Marcha pidiendo justicia: a tres años del asesinato de Fernando Báez Sosa
En todo el país se realizaron manifestaciones pacíficas, exigiendo que la atroz muerte del joven no quede impune. También en la capital chaqueña hubo una marcha y se pidió por el un castigo ejemplar para los responsables de quitarle la vida.

Frente al Mástil Mayor, este jueves por la tarde, un grupo de vecinos leyó una misiva que rezaba:
Carta de una mamá chaqueña
Hoy se cumplen tres años de la muerte de que Fernando no está… Fernando Báez Sosa era hijo único, de Graciela y Silvino, que emigraron a la Argentina con el objetivo de darle a su hijo la mejor educación y bienestar. Cosa que en su país de origen, Paraguay, no podían hacerlo.
Fer era el hijo que todos quisiéramos tener. Era bondadoso, compañero y solidario. Al ver los videos que publican su mamá y su papá, uno no puede decir cómo fue que hayan terminado así con su vida. Preguntas que nos hacemos todas las personas… ¿Por qué? ¿Por qué tanto ensañamiento?
Fer tenía sueños, tenía proyectos. Tenía una vida hermosa, una mamá que bailaba con él, cantaban, reían, gozaban de la vida. Ellos (sus padres) daban todo por él.
Silvino, un papá que se esmeraba para darle la mejor educación a su único hijo. Fer quería (siempre digo quería porque ya no está) ser abogado, tenía un sueño que empezó pero no pudo ser. Fer era un jugador de fútbol, era solidario, era un estudiante brillante que estaba a punto de ingresar a la carrera de Derecho en la UBA. Tenía las materias aprobadas del cursillo.
Su viaje fue un premio por haber aprobado esas materias previas al ingreso a la universidad. Ese sueño quedó truncado, ya que no pudo llegar a su fin.
Éstas y muchas más calificaciones podemos decir de lo que Fer quería y no pudo. No pudo porque un 18 de enero del 2020, vacacionando en Villa Gesell se encontró con bestias (porque no existe otra palabra). Fueron bestias… Pudieron ser 8 o 9, quizás 10, que lo destruyeron en cuerpo y alma. Sin entrar en detalles, estas bestias (porque no existe otro calificativo) que jamás hablaron durante tres años. Recién lo hicieron esta semana, haciéndonos creer que lo que hicieron fue sin querer, sin culpa. Eso fue lo que dijeron cuando hablaron, que ellos no lo hicieron queriendo.
¡No señores! Era una persona, era uno contra 8, era Fernando en el piso con bestias matándolo, lastimándolo en cuerpo y alma. Hoy, al cumplirse tres años del asesinato de Fernando Báez Sosa, desde nuestro humilde espacio en Resistencia (Chaco) pedimos y exigimos al tribunal de Dolores…A la señora jueza María Claudia Castro, al juez Christian Rabaia y a su par Emiliano Lázzari, que dicten una pena justa, ejemplar, donde se demuestre todo el peso de la ley argentina y si es perpetua, que sea perpetua sin goce alguno.
Que no intervenga el valor socieconómico de los acusados, que sean condenados sin ningún tipo de goce. Que los asesinos de Fernando paguen por el salvajismo con el que mataron.
Decimos… ¡NUNCA MÁS QUEREMOS FERNANDOS EN NUESTRAS VIDAS!