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Real historia de indios

Un aporte a la difusión de la música regional y a la diversidad cultural

Luego del éxito de Raúl Oscar Cerruti en Cosquín 1964, se presentó el mismo cuadro costumbrista en el I Festival Latinoamericano del Folklore en Salta (1965), con exhibiciones coreográficas con la temática regional de cada participante. 

Procesión de San Baltasar, costanera del Río de la Plata, 1967.

Este Festival Latinoamericano era parte de la celebración de los 382 años de la fundación de la ciudad de Salta, el 16 de abril de 1582 por el licenciado Hernando de Lerma en nombre de la Santísima Trinidad, de la Virgen Santa María, del Apóstol Santiago y de Su Majestad el Rey de España.

El Festival buscaba congregar a los pueblos que se reconocen en sus orígenes, proyectándose con el arte folclórico de cada uno, su música, canto y baile. La delegación del Chaco, siempre a cargo de Cerruti, autor de la obra, estuvo presente con el cuadro "Bailantas Chamameceras", logrando competir en el plano internacional con la música y baile de chamamé, valseado y rasguido doble. El contrapunto más sobresaliente del espectáculo fue entre los vestuarios del Chaco y de Bolivia. 

Los bailarines chaqueños lucían su vistosa canillera de lona rayada, alpargatas plantilla de yute, pantalón angosto, sujetado con faja negra y cinto ancho de cuero, camisa a cuadros, pañuelo al cuello por dentro de la ropa y sombrero de alas chicas, aplastado en los varones. Las mujeres con vestidos sencillos, falda a media pierna, blusa, cinto, alpargatas suela de yute, pelo recogido con trenzas. 

La delegación de la República de Bolivia exhibía en sus bailes relucientes trajes tejidos con hilos de oro y plata, que después de la actuación se guardaban en la bóveda del Banco de la Nación de Salta por obvias razones de seguridad. 

El año siguiente fue sin actividades debido a los fenómenos climáticos. El 1966 del Chaco fue de muchas vicisitudes, ocurrió una de las más grandes y desbordadas inundaciones por la crecida del Paraná que obligó a suspender diversos acontecimientos, como los espectáculos musicales y de diversiones de la región, razón por la que no se participó en ningún evento nacional.

Cosquín 1967

Graciela González, Eduardo Cornell y Ertivio Acosta, Cosquín, 1967

Raúl Cerruti siempre tuvo la responsabilidad de fundamentar con investigaciones sistematizadas cada presentación de cuadros costumbristas. Así se recrearon las fiestas y procesiones realizadas por familias afro en honor a San Baltasar, festejo de descendientes  de  esclavos africanos que se asentaron en nuestra provincia a principios del 1900. Entre las familias más conocidas estaban los Francia, Recalde, Moreno, Palomero, Vargas, Margosa y otros, la mayoría venidos del Camba Cuá de Corrientes tras una epidemia de fiebre amarilla. 

Se radicaron en un principio, por su profesión, alrededor de las lagunas que se formaron con las lluvias en las cavas de ladrillerías, ubicadas en lo que es hoy la Plaza Belgrano; también en las que había donde se encuentran los galpones de la Municipalidad en 25 de Mayo y Ávalos. La principal actividad de los afro era la de lavar ropa, y en ese lugar desarrollaron la actividad. 

Raúl Oscar Cerruti documentó lo que vio y observó, que al aproximarse el 6 de enero de cada año, los hijos de aquellos afros recorrían las calles de la ciudad pidiendo colaboración a los vecinos con la Imagen de San Baltasar, para la realización de una fiesta en honor al santo.

También tomó conocimiento del festejo en sí, de sus bailes y demás alegorías a San Baltasar, montado en una improvisada capilla de papel roja y amarilla. Con ese relevamiento y demás estudios, proyectó y realizó un cuadro de esa cultura y su manera de divertirse. Con 40 integrantes, músicos, bailarinas y bailarines de la Peña Martín Fierro, puso en el escenario de Cosquín, por primera vez, las danzas afroguaraníticas. El término obedece a que a la festividad del barrio iban todos los que concurrían a las festividades de religiosidad popular, especialmente los músicos y sus conjuntos provistos de acordeón y guitarra. 

Todos los promeseros, músicos y bailarines vestidos a la usanza tradicional candombera y de algunos criollos como los cambá rangá (criollos caracterizados como afros), integraban la colorida caravana mística donde el rojo y los oropeles amarillos relucían por su majestuosidad. 

El candombe, la charanda y sus bailarines se mostraron en el escenario Próspero Molina. Músicos criollos con acordeón y guitarras acompañaban el ritmo candombero de la tambora, tamboriles, masacallas y pandeiros. Las rezadoras y abanderadas encabezaban la procesión, los alféreces y custodios transportaban la sagrada imagen de San Baltasar. 

Los bailarines desplegaron toda su habilidad para la charanda, que hasta ese momento no se conocía como música negra en el país. Ocurre que el candombe al ser ejecutado, no solo con tambores y demás instrumentos musicales afro, se lo acompaña con instrumentos de los músicos criollos, como la guitarra y el acordeón, haciendo que el cadencioso candombe ralentice el ritmo, dando lugar a uno nuevo que pasó a llamarse charanda (en mi opinión). 

Como premio a la investigación expuesta ante los más grandes estudiosos del folclore en la Argentina, el jurado anunció que el Chaco obtenía el primer premio en danzas, mención especial para la autenticidad y por los estudios y fundamentación de la propuesta. A partir de ahí la charanda pasó a ser el ritmo que se encuentra en el repertorio de la mayoría de los músicos chaqueños. 

En ese mismo enero de 1967 Raúl Oscar Cerruti presentó su investigación en el simposio realizado a la par del Festival de Cosquín –ante destacadas figuras como Félix Coluccio, Clara Pasafari de Gutiérrez, Lázaro Fluri, Domingo Bravo-. Otro de sus logros fue que, por expresa resolución de los estudiosos y folclorólogos, la Fiesta de San Baltasar se incorporaba al folclore nacional. 

En octubre de ese mismo año, la Dirección de Cultura de la Provincia del Chaco financió la presentación del cuadro costumbrista en la ciudad de Rosario, donde la obra fue filmada por el Canal 5 de esa ciudad y por el director cinematográfico Ariel Cortazzo, uno de los guionistas de cine, radio y tv más prolíficos de la Argentina de esos años.

La investigación y puesta en escena de Cerruti en 1967 -con sus antecedentes- se exhibió en la Semana de la Diversidad Cultural Chaco-Corrientes 2022. A propuesta de la profesora Gabriela Caballero, del Barrio Camba Cuá, participamos como exponentes de la actividad organizada por la  Facultad de Artes, Diseño y Ciencias de la Cultura UNNE, secretaría de Bienestar y Asuntos Estudiantiles en conjunto con el Centro de Estudiantes.  

*Abogado, especialista en evaluaciones ambientales, escritor, historiador del Chaco y sus ancestros.