sin esperanza ni horizonte social y que se resisten a colaborar. Hable de esta enfermedad y tendrá gobiernos en contra".

¿Se come, se educa y se cura?

Qué se come con la democracia ¿Cómo nos educamos con la democracia? y, ¿cómo nos curamos con la democracia? ¿Será posible que hayamos tenido problemas en 40 años de vigencia con este sistema para cumplir estos postulados del primer presidente de la Nación surgido del voto popular al haberse restaurado esta forma de elegir a nuestros representantes?

La democracia argentina aún no ha resuelto las desigualdades en educación ni en salud. La democracia se ha ganado el desprestigio de toda una generación de dirigentes que se han encargado de sus cosas personales y partidarias, pero no de los problemas de la gente. El sistema de salud en Argentina, por ejemplo, es uno de los más fragmentados y segmentados de Latinoamérica.

En Educación, se ser los mejores pasamos a ser los peores, donde hay que hacer pasar de grado aunque no sepan nada los alumnos. Los docentes que quieren ser la segunda casa, dándole valores y principios de vida, están cansados, no se los comprende, y nuestros chicos siguen su carrera de la vida sin una visión clara de lo que quieren para sus vidas. Eligen la vanidad, eligen lo efímero. Son pocos los que leen un libro y pocos los que leen los diarios. Las pantallas de sus dispositivos están encendidas las 24 horas del día. Y así seguimos, enfrascados cada uno en su mundo. ¿Hacia dónde vamos?

A votar

Hoy, cada uno tiene en sus manos la decisión más importante para los próximos cuatro años. Habrá que entender que ese voto es necesario, clave, único, y que tiene que ser una decisión tomada por la conciencia.

El votante, con mucha incertidumbre, en una campaña violenta, como nunca antes se vio. "¿A qué se debe esa ferocidad?"

El Tribunal de Cuentas debe tener integrantes ajenos a la política partidaria

En cuarenta años de democracia, hay aspectos que aún no hemos superado y la calidad de las instituciones choca de manera constante con los intereses de la política, ya sea del oficialismo como de la oposición.

Así, se puede ver lo que ocurre con los cargos en la justicia y los conformistas de siempre responden: "siempre ha sido así". Muy mal, que siempre sea así, no significa que sea lo correcto.

De vuelta: otra vez entramos en el juego de la permisividad, del costumbrismo a que lo malo se disfrace de bueno y lo perverso parezca ético y de alto valor moral. Un organismo de contralor cuya integración puede mejorar la visión e imagen que debe tener ante la sociedad, en cuanto a la imparcialidad de sus integrantes, es el Tribunal de Cuentas de la provincia.

El Tribunal de Cuentas, es un organismo de control externo, se encuentra funcionando con sólo un vocal titular en funciones, sin una página que muestre a la ciudadanía la transparencia de las cuentas públicas de la provincia y los municipios.

La institucionalidad sólida de un Tribunal de Cuentas es esencial para asegurar que cumpla eficazmente su papel de guardián de la legalidad y la eficiencia en el uso de los recursos públicos.

La Cámara de Diputados debe designar a los miembros faltantes, para ello está acomodando nombres que forman parte del ámbito político, y los que suenan fuerte son, por el peronismo Betty Bogado y por el radicalismo Juan Fuentes Castillo.

Hasta ahí todo bien, pero ambos candidatos están íntimamente relacionados con la política y mostrando una vez más que de un lado y del otro "la casta" –palabra odiada por la sociedad argentina- quiere que no cambie nada.

El tribunal de cuentas es un organismo de contralor, y no para que sirva para ayudar a los suyos y no cumpla con el verdadero espíritu para el cual fue creado. Tiene que ajustarse a la misión de controlar el funcionamiento sector público provincial y municipal y de entidades privadas beneficiarias de aportes estatales.

Los miembros de la Cámara de Diputados el Chaco aún están a tiempo de cumplir con su deber y hacer las cosas bien, designar gente preparada y la altura de las circunstancias, y deberá dejar de lado el "compromiso" político de levantar la mano por tal o cual aspirante. Y deben estar atentos, porque la sociedad chaqueña los está mirando: el Tribunal de Cuentas debe tener integrantes alejados de la actividad política partidaria.