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Raúl Osvaldo Coronel

Columnista

Día Mundial de la Ecología

Es hora de desarrollar acciones en armonía con el ambiente

Hoy, 1 de noviembre, se celebra el Día Mundial de la Ecología y de la labor de los profesionales ecólogos que se ocupan de esta ciencia.

 La fecha tiene como finalidad recordar en todo el planeta la importancia de conocer y valorar las relaciones que existen entre los seres vivos y su ambiente. A través de la ecología se fomenta la importancia de desarrollar acciones en armonía con el ambiente, que favorezcan la biodiversidad del medio en que vivimos. 

La ecología es una rama de la biología que estudia las relaciones entre los seres vivos, de los elementos que los rodean y de los diferentes agentes que intervienen en su estudio. 

El término ecología proviene del griego "oikos": casa, hogar y logos: estudio, o sea: el estudio de nuestro hogar. 

Además, se llevan a cabo actividades que contribuyan a la sustentabilidad del ambiente para mejorar la calidad de vida de los seres humanos y su entorno. 


La extinción está asociada con la actividad humana

La disciplina pone de relieve la finalidad de recordar en toda la Tierra la importancia de conocer y valorar las relaciones que existen entre los seres vivos y su ambiente. Lamentablemente, los estudios científicos advierten que por el deterioro ambiental causado por el hombre se aproxima la sexta extinción de especies asociada a la expansión y desarrollo de los seres humanos.

Utilizamos siempre los elementos de la naturaleza, interactuando con la flora y la fauna y aprovechado los recursos como el agua, suelos, aire, la luz, etc. Conocer sobre ellos nos permite proveernos de techo, alimento, medicinas, vestido, recreación y esparcimiento. Los usamos sin darnos cuenta, pero debemos pensar en la importancia de cada uno de ellos para no extinguirlos.  


Qué hacer para contribuir a la conservación del planeta

Las recomendaciones son prácticas ecológicas para contribuir a la conservación de nuestro planeta. 

-Estimular las prácticas de agricultura ecológica para reducir la contaminación, conservar el agua y consumir menos energía. Incentivar el cultivo de frutas y verduras ecológicas sin conservantes ni aditivos químicos.  

-Prescindir del uso de fertilizantes químicos, se evita la contaminación del agua, aire y suelo. 

-Promover la generación de huertas y jardines ecológicos. 

-Fomentar la utilización de productos ecológicos comestibles, que contienen más nutrientes que los productos convencionales.

-Adquirir productos cosméticos, de higiene personal y productos de limpieza ecológicos, los cuales no han sido elaborados con derivados del petróleo. 

-Contribuir con las buenas prácticas ayuda a la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero, evitando la contaminación de la atmósfera para evitar el aumento del efecto invernadero normal, que nos trae el calentamiento global y el cambio climático. 

-Optimizar la producción, consumo y energía. Manejo integral de los residuos, conservar el agua, que mejoren la calidad de vida presente y futura.


Nuestro futuro común

La protección ambiental de los recursos naturales para mantener la vida de los ecosistemas terrestres y acuáticos y el dar conocimiento de su interacción comenzó en 1987. En ese año, la Comisión Mundial del Ambiente ONU presidida por la doctora Gro Harlem Brundtland presentó el informe "Nuestro Futuro Común", que impulsó un modelo de desarrollo económico mundial compatible con la conservación del ambiente con equidad social.

Así surge el desarrollo sustentable, un desarrollo opuesto al economicista, que sólo persigue hacer dinero con los recursos, sistema afín con el liberalismo.  

Desarrollo sustentable es el que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad que tienen las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades. Una proclama legal intergeneracional para crear instituciones que permitan reducir la exclusión social, la reducción de la mortalidad a causa del deterioro ambiental y evitar el crecimiento exponencial en la demanda de alimentos. 

La equidad social o solidaridad intergeneracional se consigue redefiniendo políticas y metas para lograr un mayor equilibrio en la distribución del ingreso y reducir así las brechas entre países desarrollados y en vías de desarrollo. Para alcanzar la equidad es necesario que haya crecimiento económico, pero que éste genere empleos, que sea más equitativo, es decir, que los frutos del trabajo beneficien a todos y no sólo a unos cuantos.

Es imprescindible incluir las voces de las comunidades para afianzar un crecimiento con identidad cultural, que cuide los recursos naturales y el ambiente, conociendo sus relaciones con el medio para avanzar a un futuro más certero. Reducir la desigualdad social y evitar la destrucción del ambiente, promoviendo políticas integrales que al tratar aspectos económicos no dejen de lado el impacto social o ambiental.

La evolución histórica se ve insostenible en lo ambiental, económica y social porque es necesario un cambio civilizatorio de valores y prioridades. Opciones sustanciales que coloquen lo material en su justa dimensión para que el ser humano se realice plenamente, en armonía con su entorno y con su comunidad. La premisa central implica que el desarrollo no debe degradar el ambiente biofísico ni agotar los recursos naturales. 

Desarrollar una economía circular, un modelo de producción y consumo que implica compartir, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos existentes todas las veces que sea posible para crear un valor añadido. De esta forma, el ciclo de vida de los productos se extenderá en el tiempo.  

No se debe sacrificar los derechos de las generaciones futuras, la pobreza no puede aumentar ahora, ya que los pobres no pueden ser más pobres en el futuro. Los sectores y países ricos deben necesariamente reducir sus niveles de vida y de consumo a fin de no hipotecar el presente y el futuro del planeta. 

Es de vital importancia impulsar la labor conjunta de la sociedad civil, del sector público, organismos internacionales y del sector privado para forjar un cambio de paradigma, fomentando la armonía del desarrollo humano con el ambiente, de una forma sustentable y sostenible y conocer el funcionamiento de los elementos que componen los ecosistemas para evitar su deterioro. 

(El autor es abogado –Mat .764- STJ CHACO– y especialista en evaluaciones ambientales).