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Mariana Alegre

columnista

La revolución de los valores

Dicen por ahí, que fue Ghandi quien dijo "sé el cambio que quieres ver en el mundo", pero, queridos lectores la cosa no fue tan literal, ni era tan por ahí. Cruzamos "el charco", gracias a la tecnología para hablar con el árbitro español de fútbol base, Ángel Jiménez, quien las últimas semanas ha revolucionado el mundo deportivo, solo por tomarse el tiempo de hablar con padres y jugadores. Bueno, solo por eso no, es que este malagueño se animó a hacer algo radical contra la violencia: educar en un campo de juego 

Llegué a Ángel por medio de  Pau Gasol. No, queridos lectores, no lo conozco personalmente, pero con esto de la tecnología y la magia de Twitter, Ángel llegó a mí cuando retuite el tuit del exjugador de básquet internacional, agradeciendo el comentario y presentándose. Y gracias a Twitter y a WhatsApp, pudimos charlar. 

Ángel Jimenez, el "ábitro de la paz", como se denomina, decidió amplificar una cruzada por la recuperación de valores, y en contra de la violencia

El video que puso a Ángel en los medios de comunicación, cuentas de deportistas famosos y personalidades en general, es una de las charlas que tiene previo a los juegos con los equipos y padres, en el fútbol base (así se denomina a las inferiores en España). Ángel, busca rescatar los valores que el deporte siempre ponderó y la sociedad exige a políticos y famosos, desde tribunas virtuales como Facebook, pero se auto exime muchas veces de cumplirlos: 

¿Cómo se relacionó con el mundo deportivo, en particular el del arbitraje y a qué edad?

He tenido vínculo con el deporte desde siempre; porque mi hermano es 12 años mayor que yo, y jugaba en infantiles, así que estaba en un campo de juego, cuando ni siquiera andaba. Iba con mis padres. Con 16 años, le dije a mi profe de Educación Física del Centro Maravilla, en Benalmádena, Málaga ‘oye quiero que haga liga de fútbol en los recreos. Me dijo, bueno organízalas, y entonces dije vaya y quién arbitra, me contestó pues ya sabes: tu. Pues venga, arbitraba yo los partidos, excepto cuando yo jugaba. Me gustó, entonces me hice árbitro. Debuté oficialmente en enero del 94, y hasta el 2002 fui un árbitro normal, haciendo lo que hacen todos.

Me tocó recibir muchísimos insultos, algunas que otras agresiones físicas, pocas, pero muchísimos insultos, amenazas, mucha violencia. Me retiré en 2002, amando el arbitraje, pero sentí que era el momento de dejarlo. En 2006 volví para arbitrar chavales, fútbol de base, pero sentí que no era la misma persona, no quería vivir lo que viví antes, y no les hacía un favor a los muchachos, ni a las familias, ni a nadie, entonces decidí parar los partidos cuando había insultos.

Ángel arbitra fútbol base, y siempre tiene una charla con los jugadores para hablar del VAR de la honestidad.

Daba una charla a los jugadores, entrenadores y delegados. No al público, en aquella época, pero si le pedía que hablen con el público a los delegados. Fueron siete años maravillosos en esta liga. Hubo problemas, si pero uno o dos casos. Aquello funcionaba, porque cuando se marca un camino, por si solo se va abriendo paso, entonces estaba contento con lo que hacía. En 2013 dejé el arbitraje federado, pero contento. 

Seguí vinculado al arbitraje, en el colegio (secundario de bachillerato), donde organizo una liga de fútbol sala, donde aplicamos estos valores, que se han podido ver. Una cuarta parte de los partidos arbitro yo, y otros los alumnos, y allí se dan cuenta lo difícil que es.

Hace unos años conocí al responsable de Plataforma 090, iniciativa del ayuntamiento de Málaga 0 violencia en 90 minutos, y yo dije bueno, si lo hago como árbitro,  vuelvo al arbitraje y pongo esto del VAR de la honestidad en práctica y llevo cuatro partidos, el tercero se hizo viral, por las redes.

Basándonos en el VAR de la afición: ver, animar y respetar, y no atosigar a los niños con órdenes, que se lo dejen a los entrenadores y dejen a los niños disfrutar: crear el mejor ambiente para sus hijos. Sin respeto no hay diversión, que los chicos puedan pasarla bien, y darles una formación humanas

Luego está el VAR de la honestidad, porque tenemos que desterrar la idea del ‘tramposo" en el fútbol. El que sabe del error y no lo dice. Yo les digo haced esto porque os vais a sentir bien, porque las personas nos sentimos mejor cuando hacemos lo correcto. Considero que educar es ayudar a la persona a que descubra por si misma que hay algo que tiene valor, la honestidad tiene valor, el respeto tiene valor, la justicia tiene valor y todo eso hay que potenciarlo.

 ¿Cómo surgió esta idea de hablar con los niños y los padres, previo a los juegos. Recibió una formación especializada?

Creo que esas charlas ayudan a pensar en los valores que merecen la pena, que no nos olvidemos lo fundamental, ayudan a recapacitar, a crear empatía, acercar la figura del árbitro a la gente. Yo les digo que me voy a equivocar porque el error es parte de la vida, que quiero acertar siempre, igual que el jugador, los entrenadores, igual que cualquiera, en cualquier ámbito de su vida, pero fallamos. 

Todos los que formamos parte del juego y tenemos la responsabilidad de crear unas condiciones idóneas, la asumamos y disfrutemos de lo que hacemos. 

En la actualidad, la mirada está puesta en el funcionamiento: justo o injusto del VAR, un término que usted utiliza mucho en sus charlas. ¿Es la justicia de la tecnología el medidor de valores en el deporte profesional?

La tecnología es buena, ayuda, pero no mide el crecimiento nuestro. Está bien, lo veo bien, pero el medidor de valores no puede ser la tecnología. Tendría que ser el VAR de la honestidad, de la afición, no ir a ver una pantalla, que está bien y ayuda, en un fuera de juego, o un penality, pero no para medir nuestro crecimiento moral, que son otros valores, no puede serlo la tecnología.

Ángel, también habla con los asistentes, sobre el VAR de la afición (hinchada).

¿Cómo ha gestionado esta virilización de sus charlas?

Lo he gestionado bien. Lo complicado es atender a todo el mundo, porque yo quiero atender con respeto a todos los que quieren darle voz a este tema. Como me considero un servidor de esta causa y me parece un honor tan grande, estoy encantado, pero a veces se hace difícil: soy profesor y padre de familia, y a veces es difícil responder a todo el mundo, y yo intento contestar algo. 

No solo a los medios de comunicación, intento estar y responder a todo el mundo, es la única parte difícil. Pero por lo demás es un honor enorme, y poder aportar

A veces, parece que acciones como la suya o la del proyecto Plataforma 090 son "una ajuga en un pajar". ¿Cómo se puede romper con ese mito, en una sociedad que está tan rodeada de violencia?

Hay que potenciar iniciativas como las de Plataforma 090, cualquier proyecto que sirva para crear un mundo mejor. No somos conscientes a veces, o se nos olvida, que lo que nos hace felices es lo que nos alegra el corazón y necesitamos los valores que nos alegran el corazón.

Hay que atreverse a alzar la voz de manera no violenta, pero si firme. Decía el maestro Luther King "no me duele tanto el mal de la gente mala sino el silencio de la gente buena".

Sé que hay mucha gente buena, no podemos dejarnos llevar por el mal, no podemos quedarnos callados, tenemos que trabajar por el mundo que soñamos, creo que es posible. Tenemos que trabajar por dejarles a los jóvenes los mejores valores posibles. Eso merece la pena, como les digo con el VAR de la honestidad, les va a gustar, esto tiene sentido,  y vale la pena. 

La historia de Ghandi

Según dicen que dijo, bueno una de las versiones de lo que según dijo (como pasa con muchas personalidad), es que Ghandi, recibió el pedido de una madre para que hablara con su hijo que estaba comiendo mucha azúcar, y le explicara cuán dañino era para él. Ghandi, le pidió regresar en dos semanas diciendo que hablaría con el niño entonces.

En dos semanas regreso, y hablo inmediatamente con el niño. Después de agradecer a Ghandi, la madre le preguntó porque los había hecho regresar en vez de ofrecer la ayuda la primera vez. Ghandi responde: "Cuando me visitaron hace dos semanas yo también estaba comiendo dulces y azúcar." Le explico que él no podía hablarle o enseñarle a su hijo como no comer azúcar si el mismo no había seguido ese camino. 

Ángel me contacta, nuevamente, unos días después de la entrevista para contarme que el movimiento "Entrenadores por la formación del fútbol base", se ha sumado a la iniciativa del VAR de la afición y el VAR de la honestidad, entregando un comunicado en cada juego.

Las redes sociales nos han dado la oportunidad de amplificar mensajes, pero sigue siendo cada espacio: la familia, la escuela, el club, el barrio, cualquier grupo donde podemos poner en marcha la iniciativa de Ángel y de Plataforma 090. Todos tenemos la oportunidad de hacer algo al respecto, cada día en cada acción individual, una verdadera revolución de valores. 

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