Para ver esta nota en internet ingrese a: https://www.diarionorte.com/a/219499

La OTAN califica a Rusia como su "amenaza más significativa y directa"

Lo hizo este miércoles, en la cumbre extraordinaria que realiza en Madrid, para enfrentar lo que su líder Jens Stoltemberg caracterizó como "la mayor crisis de seguridad" desde la II Guerra Mundial.

   En otra de las decisiones del encuentro, la organización prometió "intensificar el apoyo político y práctico" a Ucrania mientras lucha contra la invasión de Rusia. Pero el presidente ucraniano Volodímir Zelenski reprendió a la OTAN por no apoyar más plenamente a su asediado país y pidió más armas para derrotar a las fuerzas de Moscú.

En Madrid y en otras grandes ciudades hubo protestas contra la cumbre militarista y contra la guerra.

   "La guerra del presidente Putin contra Ucrania ha hecho añicos la paz en Europa y ha creado la mayor crisis de seguridad en Europa desde la II Guerra Mundial", dijo el secretario general Jens Stoltenberg. La alianza prometió más apoyo a Ucrania, que ya recibió miles de millones en ayuda militar y civil de los países de la OTAN, aunque Zelenski lamentó que las incorporaciones de la OTAN no se apliquen a su país.

   "La política de puertas abiertas de la OTAN no debería parecerse a los viejos torniquetes del metro de Kiev, que permanecen abiertos pero se cierran cuando te acercas a ellos hasta que pagas. ¿Ucrania no ha pagado lo suficiente?", dijo Zelenski por videoconferencia a los líderes de las 30 naciones de la OTAN reunidas en Madrid.

   El líder ucraniano continuó solicitando armamento: "La pregunta es ¿quién sigue? ¿Moldavia? ¿O los países bálticos? ¿O Polonia? La respuesta es: todos. Estamos disuadiendo a Rusia para evitar que nos destruya y los destruya a ustedes".

   La OTAN debe moverse en esta cumbre tratando de lograr un delicado equilibrio, permitiendo que sus países miembros armen a Ucrania sin provocar una confrontación directa con Rusia, que posee armas nucleares. Según los tratados de la OTAN, un ataque a cualquier miembro se consideraría un ataque a todos y desencadenaría una respuesta militar de toda la alianza.

Stoltenberg, jefe de la OTAN, Joe Biden (EEUU) y Pedro Sánchez, presidente español.

   El presidente de EEUU, Joe Biden , cuyo país proporciona la mayor parte del poder militar de la OTAN, prometió que la cumbre de Madrid enviaría "un mensaje inequívoco. de que la OTAN es fuerte y unida". "Estamos intensificando. Estamos demostrando que la OTAN es más necesaria ahora que nunca", dijo Biden.

   La cumbre comenzó con un problema resuelto, luego de que Turquía acordara levantar su oposición a que Suecia y Finlandia se unieran a la OTAN. En respuesta a la invasión, las dos naciones nórdicas abandonaron su estatus de no alineados y solicitaron unirse a la OTAN como protección contra una Rusia cada vez más agresiva e impredecible, que comparte una larga frontera con Finlandia.

   La OTAN opera por consenso, y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, había amenazado con bloquear a la pareja nórdica, insistiendo en que cambiaran su postura sobre los grupos rebeldes kurdos que Turquía considera "terroristas". Después de conversaciones urgentes de alto nivel con los líderes de los tres países, Stoltenberg dijo que el punto muerto se había despejado, con la decisión de Suecia y Noruega de entregar a Turquía a los refugiados kurdos. 

   Turquía consideró el acuerdo como un triunfo y dijo que las naciones nórdicas acordaron tomar medidas enérgicas contra los grupos que Ankara considera amenazas a la seguridad nacional, incluido el Partido de los Trabajadores del Kurdistán.

   Por primera vez, los líderes de Japón, Australia, Corea del Sur y Nueva Zelanda asistieron a la cumbre como invitados, reflejo del creciente despliegue de la OTAN, que de ser una alianza atlántica pasará a abarcar también Asia y el Pacífico.

   Stoltenberg dijo que China no era el adversario de la OTAN, pero que "plantea desafíos" a los "valores, intereses y seguridad" occidentales.

   Biden tiene previsto celebrar una inusual reunión con el primer ministro japonés, Fumio Kishida, y el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, al margen de la cumbre, centrada en el programa nuclear de Corea del Norte.