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El diseño en arcilla sigue vigente

Es curioso enterarse que en esta época de programas de diseño industrial poderosísimos, impresoras 3D, y todo tipo de ventajas informáticas, los viejos modelos de autos en arcilla sigan siendo la referencia en las principales terminales automotrices.

Es bastante común la opinión de que los autos más bellos del mundo tienen entre 60 y 70 años, por lo general son modelos de los años ‘60, como el Ferrari 250 GTO o el Jaguar E-Type, considerados los más bellos.

Un diseñador de autos especialista en arcilla es un poco escultor y un poco ingeniero automotriz.

Son coches de otra época, con diseñadores considerados visionarios que eran tratados (y actuaban) como celebridades, llenos de excentricidades y caprichos, cuya visión muchas veces salía de la mesa de dibujo y llegaba casi inalterada a la línea de producción.

De hecho, con más y más personas involucradas en el proceso de buscar la armonía entre la forma, la función, la usabilidad y los estándares de seguridad, es realmente impresionante que los fabricantes aún sean capaces de crear autos que nos deleitan no solo cuando aceleran, sino también cuando están detenidos.

Los modelos en arcilla se pueden pintar para ver cómo lucen las sombras a la luz del día y en diferentes épocas del año.

ENSUCIÁNDOSE LAS MANOS

Una cosa no cambió en todos estos años: el proceso de diseño de un automóvil todavía implica, en algún momento, la creación de un modelo de tamaño natural: estos son los famosos prototipos de arcilla, o barro.

Los diseños en arcilla permiten ajustes inmediatos en el modelo y se pueden ver y tocar a diferencia de las animaciones en 3D.

Incluso con tantas formas de visualizar el auto terminado y perfecto en la pantalla de la computadora, todas las marcas se toman muy en serio esta tarea aparentemente arcaica, que continúa invirtiendo decenas de miles de dólares en estas esculturas.

Parece contradictorio pero resulta que hay al menos una buena razón, y es bastante simple: los diseñadores garantizan que la única forma de asegurarse de que su auto nuevo se vea realmente bien y proporcionado es verlo en vivo, frente a los ojos, y poder tocarlo.

James Gillies y Robert Fallon, ambos involucrados en la creación de los prototipos de arcilla de Lucid, indicaron en un reportaje de la revista Car Insider: "No importa cuán sofisticado aparezca un modelo tridimensional en la pantalla de una computadora: en esencia, sigue siendo una imagen en 2D, y ciertos ángulos engañan fatalmente al ojo al juzgar las proporciones".

Un coche del siglo XXI se sigue diseñando con herramientas básicas de escultor, aunque la “arcilla” es sintética.

Los prototipos también permiten a los diseñadores examinar exactamente cómo las formas del vehículo reciben la luz natural: el equipo saca el modelo de arcilla del estudio y puede observarlo desde todos los ángulos bajo la luz del sol.

También se los cubre de vinilo y pintura con los colores que luego serán de serie y todo eso se puede evaluar subjetivamente con el auto enfrente.

Es una prueba para la cual la sensibilidad humana aún no puede ser reemplazada ni siquiera por las mejores simulaciones de iluminación computarizadas.

El software puede incluso imitar con precisión las condiciones de iluminación reales, pero no puede decir si se ve bien o no.

En la práctica, un prototipo de arcilla es una escultura. También es el producto de una práctica que abarca casi un siglo, cuya creación se atribuye al legendario diseñador estadounidense Harley Earl, del centro de diseño de GM en la década de 1930, y ahora se emplea en al menos el 95 % de proyectos que salen a la calle.

No es casualidad que Earl ahora sea considerado uno de los diseñadores más influyentes del planeta y fue uno de los que ayudaron a General Motors a crear algunos de los diseños más icónicos de la industria en la primera mitad del siglo XX.

ESCULPIENDO EL FUTURO

El proceso empieza igual para todos los prototipos: con una estructura metálica. "Sobre esta estructura hay bloques de espuma, y de ahí colocamos de 2,5 a 5 cm de arcilla, que primero se esculpe con una máquina y luego comenzamos a detallar el diseño", dice Gillies.

El nivel de refinamiento del prototipo depende de su función. Por lo general, el primer prototipo se realiza en escala 1:3 y sirve como una primera forma de visualizar las proporciones de ese automóvil en tres dimensiones.

Una vez que se realizan las correcciones y se aprueba el diseño, pasamos al prototipo a escala real, 1:1. De nuevo, los posibles cambios se pueden realizar de forma inmediata gracias a la flexibilidad de la arcilla, que permite retirar materia donde sobra y dar volumen donde falta.

El material utilizado, a pesar del nombre, no es "arcilla" propiamente dicha sino un material similar a la popular "plastilina" escolar, concebido exclusivamente para la creación de prototipos.

Es un proceso largo y costoso: desde la concepción de las líneas hasta la conclusión de un prototipo muy detallado, puede tomar más de dos años y costar más de US$ 200.000.

Para reducir parte de los costos, los fabricantes aprovechan para utilizar prototipos de arcilla en pruebas aerodinámicas en el túnel de viento, otra actividad que también se puede realizar con simulaciones virtuales pero, de nuevo, nada como algo palpable y real.

Sin embargo, para ponerlo en perspectiva, unas pocas decenas de miles de dólares son simples dólares al lado de los millones que cuesta desarrollar algunos autos, y pueden marcar la diferencia entre lo hermoso y lo feo, o incluso el éxito o el fracaso.

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