El cementerio de Resistencia, una postal del abandono total sin respuesta
Tumbas abiertas, olores nauseabundos, yuyos crecidos tan altos que llegan a tapar parcelas. Además, robo de placas.
El cementerio de Resistencia hace muchos años no es un lugar de descanso en paz para los vecinos de la capital. Medianamente a lo largo de las distintas gestiones se mantuvo como mínimo el corte de pasto del predio y otras cuestiones básicas.
Hoy, el cementerio “San Francisco Solano”, ubicado en avenida Hernandarias 1500 y que depende administrativamente del municipio de Resistencia, es un sinónimo de abandono.
Basta con ingresar al sector de tumbas para observar a simple vista el deprimente panorama.
Tumbas abiertas, que despiden olores nauseabundos, yuyales que tapan las tumbas, pasto alto, roedores.
A NORTE llegaron reclamos de vecinos protestando por el estado en que se encuentran las instalaciones del predio, además de que para visitar el lugar en el que resposan su seres queridos tienen que atravesar una zona descuidada y abandonada. “No es lo que esperamos con los impuestos que pagamos religiosamente todos los años”, plantean los damnificados.
CONTRIBUYENTES SIN SALIDA
El humor de los contribuyentes ya no es el mismo desde el inicio de la gestión municipal.
Recibieron aumentos desmedidos en todos los impuestos municipales y el estado del cementerio es otro factor más que influye en el semblante de la comunidad capitalina. La ola de reclamos se basan en los aumentos que rondan o superan el 300% en los impuestos.