"El Fondo tendrá que flexibilizar su política, porque tiene que asumir que prestó mal"
El ex ministro de Economía, quien en su extensa trayectoria también ocupó cargos en entidades bancarias, hizo foco en la importancia de resolver el problema, ya que los plazos del préstamo original son de características impagables para el país.
"Partiendo de la premisa de que el que presta mal, cobra mal, es posible que, en este acuerdo, y vistas sus propias responsabilidades, el Fondo tenga que flexibilizar su política porque tiene que asumir que prestó mal. Es decir, deberá ampliar los plazos y relativizar algunas cuestiones que son un dogma dentro de su política". Así, el ex ministro de Economía del Chaco, Rafael González reflexionó sobre el entendimiento alcanzado por el país con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por la deuda de 44.500 millones de dólares.

González, quien en su extensa trayectoria política también fue diputado nacional y ocupó distintos puestos en entidades financieras como el Banco Nación y el Nuevo Banco del Chaco –del que fue presidente-, pidió "no perder de vista la continuidad institucional del Estado", refiriéndose así a quienes prefieren dejar claro que no fueron los responsables de toma la deuda. "A la deuda la tomó la Argentina. Que cambien los gobiernos no invalida la potestad del acreedor para cobrar", postuló.
En el diálogo con NORTE, quien también fuera intendente de Resistencia comenzó haciendo "algunas salvedades", antes de profundizar su análisis, como el hecho de ser -ante todo- un "administrador" y no un economista. Y, además, marcando que se trata de "un endeudamiento con un banco, que es como cualquier endeudamiento".

González consideró que "son cuestionamientos políticos" aquellos enunciados sobre las formas o condiciones del crédito. Y por eso requerirían, eventualmente, "sanciones políticas para quienes, en el ejercicio del gobierno, tomaron el crédito".
Pesos por dólares
"No comparto la toma del crédito en su momento, porque lo que se hizo en gran parte fue cambiar el acreedor", sostuvo, en una primera reflexión. En ese punto, señaló que Argentina, en el momento en que se decide recurrir al FMI, tenía "un importante endeudamiento en pesos en el mercado interno". "Se tomó una deuda con el Fondo, y pasó de ser una deuda en pesos a ser en dólares, y sirvió para pagar a quienes habían traído dólares al mercado, transformados en pesos, y que se llevaron una tremenda rentabilidad en dólares", repasó.
En esa línea, puso énfasis en señalar que, como cualquier persona o empresa "hay que honrar la deuda, porque si no después uno no es sujeto de crédito para nadie". "El que no paga entra en una nebulosa para los potenciales prestadores, que obviamente no tienen confianza para prestar. Y cuando disminuye la confianza, aumenta la tasa del crédito", subrayó.

Justamente eso es lo que mide el riesgo país: "Es la tasa que se aplica a un país sobre la tasa normal para los países que son buenos pagadores. Es decir, una sobretasa", recordó.
En ese marco, subrayó la importancia de "lograr una solución al problema". Y si bien los términos del acuerdo no se conocen en profundidad, sostuvo que "estos términos son un clásico porque se negocia plazo, fundamentalmente, y tasa".
"Los plazos que tiene el préstamo original son de características impagables para Argentina. Hay que llegar a un acuerdo para lograr plazo para el pago, que debería ser mucho más largo que el que se pondrá en este acuerdo", sostuvo González y ponderó que, de esta manera, "se saldrá así de la inminencia de la necesidad de pagar", evitando así caer en cesación de pagos.
El teorema de Baglini
En torno a declaraciones y distintos análisis sobre el acuerdo, González apeló al ejemplo del teorema de Baglini, según el cual el discurso en relación al tema es siempre inversamente proporcional a la cercanía que uno tiene de asumir la responsabilidad y el poder.

"Si habla un diputado de la Izquierda, dice que no hay que pagar, porque cuando hay elecciones, saca el 2% de los votos y sus posibilidades de que en un próximo período tenga que asumir el Poder Ejecutivo son lejanas. Quienes están más cerca de esa posibilidad son más racionales y dicen que hay que acordar con el Fondo, porque hay una necesidad de que Argentina entre en un camino de viabilidad económica", explicó. Y agregó: "Por eso encontramos del lado del frente que gobierna y en la oposición expresiones sobre la necesidad de aprobar y ver la letra chica, lo que en realidad es medio mentiroso porque en el Congreso se aprueba o se rechaza, pero no hay posibilidad de introducir modificaciones en este tipo de acuerdos".
A la deuda la tomó la Argentina. Que cambien los gobiernos no invalida la potestad del acreedor para cobrar.
Confianza en los equipos técnicos argentinos
Acerca del impacto que el acuerdo puede tener, sobre todo en materia social, González sostuvo: "Si el país logra mayores plazos (para pagar), puede flexibilizar internamente, pero el Fondo tiene una especie de reglamento de políticas económicas, y a todo el mundo le hace firmar las cosas que debe cumplir".
Por eso estimó que, ante las propias responsabilidades del Fondo en el otorgamiento de un crédito de la magnitud del que le dio a Argentina, exista una suerte de "flexibilización" de las políticas que pida aplicar al país para ordenar sus cuentas públicas.
Por último, puso énfasis en sostener que "hay que tener un cierto grado de confianza en los equipos técnicos argentinos". "Porque cuando se habla de una negociación con el Fondo, no se está hablando del ministro Guzmán, que es la cabeza, sino de estructuras dentro del Ministerio, que analizan, establecen pautas y hacen proyecciones", concluyó.