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Alimentos que no son sanos

Los alimentos ultraprocesados ganan espacio en la mesa de las familias y aunque se trata de productos de muy baja calidad nutricional siguen siendo los más elegidos por muchos consumidores.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS), frente a esta preocupante tendencia, hizo un llamado a generar conciencia sobre los efectos nocivos que tienen en la salud de la población.

¿De que hablamos cuando hablamos de ultraprocesados? La OPS define como tal a los productos comestibles industrializados, que se prepararan a partir de sustancias extraídas o derivadas de alimentos. Tienen, además, aditivos y cosméticos que dan color, sabor o textura para intentar imitar a los alimentos naturales. Estos productos, advierte el organismo, están nutricionalmente desequilibrados: poseen un elevado contenido en azúcares libres, grasa total, grasas saturadas y sodio, y un bajo contenido en proteína, fibra alimentaria, minerales y vitaminas, en comparación con los productos, platos y comidas sin procesar o mínimamente procesados.

El informe "Alimentos y bebidas ultraprocesados en América Latina: ventas, fuentes, perfiles de nutrientes e implicaciones", publicado por la Organización Panamericana de la Salud revela que el aumento de las ventas y del consumo relacionado se asoció con el incremento del peso corporal de las personas que los consumen, lo que indica que estos productos son un importante impulsor de las crecientes tasas de sobrepeso y obesidad. En la región, observa el documento, casi el 60% de los latinoamericanos, cerca de 360 millones de personas, vive con sobrepeso. En otras palabras, los alimentos ultraprocesados no son sanos. Expertos del organismo de salud del sistema interamericano explican que tanto los alimentos ultraprocesados, como las bebidas azucaradas y la comida rápida, que presentan una pobre calidad nutricional, están reemplazando a las comidas caseras más nutritivas de las dietas de las familias en América Latina y El Caribe, lo que genera efectos alarmantes en la salud y requiere de regulaciones por parte de los gobiernos de la región para revertir esta tendencia.

En nuestro país, en tanto, ese escenario se ve agravado debido a que los hábitos alimentarios de una amplia franja de la población se ven afectados por el incremento en los precios de algunos alimentos frescos, como frutas y verduras. Y es que, ante la imposibilidad de acceder a productos con mayor valor nutricional, no pocas familias se vuelcan al consumo de alimentos poco saludables.

Para la Organización Mundial de la Salud una alimentación saludable es aquella que, basada en criterios de equilibrio y variedad y de acuerdo a las pautas culturales de cada grupo poblacional, aporta a las personas una cantidad suficiente de nutrientes esenciales. Cabe recordar que en nuestro país, en 2021, se sancionó la ley nacional 27.642, de Promoción de la Alimentación Saludable, también conocida como Ley de Etiquetado Frontal. Dicha norma tiene por objeto garantizar a la población el derecho a la salud y a una alimentación adecuada, a través de la promoción de alimentos saludables, brindando información nutricional en forma simple y comprensible de los alimentos envasados y bebidas sin alcohol. Obliga a empresas que producen alimentos y bebidas que contienen grasas totales, grasas saturadas, sodio, azúcares o calorías, a informar el contenido de sus productos con una etiqueta octogonal con fondo negro en los envases que advierta sobre la presencia de nutrientes críticos. Según los especialistas, la fuerte presencia de bebidas y alimentos ultraprocesados en las góndolas genera un cambio en los hábitos alimentarios de la población, que consume más productos con alto contenido en grasas saturadas, azúcares, sodio, grasas saturadas y calorías. Hay que recordar que la ley de Etiquetado Frontal no prohíbe la comercialización de ningún producto que esté disponible en el mercado.  Lo que sí establece es que sean comercializados en envases que tengan una etiqueta octogonal negra, con borde y letras de color blanco, que advierta al consumidor sobre el contenido de los que sean considerados críticos según criterios basados en el Perfil de Nutrientes elaborado por la Organización Panamericana de la Salud.

Frente a esta realidad, lo que mejor que se puede hacer es promover el consumo de alimentos más saludables y, al mismo tiempo, adoptar una serie de medidas para que los productos más sanos estén al alcance de todas las familias