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Leticia Muñoz

Periodista

Tienen empresas de base industrial y ganaron fuerza desde la colaboración 

Emprendedores forjados en la adversidad: "Tuvimos todo en contra, pero nos quedamos"

Martín Mastandrea y Facundo Irala cuentan cómo surgió el Hub Agroindustrial desde donde transforman materias primas chaqueñas en productos industrializados que se exportan desde Barranqueras.   

Exportan, venden en el mercado regional, sustituyen importaciones, generan empleo local y lo hacen bajo el concepto de economía verde, sustentable. Hoy, en el Día Mundial del Emprendedurismo, NORTE eligió la historia del Hub Agroindustrial, el primer espacio de producción intensiva del Chaco bajo un esquema colaborativo. Sus creadores, Martín Mastandrea y Facundo Irala, relataron el surgimiento en base a buenas ideas que lograron conectarse con el capital para hacer realidad este emprendimiento colectivo y se base industrial.  

Martín Mastandrea, junto a Facundo Irala, muestra uno de los productos del Hub Agroindustrial: pellets de maíz y de alfalfa para alimentación animal, que se exportan desde Barranqueras. 

El Hub Agroindustrial está integrado por PLZ S.A., G&F Group SAS, Pampa Limpia Argentina SAS y Plock SAS. Sus bases están en Presidencia de la Plaza y en el Puerto de Barranqueras. Desde que iniciaron su actividad generaron 35 nuevos empleos, con una inversión privada de más de $100 millones y más de $24 millones de inversión pública, sobre la base de cuatro empresas que tienen lazos regionales y basan su trabajo en la investigación bionutricional, generando productos de exportación (pellets de alfalfa y maíz, harina de soja desactivada, y arroz) y sustituyendo importaciones de la industria del plástico. Todas sus premisas están alineadas con los ejes del Plan Productivo Nacional 2030. 

La creación de este espacio se remonta un año y medio atrás, en plena pandemia. "Los emprendedores surgen a partir de una idea y salen a buscar capital para desarrollarla. Nuestra idea fue la reactivación de una planta abandonada en Presidencia de la Plaza, que hacía pelletizado. Juntamos capital, con inversores ‘ángeles’, que invirtieron pequeñas porciones, para desarrollar la idea", relata Mastandrea, marcando que fueron más los apoyos de inversores de otros lugares y no tantos de la provincia. "Los chaqueños tenemos un gran potencial, pero falta confiar en que podemos", apunta el joven emprendedor. 

El Hub –explica- es un nodo de producción colaborativa. "Las empresas que están dentro de ese espacio colaboran entre sí en logística, inversiones, infraestructura, personal, conocimientos", amplía. La inversión más importante es la privada, y el sostén público se da a través del Nación para el desarrollo de biotecnología a partir de una alianza con una empresa de la provincia de Santa Fe que aportará el conocimiento en bionutrición. 

Uno de los mayores "trofeos" de esta iniciativa, al margen de los proyectos en marcha y los nuevos, es haber logrado la serie de habilitaciones necesarias para las actividades que realizan, incluidas las requeridas para la exportación (como la inscripción en el RUCA que permite procesar los granos y darle valor en el puerto), que siempre suponen toparse con trámites y vueltas que impone la burocracia del Estado. 

Pensar en varias familias 

"El gran compromiso que supone ser emprendedores de base industrial implica que cada día nos levantamos y sabemos que hay una familia, la nuestra, y otras de nuestros trabajadores que están dependiendo de las decisiones que estamos tomando. Es el motor de amor para bancarnos todas las situaciones que hemos pasado. No ha sido fácil", refleja Irala y resalta: "Cuando muchos jóvenes se quieren ir, nosotros nos queremos quedar y aprovechar las oportunidades que tiene nuestra tierra". 

En su reflexión, agrega: "Como emprendedores, nos faltan muchas herramientas, pero nuestro motor debe girar alrededor de una visión más allá de la económica, la de generar puestos de trabajo y mejor calidad de vida". Menciona en esa línea que puede haber "ofertas de financiamiento" para emprendedores, pero son muchas las veces en que les falta una base de capital para dar una garantía. "Llegamos a mantenernos por el apoyo netamente privado, de inversores ‘ángeles’, que vinieron a aportar una idea; y de los trabajadores", subraya. 

"Como emprendedores, entendimos la cuestión colaborativa y eso nos permite mantenernos hoy en día, y desarrollar con solidez algo que tiene proyección de futuro", enfatiza Irala. 

 

Cuando muchos jóvenes se quieren ir, nosotros nos queremos quedar y aprovechar las oportunidades que tiene nuestra tierra. 

 

"Partimos de una idea de negocio, que luego fue mutando"

Cada mes, las empresas del Hub producen 500 toneladas de alimento biotecnológico, 12 equipos de maíz procesado para exportación, 80 toneladas de agroplástico recuperado y 4.500 kg de acero procesado, con 24 horas producción continua. 

Esos son números de hoy, pero el camino encontró escollos. "Partimos de la idea de un negocio, que luego fue mutando en el tiempo. Empezamos a hacer pellets de aserrín, pero nos chocamos contra la pared porque no encontramos un mercado que pagara lo que costaba hacer el producto", contó Mastandrea acerca del trabajo en PLZ S.A. 

Pellets de maíz.

En esa regeneración de ideas y apostando a la investigación, surgió la industrialización de alfalfa como alternativa. "Le dimos un valor a partir de la planta de pelletizado, procesándola como alfalfa pelletizada, un producto con múltiples beneficios: durabilidad, almacenamiento y, logística porque es más económico transportar el pellet que el rollo", contrastó. 

"Con el maíz logramos un diferencial para la exportación, lo que buscan mercados como Paraguay, Uruguay y Chile. En lugar de mandar el maíz que se produce en el Chaco a otras provincias, recibe acá una transformación en pellets que se exportan desde el puerto de Barranqueras", reveló. 

Alfalfa lista para convertirse en pellets en la planta de Presidencia de la Plaza.

Un nuevo desarrollo es la transformación de soja, otro producto primario de la provincia, para exportación. "A partir de la investigación, se generó un desactivado de soja para que sea consumible para las aves. Tenemos clientes ya interesados en este producto", adelantó. 

En tanto, Pampa Limpia Argentina (PLA) hace recuperado de plásticos residuales del agro, silobolsas y envases, para transformarlos en pellets de plástico que se comercializan a la industria plástica que fabrica autopartes, sillas, etcétera, sustituyendo así la importación de esta material y contribuyendo a la reutlización de los residuos. 

En la integración industrial, el acero procesado es la actividad de G&F, empresa liderada por Irala. Sus inicios fueron fabricando sillas, pero pandemia mediante, se impuso la reconversión. Cuando varios contratos se ‘cayeron’ surgió la posibilidad de fabricar cabinas sanitarias. Fue así como Facundo se contactó con el intendente de Presidencia de la Plaza, Diego Bernachea, y allí surgió la posibilidad de poner en marcha el proyecto de Plock como industria del plástico. 

"Nos ha ayudado mucho en el impulso y a apostar desde lo que tiene la localidad. Nos mudamos a la planta de residuos sólidos que tienen allí. Cuando necesitamos un lugar más grande, nos comentó sobre la pelletizadora abandonada", repasó. 

En ese lugar se unificaron, la pelletizadora que industrializa alfalfa y maíz con la industria del plástico (que produce ladrillos de plástico) y del agroplástico (aprovechamiento de los residuos de descarte como silobolsas y envases fitosanitarios), generando pellets de plástico que consumen industrias de Buenos Aires. 

El verdadero valor agregado en origen 

Que parte de las actividades del Hub Agroindustrial tengan como base al puerto de Barranqueras como plataforma de exportación es uno de los objetivos cumplidos por los emprendedores que lo motorizan. 

Depósito industrial en el Puerto de Barranqueras, una de las bases del Hub Agroindustrial desde donde se exportan sus productos.

"Queremos demostrar que, con un grupo de emprendedores de base industrial del Chaco, podemos hacer servicios de exportación para los países limítrofes que hoy necesitan lo que nosotros tenemos", expone Facundo Irala. De hecho hoy, sin tener disponible la opción fluvial, y por ser una plataforma multimodal, el puerto permite movilizar distintos productos en camiones. 

"El emprendedor es también un solucionador de problemas. Entonces, a partir de la imposibilidad de exportar tal como se hace históricamente, vimos la posibilidad de industrializar el grano de maíz para exportarlo y reactivar el puerto industrialmente, y como puerto seco dada la falta de agua", amplió Mastandrea. 

 

El emprendedor es también un solucionador de problemas. 

 

La semilla del Club de Emprendedores 

Este emprendimiento colaborativo y muchos otros que funcionan en la provincia echaron raíces gracias al impulso del Club de Emprendedores de Resistencia, y la incubadora de empresas, surgidos en 2016 de la mano de Mastandrea y otros socios. 

"Se crearon más de 150 emprendimientos en la provincia. Muchos son emprendedores que tienen sus negocios consolidados y nosotros, como gestores y creadores de ese espacio, fuimos tomando conocimientos en actividades con mayor potencial de desarrollo", repasa el empresario. "A través del Club acompañamos hasta hace un tiempo a estos emprendedores con financiamiento, capacitaciones y trabajo de vinculación", agrega. 

Desde allí surgieron todo tipo de emprendimientos, algunos de base industrial, alimenticia, de diseño textil y de base tecnológica, de entretenimiento y de base metalúrgica. Una verdadera plataforma de lanzamiento con las herramientas adecuadas para crecer.