El tango no está reconocido como industria cultural
En una encuesta de la Asamblea Federal de Trabajadores del Tango se confirma la preocupante precariedad de quienes sostienen a diario la vigencia del género.
Una de las pocas consecuencias positivas que trajo la pandemia para el sector del tango fue la agrupación de sus artistas y trabajadores.
Muchas de esas agrupaciones se unieron bajo el paragüas de la Asamblea Federal de Trabajadores del Tango que, entre otros proyectos, lanzó en 2020 dos estudios sobre la composición del sector.

La más ambiciosa de esas investigaciones fue la Encuesta Federal, que coordinaron los sociólogos Agustina Coloma y Matías Zarlenga y el antropólogo Hernán Morel, y de la que participaron 2441 actores del circuito de todo el país.
La Encuesta Federal empezó a arrojar sus primeros resultados, que confirman la preocupante precariedad de quienes sostienen a diario la vigencia del género.
Si habitualmente se piensa en el tango como la milonga, los músicos y los bailarines, la encuesta en cambio advirtió la existencia de 25 actividades laborales vinculadas al sector, que incluyen a poetas, coreógrafos, docentes, vestuaristas, escenógrafos, maquilladores, técnicos teatrales, diseñadores de moda y calzado, fotógrafos, y agentes de turismo, entre otros rubros.
Además, y en franco contraste con la acostumbrada imagen de veteranía que carga la actividad, resulta que casi el 52 por ciento de sus trabajadores tienen entre 31 y 45 años.
Los años de formación profesional (formal e informal) contrastan con los bajos ingresos del sector: el 48,5 por ciento de los encuestados estudió entre 6 y 15 años (el 81 por ciento alcanza o supera la educación superior), pero la gran mayoría del sector (87 por ciento) tiene ingresos por menos de 45.000 pesos.
Y eso considerando que más de la mitad son el sostén de hogar. Como referencia, la canasta básica total publicada en el último informe del Indec asciende a 64.445 pesos para una familia tipo.
Desde la Asosiación señalaron que estos datos resultan “fundamentales” y recordaron que cuando empezaron investigar la cuestión advirtieron “que el tango no está reconocido como industria cultural ni aparece siquiera en el Sinca”, el Sistema de Información Cultural de la Argentina, y confían en que esto se revierta.