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Máxima tensión en Bolivia: se amotinaron los policías que custodian el Palacio Presidencial

Los cordones de seguridad en los accesos a la Casa Grande del Pueblo han quedado casi desguarnecidos. Mientras, crecen las movilizaciones populares que exigen la renuncia del presidente del país, Evo Morales.

Un numeroso grupo de policías bolivianos, integrantes del cordón de seguridad en la Casa Grande del Pueblo, la nueva sede de la Presidencia del país, decidieron amotinarse y abandonaron sus posiciones a primera hora de este sábado.

Es motín, no es acuartelamiento”, declaró uno de los uniformados mientras se replegaba, como parte de una columna, hasta las dependencias de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP).

Según los testigos del diario El Deber, los cordones de seguridad en los accesos a la Casa Grande del Pueblo han quedado “casi desguarnecidos” y “a merced de las movilizaciones populares” que exigen la renuncia del presidente del país, Evo Morales.

Policías en la sede de gobierno (Reuters)


Jóvenes que montaron vigilias durante toda la noche agradecieron a los integrantes de la institución del orden por la decisión, considerando que se suman a su lucha para “recuperar la democracia”.

Anoche, el ministro de Defensa de Evo Morales, Javier Zavaleta, descartó operaciones militares en las calles, mientras que el ministro de Gobierno, Carlos Romero, abogó por un diálogo para solucionar el motín que se extiende en todo el país.

"Policía con el pueblo", dice uno de los carteles de los efectivos (Reuters)

La sublevación de la Policía en gran parte de Bolivia desató este viernes la peor crisis en los más de trece años de Evo Morales en el poder, dejando al mandatario cada vez más acorralado frente a los intentos para que renuncie.

La Policía Boliviana pasó de estar cuestionada por no actuar ante la convulsión por la que atraviesa el país tras las elecciones del 20 de octubre, a ponerse al lado del pueblo como le rogaba buena parte de la sociedad boliviana.

Una unidad de intervenciones especiales fue la primera en amotinarse en Cochabamba, una ciudad del centro del país que en los últimos días sufrió especialmente la ola de violencia desencadenada tras las elecciones, con un muerto y cerca de cien heridos. La siguieron Sucre, la capital constitucional del país, Santa Cruz, la mayor ciudad boliviana, y la mayoría de las regiones, desde la zona andina a la amazónica.

Fuente: Infobae.