45 años de amistad entre dos socios estratégicos
El vínculo histórico entre China y la Argentina es preexistente al establecimiento de relaciones diplomáticas. El intercambio político, comercial y cultural, aunque tímido, tuvo episodios destacados desde la fundación de la República Popular China, en octubre de 1949.
Estos antecedentes crearon el ambiente propicio para que, hace 45 años, un 19 de febrero de 1972, ambos países dieran inicio a sus relaciones formales en el campo diplomático. La Argentina fue uno de los primeros países latinoamericanos en consolidar estos lazos, poco después del justo restablecimiento de derechos de China y reconocimiento de sus representantes en las Naciones Unidas.
Todos los presidentes argentinos electos desde la recuperación democrática han visitado al país.
Gradualmente, a través de las delegaciones que encabezaron los mandatarios, así como las visitas de dirigentes chinos a nuestro país, se fue construyendo la estrecha relación entre Estados que observamos hoy.
En 1972, no obstante, era inimaginable una relación rica y multidimensional como la que disfrutamos actualmente.
Los aspectos más profundos de la Asociación Estratégica Integral -tal su título formal-, entre China y Argentina se consolidaron en los últimos diez años. De manera sumaria, podemos presentar nuestro vínculo a través de cinco elementos constitutivos:
Provisión de alimentos a un gigante. Argentina y Brasil aprovisionan el 23 por ciento del total que importa China, seguidos por Estados Unidos con el 20 por ciento.
Recursos mineros. El eficiente aprovechamiento de minerales vitales para el desarrollo de China, como hierro, cobre y litio, entre otros, constituirá un eje de trabajo extraordinario para multiplicar las exportaciones.
Infraestructura energética y de transporte: existen empresas chinas interesadas en aportar su experiencia comprobada en el diseño y desarrollo de infraestructura ferroviaria y vial, como así también de energía hidráulica, solar y nuclear, por nombrar sólo algunos rubros. Tienen la capacidad técnica, el deseo de asociarse a firmas argentinas -y transferir conocimiento durante el proceso-, y el respaldo financiero de grandes bancos de su país.
Turismo: en 2016 pasado viajaron por el mundo más de 120 millones de ciudadanos chinos, pero apenas 30.000 visitaron la Argentina. Mediante un sistema de promoción de los atractivos de nuestro país y mediante la simplificación de los procedimientos de visado, se estima llevar esa cifra a un millón de turistas en diez años.
También cabe destacar el vínculo deportivo. El presidente Xi Jinping fijó el objetivo de convertir a China en una potencia futbolística y pidió cooperación en ese campo.
El potencial es inédito en materia de inserción de técnicos, futbolistas y profesores de educación física en el mercado chino.
Lo esbozado es apenas una apretada sinopsis; la relación bilateral es de una riqueza inagotable para ambos países y alcanza también el campo cultural, la educación, la cooperación técnica y el intercambio académico, entre muchos otros ejes.
Es esta una oportunidad histórica para construir, China y Argentina, el período más fértil y relevante de la historia de las relaciones bilaterales, ideal para sentar las bases para un vínculo estructural, profundo, maduro y de largo plazo.
En nuestra provincia, el Plan Belgrano Cargas que contemplaba la reconstrucción de la infraestructura ferroviaria con recursos provienen del crédito otorgado por el gobierno chino al país durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
Lamentablemente la actual gestión nacional priorizó el tramo desde Avia Terai hasta los puertos de Rosario, y dejó de lado el Ramal C3 que une esa localidad con el puerto de Barranqueras, donde se encuentran varados durmientes de cemento y otros elementos importados de China.
Según declaraciones del representante del Plan Belgrano en el Chaco, Víctor Zimmermann, se trata sólo de prioridades, pero esto redunda una vez en perjuicio del puerto de Barranqueras, decenas de veces postergado en los últimos tiempos.