Nos empoderamos desde la inteligencia emocional
¿Es posible que las mujeres logremos ‘Empoderarnos’ desde la Inteligencia emocional? La respuesta desde ya es sí.
En este siglo XXI, considerado como el siglo de la ‘mujer’, justamente por el enorme protagonismo que venimos adquiriendo desde hace ya un tiempo, tanto en lo profesional, como en lo laboral, en lo social como en lo político. Es fundamental sumar herramientas que nos permitan a las mujeres seguir ‘Empoderándonos’ y seguir ganando espacios. Porque si bien hemos avanzados en muchos aspectos, aún falta mucho por hacer. Y seguir por este camino implica también sumar.
Es por ello que mi propuesta como especialista en materia de inteligencia emocional, (y sobre todo y más aún como mujer), es que, sigamos incorporando estos nuevos recursos que nos ofrece el mundo actual, para seguir fortaleciéndonos y desarrollando el enorme potencial que cada una de nosotras posee, y que muchas veces no nos damos cuenta que lo tenemos, por esas viejas estructuras y creencias que nos limitan e impiden sacar a flote todas nuestras virtudes.

Si bien hace ya un tiempo que las mujeres dejamos de ser las débiles para pasar a ser las fuertes, también es cierto que este proceso de adaptación al nuevo paradigma de la mujer de hoy, demanda nuevos conocimientos, aprendizajes, valores, creencias y sobre todo nos invita a desprendernos de viejos patrones de conductas que tenemos enquistados fuertemente en nosotras, y la mayoría de las veces son los responsables de nuestro estancamiento emocional, profesional, laboral.
Empoderarnos como mujeres implica desarrollar nuevas fortalezas tanto en el plano emocional como en el de la salud mental. Desde la Inteligencia Emocional hacemos hincapié en el plano de la ‘dimensión emocional’, un aspecto que no está muy entrenado porque venimos de una cultura en la que las emociones eran consideradas sinónimo de debilidad y solo podíamos emocionarnos las mujeres. Sin embargo, las investigaciones han ido demostrando a lo largo del tiempo que las emociones afectan tanto a hombres como a mujeres y lo hacen directamente en nuestro estado de bienestar.
Hoy en día los puestos de trabajo exigen que las mujeres que aspiran a ocuparlos no solo tengan ciertas aptitudes para desempeñarse en ellos, sino que además posean ciertas habilidades psicosociales que les permitan enfrentarse de la mejor manera a las distintas exigencias de la vida cotidiana, ya sea en el plano laboral, social, familiar o personal.
De allí, que creo que las mujeres de hoy debemos incorporar la Inteligencia Emocional como algo indispensable para el desempeño y desarrollo personal de nuestras vidas. Ya que nos va permitir seguir empoderándonos y transformando nuestra realidad.
Está comprobado que el éxito ya dejó de medirse solo por lo académico, es decir, ya no alcanza con tener un título para ser ‘exitosa, feliz y gozar de salud’ en la vida, también debemos desarrollar ciertas competencias que tienen que ver con alcanzar una andamiaje emocional que nos permita aspirar a una vida más saludable, es decir, un bienestar físico, psíquico, emocional y social, que nos permita no solo aprender a gestionar nuestras emociones sino también a poder alivianar el estrés al que estamos expuestas en estos tiempos tan vertiginosos, acelerados y agitados en que vivimos. Sobre todo, aquellas mujeres que son el sostén de su hogar. No es fácil ser madre, profesional, trabajadora, lavar, planchar, cocinar y sentirnos emocionalmente bien. Por eso, empoderarnos desde la inteligencia emocional nos va ayudar a mejorar nuestra resiliencia, nuestra empatía, nuestros vínculos y relaciones, nos va permitir incrementar en nosotras un nivel de bienestar que nos va a proporcionar una mejor autoestima y salud.
Si logramos fortalecer nuestra salud mental podemos mejorar nuestra calidad de vida.

Dejo algunas claves y beneficios para que comencemos a desarrollar nuestra Inteligencia Emocional:
1. Observación: Algo que parece tan simple. Observar desde el punto de vista ‘examinador’ para poder detectar cuál es nuestra realidad y a partir de allí comenzar a asimilar nuestra realidad.
2. Participación: En nuestra propia vida. Es una actitud que debemos tomar para intervenir y ser proactivos.
3. Disciplina: Es necesario para llevar adelante pautas y comportamientos de manera constantes. No sirve identificar solo emociones sin hacer nada.
4. Honestidad: capacidad de actuar de acuerdo a lo que pensamos y sentimos. Sin culpas y sin miedo.
5. Si estamos bien, podemos aumentar nuestra productividad en nuestro lugar de trabajo, en nuestro grupo familiar o de amigos y generar climas saludables.
Beneficio de la Inteligencia Emocional
1. Nos beneficia a nivel salud.
2. Nos ayuda a conocernos. Autoconocimiento.
3. Nos permite desarrollar nuestra autoestima. Motivación.
4. Nos ayuda a establecer metas y concretar proyectos.
5. Nos ayuda a comunicarnos con otros desde lugares más empáticos, más sanos con una comunicación más asertiva.
6. Regular y gestionar nuestras emociones nos ayuda a manejar nuestro enfado y nuestra ira.
7. Nos ayuda a potenciar nuestras virtudes.
*Nancy Cantero
Operadora en Psicología Social.
Diplomatura en Inteligencia Emocional.
Diplomatura en Comunicación y Habilidades Sociales.
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