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Las pantallas no son juguetes

La organización no gubernamental Grooming Argentina lanzó una campaña para generar conciencia en la población sobre la importancia de construir entornos digitales seguros y de protección que promueva un uso apropiado y responsable de las tecnologías por parte de los niños, niñas y adolescentes.

A la hora de hacer un regalo, se debe tener en cuenta que el celular y las pantallas no son juguetes, advierte la organización y su mensaje cobró mayor importancia en las últimas horas al conocerse que una niña de la localidad santafesina de Capitán Bermúdez, ubicada 15 kilómetros al norte de Rosario, falleció tras realizar un reto viral difundido a través de TikTok, conocido como "blackout challenge" ("el desafío del apagón"). Se trata de una prueba que cada tanto circula entre grupos de niños y adolescentes y que consiste en pedir que se contenga la respiración el máximo tiempo posible hasta perder la consciencia. Desde Grooming Argentina advierten que los llamados "retos virales" constituyen una de las más peligrosas amenazas a la que están expuestos los niños, niñas y adolescentes.

Pero este tipo de peligros no es el único que acecha en las redes sociales o en internet, a los que, por supuesto, los pequeños usuarios acceden a través de un celular, una tablet o una computadora, la mayoría de las veces sin la supervisión de un adulto. Según una encuesta realizada por Grooming Argentina, seis de cada diez niños, niñas y adolescentes entablaron relación con personas desconocidas en los juegos en red y en dos de cada tres conversaciones con desconocidos recibieron propuestas de "noviazgo".

Cabe recordar que se llama "grooming" a las acciones que realiza un adulto con el objetivo deliberado de ganarse la amistad de un niño o adolescente y establecer una conexión emocional con el fin de disminuir las inhibiciones de su potencial víctima y poder abusar sexualmente de ella. La ley nacional 26.904 incorporó al Código Penal el artículo 131 que establece que será penado con prisión de seis meses a cuatro años la persona que "por medio de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos, contactare a una persona menor de edad, con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual de la misma".

Las organizaciones de la sociedad civil que trabajan para prevenir este tipo de amenazas explican que el abuso se puede dar a través de cualquier medio digital que permita la interacción entre el abusador y el niño, es decir que el acosador puede utilizar tanto redes sociales, como correo electrónico, mensajes de texto, páginas de juegos en línea, o sitios de chat. Por eso se recomienda controlar el acceso de los niños a Internet, asegurándose que los chicos no publiquen información personal y privada como dirección, teléfono, escuela a la que asiste o ciudad donde vive. También es importante prestar atención a la lista de contactos en redes sociales para comprobar cuántos de esos contactos son desconocidos y hablar con los chicos sobre sobre los peligros que acechan en la red. Es que una conversación sincera entre padres e hijos contribuye a que los niños se sientan con la confianza necesaria para recurrir a un adulto ante una posible amenaza de estas características. También se sugiere instalar en la computadora de los chicos un programa de control parental, que permita filtrar sitios y contenidos que puedan resultar potencialmente peligrosos.

Por su parte, la Organización Mundial de la Salud recuerda a los padres que los niños no deben tener ningún acceso a las pantallas hasta los dos años de edad y, en todo caso, pueden pasar una hora como máximo frente a ellas entre los tres y cuatro años. Una guía elaborada por la OMS contiene recomendaciones sobre el tiempo que, por día, los más pequeños deben dedicar a la actividad física y al sueño. También ofrece consejos que alertan sobre el denominado "tiempo sedentario de pantallas", que hace referencia al tiempo que los niños dedican a mirar televisión y videos, o a los juegos de computadora y las consolas de entretenimiento. En ese sentido, la guía sostiene que los niños de menos de un año no deben ser expuestos a ningún tipo de pantalla electrónica, y que los de dos a cuatro años tampoco deberían tener más de una hora por día de "tiempo de pantalla sedentario", incluyendo juegos de computadora o televisión.