Erradicar el maltrato infantil
Los marcos normativos sirven para regular el comportamiento de los ciudadanos.
Son necesarios para ordenar la convivencia en la sociedad, pero no siempre son suficientes para evitar violaciones a los derechos fundamentales. Así lo demuestran los casos de violencia y abusos contra niños, niñas y adolescentes que conmueven a la opinión pública y que obligan a un mayor compromiso de todos los sectores de la comunidad para erradicar este flagelo.
En el año 2005, cuando en nuestro país se derogó la ley nacional de Patronato de Menores sancionada en 1919 para dar paso a la ley 26.061 de Protección Integral de Niños, Niñas y Adolescentes, el cambio representó un avance significativo en la materia. La nueva ley abrió las puertas a un sistema de promoción, protección y defensa de los derechos de este sector de la población siguiendo los principios básicos de la Convención de los Derechos del Niño, tratado internacional que desde 1994 en la Argentina tiene rango constitucional y que, entre otras cosas, establece que todos los menores de 18 años tienen derecho a recibir una adecuada protección y también las atenciones que aseguren su bienestar integral.
En noviembre del año pasado, en tanto, la Cámara de Diputados de la Nación dio media sanción a un proyecto de ley para la prevención y detección temprana de la violencia contra los niños, niñas y adolescentes. La iniciativa, impulsada por el diputado pampeano Martín Maquieyra y que también es conocida con el nombre de "Ley Lucio", en recuerdo del niño asesinado en la provincia de La Pampa, propone impulsar campañas de concientización, establecer un protocolo de acción conjunta entre las fuerzas de seguridad, instituciones educativas y de salud para actuar sin demoras y en forma coordinada con la Justicia ante denuncias de violencia contra niños y capacitación obligatoria en materia de derechos de la infancia y violencias contra niñas, niños y adolescentes para todas las personas que se desempeñen en la función pública en todos sus niveles y jerarquías en los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Es de esperar que no se demore la aprobación definitiva de esta ley que, sin dudas, será de gran ayuda en la lucha contra los maltratos y violencias en la infancia. Sin embargo, como se dijo, las leyes son muy necesarias, pero no suficientes para hacer frente a un problema tan complejo como este y que muchas veces permanece invisibilizado. Las leyes establecen reglas para el funcionamiento de las escuelas, los hospitales y los poderes del Estado, entre otras instituciones. Pero la realidad muestra que no siempre las respuestas llegan cuando más se necesitan. El caso del niño de La Pampa así lo confirma. Según se informó durante el debate legislativo que tuvo lugar en la Cámara de Diputados de la Nación del proyecto de la ley Lucio, el pequeño ingresó varias veces a una guardia de un hospital con traumatismos por los golpes que recibía, pero nunca se activó ninguna alarma en el sistema sanitario y nunca hubo una denuncia. El niño, lamentablemente, murió el 26 de noviembre del 2021.
Es necesario que todos los sectores de la sociedad sumen esfuerzos para erradicar todas las formas de violencia en la infancia. Cabe recordar que se considera maltrato en la niñez a los abusos y la desatención de que son objeto los menores de 18 años e incluye todos los tipos de maltrato. Es decir, puede ser físico, psicológico o estar relacionado con el abuso sexual, la negligencia o indiferencia emocional, la explotación que puede causar un daño a la salud, desarrollo o dignidad del niño. Las personas adultas que son responsables de la crianza de niños, niñas y adolescentes deben saber que cualquier forma de violencia que se ejerza contra ellos perjudica su salud física y emocional, el desarrollo cognitivo y la autoestima y dificulta las relaciones interpersonales en la infancia.
Es necesario generar una mayor conciencia en la población sobre los daños que provocan los métodos de crianza violenta, con agresiones verbales y castigo físico. Los adultos deben ser conscientes de la tragedia que viven muchos chicos que son maltratados en sus familias y por eso es necesario visibilizar este grave problema social, frente al cual nadie puede, ni debe, permanecer indiferente.