El tema de la violencia y masculinidad necesita transformarse en política pública
Un referente del tema narra cómo funcionan espacios dedicados la atención de varones que ejercieron violencia en municipios de Santa Fe.

El secretario de Formación y Capacitación para la Igualdad de Santa Fe, Luciano Fabbri, analizó comportamientos de los victimarios de Fernando Báez Sosa que es necesario desterrar de las instituciones.
En tres municipios de su provincia se desarrolla una reciente experiencia y que este año espera ampliarse a otros diez.
En Santa Fe
‘Cuando hablamos de géneros trabajamos relaciones y eso implica que las abordemos con todos los actores que las configuran; no solamente con quienes padecen sus consecuencias, que habitualmente son mujeres y diversidades sexuales‘, enunció.
La estructura del Ejecutivo santafesino cuenta con un Ministerio de Igualdad, Género y Diversidad; un espacio institucional que Fabbri desea se replique en el país.
‘Ojalá tenga irradiación en otras provincias y también en la Nación‘, dijo.
Con el Chaco
El doctor en Ciencias Sociales (UBA) y licenciado en Ciencias Políticas (UNR) acompañó actividades de formación sobre el tema en Resistencia y asegura que hay conversaciones y alianzas estratégicas para seguir impulsando políticas de masculinidades también en el Chaco.
Por lo que en sus declaraciones destaca que ‘siempre está a disposición para seguir trabajando en la promoción de redes y para que la perspectiva de trabajo con los varones se transforme en políticas públicas‘.
Ataque en grupo
Como integrante del Instituto de Masculinidades y Cambio Social Fabbri publicó un hilo de tuit por el que varios medios lo llamaron. Con relación al ataque a golpes con el que un grupo de rugbiers puso fin a la vida de un joven en Villa Gesell, Fabbri suele tomar casos emergentes que producen conmoción social para invitar a reflexionar, más allá de la noticia y el morbo de algunos medios masivos.
Ratificar la virilidad
Los episodios de violencia cometidos por un grupo de varones hacia otro varón son definidos por estudios como un acto que forma parte de un mandato de masculinidad en el que sus integrantes ratifican su virilidad ante terceros.
‘Esa hombría se demuestra a través de ejercicios de violencia y grupales‘, define en declaraciones a FM Nuestra Voz.
Para algunas comunidades de varones jóvenes la identidad compartida se relaciona con una práctica deportiva donde el reconocimiento se traduce en el rendimiento deportivo o en rituales que se dan fuera de la cancha.

El caso Fernando Báez Sosa
Al describir los mandatos de masculinidad imperantes en los clubes deportivos el referente en estudios de género se refiere al de jerarquía.
Luciano Fabbri analiza que consiste en la búsqueda por ocupar lugares con visibilidad, de importancia, poder y reconocimiento.
Sin embargo aclara que esa búsqueda depende de la posición de clase, generacional o étnica racial, por lo que puede traducirse de distinta manera.
‘Un varón de clase media alta profesional no lo va a demostrar de la misma forma que un pibe de barrio sin acceso al trabajo‘, ejemplificó.
Un aprendizaje
Por otra parte el caso del crimen de Villa Gesell encuentra coincidencias con otros ataques grupales: se convierten en una especie de hazaña compartida en prácticas de pelea callejera, que identifican al grupo, fortalece la mirada que los demás tienen de los integrantes, o crea cierta idea de respeto.
‘Son rasgos que lamentablemente se constituyen como referencia para otros varones que practican un mismo deporte, por ejemplo, en divisiones inferiores‘. Esos otros jóvenes aprenden que ése es un modelo de masculinidad.
Los talleres
En la provincia de Santa Fe se desarrollan talleres de sensibilización para varones jóvenes y adultos la intención es avanzar en ámbitos estatales y públicos. Con instituciones de la vecina provincia, por ejemplo convocan a trabajadores comunales y municipales, a bomberos, policías y deportistas a sumarse a los encuentros.
Fabbri cuenta que después de la resistencia inicial van apareciendo experiencias y anécdotas que dan cuenta de ideas y prácticas que atraviesan y condicionan la vida de muchos hombres. ‘Promover espacios de reflexión sobre el tema genera cierto alivio, sin enseñar lo que se tiene que decir o hacer, buscamos reflexionar sobre prácticas propias y de pares varones‘, asegura.
Derivados por la Justicia
La experiencia más reciente de la vecina provincia en el tema violencia de género incluyó un trabajo con personas denunciadas por parejas y exparejas.
En Santa Fe la política pública se ejerce en el primer nivel de atención, a través de los municipios, mientras que la provincia la aborda en un segundo nivel.
Se empezó con la formación de profesionales y trabajadores que eventualmente coordinarán actividades con derivados por la justicia o quienes identifican la necesidad de trabajar sobre sus prácticas.