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Jorge Trnka, productor del departamento Comandante Fernández

Chacras de historial algodonero que hoy producen alimentos

SÁENZ PEÑA (Agencia) – El algodón que fuera el cultivo por excelencia de los campos de los tradicionales "medianos productores" del centro chaqueño fue dejando de ser una opción rentable y las chacras, "para seguir viviendo en el campo", debieron reconvertirse para producir cucurbitáceas y otros alimentos de venta directa en la ciudad.

“La mandioca este año estuvo más rala, por el frío y la seca, pero la seguimos tirando”, dijo el productor Trnka.

La producción de sementera baja: zapallo, mandioca, batata "y algo de animales, entre cerdos, chivitos, vacunos y gallinas ponedoras" se distribuyen en campos que otrora fueran algodoneros. La chacra, en esta oportunidad, es la de Jorge Trnka ubicada en el lote 12, apenas a 5 kilómetros del final del ejido urbano de Presidencia Roque Sáenz Peña.

"El campo en su historia fue de algodón porque mi viejo siempre lo sembraba, pero nosotros lo fuimos dejando de lado al cultivo porque nos endeudábamos cada vez más, en consecuencia nos dedicamos a la sementera", relató en la charla con NORTE, el productor Jorge Trnka.

ALGODONERO DE POCAS HECTÁREAS

La condición de "algodonero con pocas hectáreas" fue haciendo que esos tradicionales "colonos" de los campos del centro chaqueño se vayan reconvirtiendo y así todavía "aguantan" viviendo en sus campos.

"Los productores que estamos en estas chacras desde hace décadas quedamos chicos, así que no podemos seguir con el algodón porque tampoco hay gente para trabajarlo como se lo hacía en la época de nuestros padres y con la poca superficie es complicada la mecanización de la cosecha", fundamentó Trnka que tiene una chacra de treinta y siete hectáreas.

Jorge Trnka, descendiente de colonos checos, fue dejando de lado el algodón para ocupar sus 37 hectáreas con sementera baja.

MANDIOCA VERSUS ALGODÓN

La mandioca, aunque rala en esta campaña, es una producción que les rinde y, con el trabajo del Inta, va encontrando nuevas variedades para los diversos paladares de los consumidores. En la comparación de los cultivos que ocupan hoy las tierras que fueron algodoneras, los números lo dicen todo.

"La mandioca tiene para nosotros mejor rentabilidad porque vendiendo a cien pesos el kilo y con un rendimiento de diez mil kilos por hectárea, son cien mil pesos, en consecuencia es lo más rentable para nosotros que no tenemos campos grandes", refirió.

RENDIMIENTO MÍNIMO

El rendimiento mencionado por Jorge Trnka es apenas "el piso" debido a que con los nuevos materiales probados y un buen manejo, la hectárea puede llegar a entregar hasta dieciocho mil kilos de la preciada raíz. En este sentido, acotó que "si hay buen nacimiento, son diez mil plantas por hectárea y, en una campaña mala, sacando un kilo por planta son diez toneladas lo que sería el mínimo de rendimiento que se podría obtener".

"La contra que puede llegar a tener un cultivo como la mandioca es la seca y el frío si se la siembra temprano porque el viento sur no ayuda", indicó. Al respecto, como dato a tener en cuenta, mencionó que "se la debe plantar con luna menguante y viento norte".

En la prueba y error a la hora de la siembra, que se hace con las ramas guardadas, don Jorge encontró que "junio y julio no son buenos meses", por lo que si la humedad lo permite, este año sembrará en agosto.

“La mandioca tiene para nosotros mejor rentabilidad porque vendiendo a cien pesos el kilo y con un rendimiento de diez mil kilos por hectárea, son cien mil pesos. En consecuencia es lo más rentable para nosotros que no tenemos campos grandes”, comentó el productor de Sáenz Peña.

El clima sigue siendo un enemigo

SÁENZ PEÑA (Agencia)."La mandioca este año estuvo más rala, por el frío y la seca, pero la seguimos tirando", mencionó sin dejar de ser positivo el productor descendiente de inmigrantes checos. En el caso de la raíz comestible, "son nueve meses que debe estar en el campo, ya que la planta esté criada no significa que el producto esté maduro y si lo cosechas verde para venderla, al otro día está negra y el cliente se queja".

La batata es otro de los "caballitos de batalla" de don Jorge, "pero este año fracasó" porque la habían sembrado temprano "y mientras estaban dedicados a la sementera baja y la sandía, se secaron todas las plantas".

"El año pasado tuvimos mucha producción de batata y en esta campaña perdimos toda la cosecha por la seca pero por suerte con todo lo que es sandía, zapallo y melón nos fue bastante bien", remarcó Trnka.

El trabajo con sementera implica también realizar rotación en las parcelas, lo que implica que "nunca se repite el mismo cultivo en el mismo lugar de campaña a campaña".