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Alejandro Pegoraro analiza las limitaciones para financiar viajes y servicios en el exterior 

"El problema es la incertidumbre sobre la duración de este tipo de medidas"

"En Argentina estamos plagados de medidas de emergencia que terminan sosteniéndose en el tiempo", advierte el director de la consultora Politikon Chaco, quien señala además el impacto en la rentabilidad de las empresas que comercializan estos paquetes.  

Las limitaciones establecidas por el Banco Central al financiamiento de las compras en cuotas con tarjetas de crédito de pasajes y servicios de turismo en el exterior, representan una de las últimas "medidas" que el gobierno tiene a mano para desalentar la salida de dólares del país y que se sigan debilitando las reservas. "Pareciera que en el fondo de la olla no hay mucho más por rascar", graficó el director de la consultora Politikon Chaco, Alejandro Pegoraro, quien a la vez marcó "la incertidumbre sobre la duración de este tipo de medidas".

“Si el objetivo sigue siendo restringir el uso de divisas, para intentar ordenar la macroeconomía, pareciera ser el fondo de la olla y no hay mucho más por rascar”, graficó Alejandro Pegoraro, de Politikon Chaco.  

En diálogo con NORTE, el economista estimó, en un plano general, que "los próximos cuatro o cinco meses serán mucho de paso a paso, hasta tanto se estabilicen los valores más importantes de la economía mundial" como los precios de los alimentos y de los commodities. 

La decisión del BCRA, el viernes último, limitó el financiamiento de las compras en cuotas con tarjetas de crédito de pasajes y servicios de turismo en el exterior como alojamientos, excursiones y alquiler de transporte, entre otras, tanto en forma directa o abonadas a través de agencias de viajes, plataformas web u otros intermediarios.

"El gobierno no está pudiendo encontrar una solución a la restricción externa (falta de dólares) sin complicar con eso el panorama interno, como pasa con el financiamiento de viajes al exterior, que es entendible en el corto plazo, pero en la medida en que no dé certidumbre en el mediano plazo, muchas personas que necesitan de esa posibilidad para hacer otro tipo de viajes (que no sean de turismo) se verán afectadas, igual que la rentabilidad de las empresas del sector", expuso. 

En términos de las consecuencias, Pegoraro marcó además las complicaciones "en la recaudación y en el impacto en las arcas provinciales". En ese punto recordó que también "fue a contramano de la restricción externa" el cierre de exportaciones de carne, y "terminó complicando al mercado interno". 

 

En Argentina estamos plagados de medidas de emergencia que terminan sosteniéndose en el tiempo. 

 

Volatilidad 

"Hay una volatilidad de medidas: todas apuntan a una solución muy concreta en el corto plazo, pero no parecieran estar enmarcadas en un plan más integral y pensado en el mediano plazo para dar respuestas al equilibrio de la macro", analizó. 

En esa línea, advirtió: "Pensando en el corto plazo, no es una medida desacertada, pero el problema es la falta de certidumbre respecto a cómo continuarán medidas como ésta en el mediano plazo, sobre todo porque en Argentina estamos plagados de medidas de emergencia que terminan sosteniéndose en el tiempo. El Impuesto País es una y se sigue sosteniendo y también impacta en las compras que pueda hacer un argentino de este tipo de servicios o bienes". 

En un plano más general, consideró que, si las exportaciones siguen con buena dinámica de crecimiento (y garantizando el ingreso de dólares al país para fortalecer las Reservas), las restricciones al financiamiento del turismo al exterior podrían realmente ser una medida muy acotada en el tiempo. 

 

El gobierno no está pudiendo encontrar una solución a la restricción externa sin complicar con eso el panorama interno. 

 

Golpe fuerte para la cadena comercializadora 

Para Pegoraro, no es "casualidad" que el gobierno tome una medida así en esta parte del año, cuando se planifican vacaciones y sobre todo cuando las personas cobran el aguilando. 

"Las agencias de turismo tienen muchas expectativas siempre con lo que ocurre en noviembre y diciembre, cuando se empiezan a comprar paquetes para el verano. Por eso fue un golpe fuerte, por el momento en que se toma la medida", marcó, y recordó que en los días en que se oficializó el anuncio, la aerolínea de bandera nacional ofrecía paquetes al exterior financiados en cuotas. 

"El BCRA pasó por encima de lo que la propia empresa estaba ofreciendo. Eso también marca una falta de diálogo interno en el gobierno, porque no se hablan los responsables de la política monetaria con los sectores que están siendo afectados por las medidas", indicó. 

"No hay mucho más por rascar"

En otro punto de su análisis, Pegoraro sostuvo que, si el objetivo sigue siendo restringir el uso de divisas para acumular reservas e intentar ordenar la macroeconomía "medidas por tomar le quedan pocas al gobierno, porque tenemos un cepo bastante fuerte y la medida que incentiva a los bancos a vender sus propios dólares". Pareciera ser que en el fondo de la olla no hay mucho más por rascar. Por eso es la incertidumbre sobre la duración de las medidas", acotó. 

En el corto plazo, recordó que entre enero y febrero "habrá un ingreso importante" de divisas, lo que ayudará "a fortalecer las reservas del Banco Central", aunque marcó que el país tiene "un calendario de pagos de la deuda bastante comprometido para el 2022". 

Alternativas de financiación con altísimos intereses 

Las posibilidades que tienen las personas que quieren viajar al exterior son pocas. Entre ellas –según una nota publicada por Infobae con la firma de Daniel Blanco Gómez- pagar en contado o en un pago con tarjeta. En caso de no poder acceder a esa opción, surge la chance de tomar un préstamo personal o el "revolving", que es un tipo de financiamiento que ofrecen las tarjetas de crédito bancarias y que permiten aplazar y fraccionar los pagos de las compras realizadas.

Fuentes de la entidad monetaria explicaron que los bancos o emisores de tarjetas, sí podrán financiar en cuotas este tipo de compras, aunque con un tasa de interés mínima del 43% anual. Es decir, pagando el mínimo de la tarjeta. La tasa se aplica a los saldos de tarjeta de crédito hasta $200.000 por cada tarjeta emitida. Por encima de dicha suma, los bancos podían financiar los saldos a una tasa diferencial hasta el máximo permitido por la ley de Tarjetas de Crédito, establecido en un 25% más que la tasa que perciben por los créditos personales, y similares a los que aplican las tarjetas no bancarias.

Ante una tasa nominal anual (TNA) de 52,07% promedio, estos saldos sobre el límite de $200.000 implicarán un interés máximo de 77% anual, según la normativa. Esto se traduce en una tasa efectiva anual (TNA) del 111% en el caso de 12 cuotas mensuales.

Este sería el caso del "revolving" con tarjetas. Funcionan como una especie de minicrédito, pero en ocasiones el cliente desconoce que el fraccionamiento de los pagos conlleva elevados intereses. Además, se pueden usar independientemente de que se disponga de fondos o no en la cuenta asociada, dado que el banco concede un límite de crédito.

El director de la consultora Focus Market, Damián Di Pace, dio dos ejemplos de lo que se encareció financiar un viaje. En el caso de un viaje a Punta del Este para una pareja en la primera quincena de enero, con un plan de 12 cuotas sin interés, el costo era de $650.000. Sin embargo, ante el impedimento del Banco Central, el pago con un crédito personal en 12 cuotas ahora aumenta a $1.055.000, lo cual arroja una diferencia de $405.000 o un 62 por ciento.

Otro ejemplo es el de una familia tipo que quiere viajar a Florianópolis, Brasil, entre el 8 y el 23 de enero. En este caso, el costo inicial a través de un paquete a pagar en 12 cuotas sin interés alcanzaba los $681.200. Mientras que ahora, en caso de tener que saldar el viaje a través de un crédito personal bancario, sube a $1.118.000 en 12 cuotas. En este caso, la diferencia es de $436.750 o un 64% más.