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Erradicar la violencia contra mujeres y niñas

La violencia contra las mujeres y las niñas sigue siendo la violación de los derechos humanos más generalizada en el mundo. Así lo advierte ONU Mujeres, la agencia de Naciones Unidas que promueve la igualdad de género, en un informe en el que también se observa que en muchos países la condición jurídica de los derechos de las mujeres está cada vez más amenazada.

El organismo internacional sostiene que, tras varias décadas de movilizaciones promovidas por la sociedad civil y los movimientos de mujeres, se ha conseguido incluir la erradicación de la violencia de género en las agendas nacionales e internacionales. Sin embargo, advierte, continúan existiendo desafíos en la aplicación de las leyes, resultando en una limitada protección y acceso a la justicia por parte de mujeres y niñas. Asimismo, no se hace lo suficiente para prevenir la violencia, y cuando ésta ocurre a menudo queda impune.

Con motivo de conmemorarse hoy el Día Internacional de la Eliminación de la violencia contra las Mujeres, ayer frente a la Casa de las Culturas, la Multisectorial Feminista convocó a la movilización que se llevará a cabo esta tarde en la ciudad de Resistencia con la presencia de familiares de las víctimas de femicidios, transfemicidios y abusos sexuales. La conmemoración tiene su origen en una resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas de diciembre de 1999, por medio de la cual estableció que el 25 de Noviembre de cada año se celebre el Día Internacional de la Eliminación de la violencia contra las Mujeres. La fecha fue elegida para recordar el feminicidio, ocurrido en el año 1960 en República Dominicana, de las hermanas Mirabal a manos de la dictadura de Leónidas Trujillo.

La ONU define a la violencia hacia la mujer "todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la prohibición arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la vida privada". El derecho de las mujeres a vivir sin violencias está consagrado en acuerdos internacionales como la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW) y la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer de las Naciones Unidas. Además, en la actualidad un gran número de países poseen leyes contra la violencia doméstica, la agresión sexual y otras formas de violencia. Sin embargo, diversos estudios que se hicieron sobre esta problemática revelan que todavía falta mucho camino por recorrer para erradicar este serio problema.

La periodista Mariana Carbajal en su libro "Maltratadas. Violencia de género en las relaciones de pareja", observa que nunca se realizó en la Argentina una investigación lo suficientemente amplia sobre la prevalencia de la violencia de género que permita sacar conclusiones que respondan a la siguiente pregunta: ¿Hay más casos de violencia machista en las parejas o las mujeres se están atreviendo a denunciar cada vez más? No obstante, la autora de la obra citada observa que lo que sí se puede afirmar es que el número de denuncias por malos tratos ejercidos por un hombre hacia su pareja crecen año tras año en el país.

En la Argentina, es cierto, existe un marco legal que sirve de base para erradicar el problema, pero la experiencia demuestra que la aprobación de leyes es un paso necesario, indispensable, pero no suficiente para erradicar esta problemática social. Vale recordar que la Argentina suscribió en el año 1996 la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, también conocida como Convención de Belém do Pará, que define a la violencia contra la mujer como una violación de los derechos humanos y de las libertades fundamentales. Por otra parte, también está vigente desde el año 2009 la ley nacional 26.485 de Protección Integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos que desarrollen sus relaciones interpersonales.

Pero más allá de la vigencia de este marco normativo, es fundamental que los distintos sectores de la comunidad asuman el compromiso de erradicar la violencia sexista, que debe ser entendida como lo que es: una vulneración a los derechos humanos, un problema social y cultural, que excede el ámbito privado.