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Sala 88 celebra 34 años de cooperativismo teatral

Sala 88 cooperativa de teatro cumple, hoy, 34 años de vida. “En los 80 constituir una cooperativa era lo más cercano a hacer la revolución”, recuerda Hugo Blotta, el presidente, haciendo un poco de historia del primer teatro cooperativo de la capital chaqueña.

Para explicar porque Sala 88 es una cooperativa Blotta se remonta a 1966: gran inundación en el Chaco, “por ese entonces vivíamos con mi familia en una casa que nos prestaba la Caja popular de Crédito y vivienda, una propiedad con grandes galpones, los que sirvieron para almacenar la ayuda que el movimiento cooperativo nacional mandaba para los inundados”.

La Sala, celebra su 34 aniversario como cooperativa que apuntala al teatro.

“En esos galpones ensayaba un emblemático grupo de teatro de los años 60 “El tablado” allí codo a codo todos trabajan por un objetivo común, yo los miraba y pensaba, si no puedo ser como Antonio Roma, voy ser actor”, cuenta el teatrista.

La fundación de un teatro cooperativo

Los 80 son para el país, años emblemáticos y traumáticos. “Allí estaba yo, recién casado y con un desafío inmenso junto a otros dos aventureros, reflotar la única sala de teatro que por ese entonces tenía Resistencia. El llamado Instituto de Teatro cerraba sus puertas y nacía Sala 88 cooperativa de teatro, crédito, vivienda y consumo limitada”, recuerda el actor

“En los 80 constituir una cooperativa era lo más cercano a hacer la revolución”. Se pensó en una asociación sin fines de lucro, pero eso tenía una carga de hipocresía porque aspiraban a vivir del teatro, por ende, el lucro estaría presente.

Los primeros doce años de la cooperativa fueron de aguante, resistencia, sobrevivir a pesar de todo. “El karma de pagar un alquiler nos hermanaba en el trabajo y si bien el axioma que pregonaba mi padre “a cada una según su trabajo y cada cual según su capacidad”, muchas veces no se cumplía y ejercíamos lo que yo luego definiría como el cooperativismo utópico donde se repartía en partes iguales, aunque el trabajo no sea igual, nos permitió mutar de inquilinos a propietarios”, relató el dueño de la Sala.

Blotta reflexiona que a Sala 88 nadie iba por ser cooperativista, iban porque querían ser actores, realizar cursos o ver una obra. Desde el comienzo se propusieron como objetivo que les crean que son actores y actrices aquí en el Chaco “y la continuidad era el camino, porque es lo que hace que la comunidad te adopte, te respete, te tenga en cuenta, te crea”.

“El mercado manda, entonces ante la oferta habrá una demanda, mucha o poca, y es allí donde el temple cooperativo debe prevalecer, cuando la demanda es mucha, se traduce en éxito de público y por ende económico, y no hay conflicto, pero cuando la demanda se contrae, cuando el mercado se achica, estarán los que seguirán creyendo que “si nos va bien, nos va bien a todos, y si nos va mal no va mal a todos y estarán los que creen que saltando del Titanic podrán salvarse solos”, finalizó Blotta.