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Aguas agitadas en América Latina

América Latina tendrá que lidiar este año con los desafíos que plantean los nuevos estallidos de malestar social, el incremento del crimen organizado, una gobernabilidad compleja y el debilitamiento del proceso de integración regional, entre otros problemas. Así lo advierte el índice de "Riesgo Político América Latina 2023" que acaba de publicar el Centro de Estudios Internacionales de la Universidad Católica de Chile.

En rigor, según esta publicación, son diez los principales riesgos que enfrentará la región a lo largo de 2023: el crimen organizado, retroceso democrático, gobernabilidad compleja, nuevos estallidos de malestar social, crisis migratoria, inseguridad alimentaria, polarización y noticias falsas, pérdida de competitividad, aumento de ataques cibernéticos y debilitamiento de la integración regional. Siguiendo el orden de los riesgos enumerados, el informe sostiene que el incremento del crimen organizado, de las violencias y debilitamiento del Estado de Derecho, generan en la ciudadanía una mayor percepción de inseguridad, corrupción e impunidad. Advierte, además, sobre un "deterioro y retroceso de la democracia, junto con avance del populismo y auge autoritario, ante crisis institucionales y de gobernabilidad"; y observa una incapacidad creciente de los gobiernos de cumplir con las expectativas y demandas ciudadanas, ante fragmentación política, falta de acuerdos y alto endeudamiento público. Más adelante, pone la lupa sobre los estallidos de malestar social que tienen como caldo de cultivo el alto costo de vida, bajo crecimiento económico, aumento del desempleo e informalidad, y menores márgenes de maniobra en lo fiscal.

Con relación a la crisis migratoria, sostiene que el aumento de flujos migratorios exacerba las prácticas y los discursos xenófobos e incrementa los enfrentamientos sociales. En el capítulo dedicado a la inseguridad alimentaria, en tanto, se observa que la escasez de insumos críticos se agrava por los efectos de la guerra en Europa del Este y del cambio climático. En lo que hace a los fenómenos de la polarización y las noticias falsas, el informe señala que la presencia de la política en las redes sociales tiene "consecuencias perniciosas para la convivencia en democracia". "A la crisis de liderazgo de la elite y de representatividad de los partidos se une ahora la acción de las redes sociales convertidas en un vehículo para difundir desinformación y mensajes de odio, fomentando la polarización", agrega, al mismo tiempo que recuerda que en recientes procesos electorales celebrados en los países de la región las noticias falsas "a través del mal uso de las redes sociales se ha acentuado, reproduciendo contenidos que exacerban las diferencias entre grupos de votantes y radicalizan agendas extremistas". "Todo apunta a que la contaminación informativa a través de sus distintas formas (información falsa o información verdadera manipulada para causar daño entre las principales) ha llegado para quedarse y en 2023 seguirá muy presentes, sobre todo en los comicios de Argentina, Guatemala y Paraguay y también durante el segundo tiempo constitucional chileno", observa el documento.

En el párrafo dedicado a la pérdida de competitividad, el informe señala que eso se advierte en el desarrollo de los recursos naturales y de las energías limpias, ante escasos incentivos para la inversión extranjera y falta de seguridad jurídica. Por último, hace hincapié sobre un aumento de ataques cibernéticos en varios países de la región lo que genera una mayor vulnerabilidad de los servicios del Estado, la infraestructura crítica y los servicios financieros; para luego abordar la cuestión de la integración regional, poniendo la lupa sobre "el debilitamiento de los mecanismos de coordinación regional que dificulta la gestión de crisis y aumenta la irrelevancia de la región a nivel global. En ese sentido, el índice de "Riesgo Político América Latina 2023" observa que nuestra región "no ha sido capaz en este más de medio siglo de sucesivos proyectos de integración de convertirse en un actor internacional que hable de forma coordinada en los diferentes foros y escenarios mundiales".

No caben dudas de que América Latina, la región más desigual del mundo, vive un momento de fragilidad que aumenta el riesgo político y afecta la calidad de la democracia. Los conflictos en Perú, Bolivia y Brasil, por citar solo algunos, revelan movimientos tectónicos que deberán ser interpretados en forma correcta por la dirigencia política de la región con el fin de adoptar medidas que permitan fortalecer el funcionamiento de las instituciones, asegurar una discusión pública razonable y consolidar la estabilidad económica en cada uno de los países.